Por Pablo Wende - La política monetaria entra en zona de
definiciones y también de alto riesgo. El presidente del BCRA, Miguel
Pesce, reconoció que su plan es continuar durante este mes con la baja de
tasas, un proceso que ya comenzó con las Leliq. Pero se trata de una decisión
peligrosa: sucede que al mismo tiempo tendrá que prender la “aspiradora” y
salir a absorber miles de millones de pesos que se emitieron en los últimos dos
meses. Reducir la tasa de interés al mismo tiempo que precisa salir a achicar
la cantidad de dinero circulante puede ser incompatible y además generar
fuertes desequilibrios en el dólar y la inflación.
Quien salió ayer a advertir sobre este tema fue el ex director del
Central, Enrique Szewach. El economista reconoció que en los últimos
años se cometió el error de acelerar la reducción de tasas después de fin de
año. Incluso sucedió en 2019, cuando Guido Sandleris se entusiasmó por la
estabilidad del dólar y redujo más de diez puntos la tasa entre mediados de
enero y principios de febrero. El resultado fue un fuerte aumento del dólar y
un nuevo pico inflacionario, que llevó a la inflación a casi 5% en marzo
pasado.
“Es fácil entusiasmarse en el camino de ida –advirtió Szewach por FM
Milenium- cuando las empresas demandan pesos para pagar el medio aguinaldo y la
gente precisa para afrontar las fiestas y las vacaciones. El problema es cuando
después hay que salir a absorber esa expansión de dinero”.
En el último bimestre de 2019, el Central emitió nada menos que $
600.000 millones. De ese total, $ 350.000 millones fueron adelantos
transitorios al Tesoro para cubrir el déficit fiscal, y buena parte de la
porción restante obedeció a compra de dólares.
Desde que Miguel Pesce está al frente del BCRA bajó la tasa de las Leliq
dos veces, hasta dejarla en el 55% anual. Y ayer en un reportaje a la agencia Bloomberg indicó
que en enero la volverá a bajar. Pero al mismo tiempo reconoce que
las tasas para los plazos fijos de los ahorristas podrían ser negativas en
términos reales, es decir perder contra la inflación.
Szewach agregó que “febrero históricamente ha sido muy complicado, se
vienen cometiendo errores recurrentes al acelerar la baja de tasas por la mayor
demanda de dinero de los meses previos. Ahora tenés una complicación adicional,
porque con cepo cambiario es todavía más difícil cuál es la verdadera demanda
de dinero y cuánto se queda en el sistema porque no tiene otro remedio”. Sin
embargo, el ex director del BCRA aseguró que Pesce “es consciente de esta
situación”. Ambos convivieron durante los primeros días de la gestión del
actual titular del BCRA.
No sólo Sandleris tuvo que “tragarse el sapo” de apurar la baja de tasas
para luego volverlas a subir a niveles mucho más altos. Algo similar le
ocurrió a uno de sus antecesores, Federico Sturzenegger, que a principios de
2018 también bajó la tasa de Lebac por presiones políticas. Pero rápidamente
sobrevino la crisis y tuvo que volver a subirlas, en medio de una fuerte crisis
de confianza.
La reducción de la tasa de las Leliq, que es el instrumento que emite el
Central para absorber los pesos excedentes, fue uno de los “caballitos de
batalla” del Presidente, Alberto Fernández, quien criticó las “ganancias
excesivas” que obtenían los bancos. El Central está cumpliendo con esa
promesa de campaña pero ahora deberá aplicar sintonía fina: si baja demasiado
esos rendimientos podría retirar menos pesos de los aconsejables del mercado,
presionando sobre el tipo de cambio informal y eventualmente la inflación
futura.
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