Por Luis
Beldi - La semana que se inicia no va a ser de las mejores para la
Argentina. Si bien no afectará al dólar oficial, protegido por medidas
restrictivas que hicieron que la parábola del peleador de la MMA, sobre que no
pensaba traer ni una parte del millón de dólares que había ganado en Estados
Unidos, tomara el valor de una enseñanza: donde hay problemas para sacar
dólares, hay problemas para que ingresen. La moneda y las inversiones entran y
salen por la misma puerta. Si no pueden hacerlo, se abren otras puertas más
caras, donde los dólares no van a las reservas.
Pero estas restricciones
enfrentan ahora problemas que las pondrán a prueba. Por caso, se derogó el
aumento de 5% de las naftas. En la noche del domingo, el petróleo estaba
subiendo casi 5%: USD 70 por barril. El jueves valía USD 64, es decir que
subió casi 10% en dos ruedas y media.
¿Quiere sumarle
problemas para la Argentina por este conflicto con Irán? Antes de que se
produjera la crisis, Donald Trump le había advertido a la Argentina que su
renegociación con el FMI y las inversiones en Vaca Muerta corrían peligro por su
acercamiento a la izquierda. Se refería con precisión al refugio a Evo Morales
y al acercamiento a Venezuela.
Las palabras no
fueron desoídas. El canciller Felipe Solá se apresuró a condenar el golpe
parlamentario de Venezuela y ahora solo falta tomar una decisión con Evo
Morales, que habitualmente rompe la prohibición de hacer declaraciones y
realizar actos políticos en el país.
Trump, en su
accionar con el terrorismo, se puso más rígido con la Argentina, que está
pagando con la debilidad de sus bonos por esa actitud. Por otra
parte, debe enfrentar la fortaleza del dólar ante las monedas del
mundo y del bono del Tesoro de los Estados Unidos, refugio de los
inversores del mundo por la crisis, junto al oro que el domingo aumento más de
3% y cotiza a USD 1.577 por onza.
La crisis con Irán
apunta al corazón del plan económico: la renegociación de la deuda. Por
eso, no extrañó que el riesgo país el viernes se disparara y volviera a
acercarse a los 2.000 puntos básicos, que hasta hace poco parecían lejanos y que
se estaba más cerca de perforar el piso de los 1.600 puntos. Pero la caída de
los bonos argentinos por las advertencias de Trump y por la crisis con Irán lo
hicieron trepar más de 6%, a 1.946 puntos básicos.
El lunes estos
números no mejorarán. Los futuros de las bolsas de Estados Unidos
indicaban que abrirán el lunes con bajas cercanas a medio punto y arrastrarán a
Europa y a América Latina.
De hecho, Asia
abrió con sus mercados en retroceso. Hong Kong bajaba 0,60%, China
H-Shares cedía 0,44% y el Nikkei de Japón, 0,69%.
No cabe duda de
que la Argentina aprovechará este tiempo para limar sus diferencias con
Donald Trump. Nadie cree que sostenga a Evo Morales sin mordaza. Ya tomó
distancia de Venezuela. El precio de mantenerse en la postura que estaba puede
hacer peligrar el plan económico.
El conflicto con
Irán puede generar demoras en la renegociación, porque ahora los
acreedores están preocupados por el riesgo. Hasta hace poco, los atraía el
rendimiento de los bonos argentinos. Ahora, las ganancias no importan tanto
como la seguridad de la inversión.
Brasil, por caso,
se comportó como el mejor alumno de la clase y no sólo apoyó el
accionar de Donald Trump en Medio Oriente, sino que involucró a los jerarcas
asesinados con los atentados a la AMIA. Si alguien ignorara lo que pasa en el
mundo y desconociera quién gobierna cada país, diría que Bolsonaro es
argentino.
Lo cierto es que
hay que prepararse para una semana convulsionada, porque además del
congelamiento del precio de las naftas, que va a incidir en Vaca Muerta y en
los subsidios a las tarifas, el campo ve agravada su situación tras el
aumento de las retenciones, porque el precio de la soja bajó de USD 350
por tonelada a USD 341. Puede ser una baja temporal, pero hasta que no se
confirme el rumbo que tomarán los acontecimientos, los granos y la carne
serán parte de la incertidumbre y la Argentina necesita de los dólares que
generan esos productos.
Macri se encontró
con la crisis de las tasas del mundo un año después de iniciar su
mandato. Aníbal Fernández tiene su primera crisis internacional a menos de
un mes de su asunción. Si aprendió la lección que dejó su antecesor, puede
acomodarse a la realidad, pero no va a poder evitar que se atrase la
negociación de su deuda hasta que sus bonos recuperen el valor que perdieron
los últimos días.
En cuanto a la
Bolsa, ya tiene precios más bajos que a fines de 2019. Cuando esto sucede, el
consumo se retrae porque los inversores ven como caen sus ingresos. Otra señal
negativa para reactivar el consumo.
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