Por Horacio
Alonso -El gobierno de Alberto Fernández sigue los pasos de la
última etapa de la gestión kirchnerista. En el sector automotor las medidas
“retro” están a la orden del día. Con la suba de Impuestos Internos a los 0km
más caros, volvió al esquema que funcionó hasta el último día de la gestión de
Axel Kicillof en el Ministerio de Economía y que había sido atenuada en el
período macrista.
Ahora, suma un cambio
técnico en la Aduana que, en la práctica, lo que implica es que para importar
un vehículo haya que pedir permiso al Gobierno. Esto es así
con la modificación de categoría del rubro autos que pasó de
estar alcanzado por el régimen de “licencias automáticas” a “licencias no
automáticas”.
En el primer caso,
como funcionaba hasta hoy, cada vehículo que ingresa pasaba por una operación
administrativa que se realizaba automáticamente de manera informática. En
cambio, ahora, una persona autorizará o no el ingreso de cada 0km. Esto alcanza
a todos los modelos que se importan sin importar el origen. Es decir, que será
para los vehículos que vienen de Brasil o México, países con los que hay
acuerdos comerciales, o de extrazona que pagan arancel de 35%.
En la práctica,
esta medida implica un manejo discrecional del funcionario de turno para
autorizar el ingreso o no de cada unidad o, lo que la experiencia indica que
sucede, para demorarlo en la Aduana según las necesidades de divisas. De esta
forma se desalienta la importación de los vehículos que el Gobierno decida.
Hasta el 2015
funcionaban las Declaraciones Juradas Anticipadas de Importación (DJAI) que
funcionaba como un filtro para frenar las importaciones. Su impulsor
fue el ex secretario de Comercio, Guillermo Moreno, que subía o bajaba el
pulgar según su voluntad. Así castigaba, especialmente a las marcas de autos no
radicadas en el país hasta el punto de llevarlas a una virtual prohibición. El
primer paso, en ese sentido, ya lo había dado la actual gestión cuando dispuso
subir los Impuestos Internos a los modelos de más de $1.800.000.
El mensaje fue
claro del ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, cuando desde ADEFA
se le planteó que la mayor carga fiscal haría que cayeran la recaudación. El
funcionario se sinceró cuando explicó que no le importada ese tema sino que no
salieran dólares por la importación de autos. Las licencias no automáticas, van
en ese mismo sentido: que hayan cada vez menos autos importados
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