Con fecha 10 de enero, miles de profesionales de la Ciudad
de Buenos Aires recibieron una carta de la Agip, la Afip de la Ciudad.
Allí se explicaba que por un
acuerdo entre la Ciudad, las otras provincias y el nuevo gobierno nacional, se suspendía la
reducción de las alícuotas de Ingresos Brutos.
También
se informaba que esas alícuotas iban a variar entre 3 y 5% dependiendo de la
actividad. Para 2020 estaba previsto, precisamente una disminución de medio punto en esas
tasas, algo que quedó suspendido tras el acuerdo firmado con el flamante
gobierno de Alberto Fernández.
Los profesionales encendieron una
luz de alarma, ya que como se especifica claramente en el
propio impuesto de Ingresos Brutos no están alcanzados los profesionales universitarios con
carreras que superan los cuatro años de extensión.
El revuelo que se armó fue
incesante en las redes a tal punto que la Agip tuvo que salir a aclarar por
Tweeter este sábado por la tarde los alcances.
El organismo fue tajante al señalar que los
profesionales seguirán sin pagar el impuesto
Salvo que tengan una empresa. Así las cosas, no paga el
médico en su consultorio pero paga si tiene una clínica. O el arquitecto en su
estudio a excepción que tenga una empresa constructora.
“Ante algunas consultas
ocurridas en las últimas horas en relación a la comunicación recibida por
domicilio fiscal electrónico, Agip aclara que el ejercicio de la actividad profesional liberal continúa
estando exenta del impuesto sobre los ingresos brutos”, señaló
el tweet.
También tomó cartas en
el asunto el Consejo Profesional.
Lo hizo de esta manera en
otro tweet: “Exención Ingresos Brutos: nuestro Consejo consultó a la Agip que
aclara que no
hubo ninguna modificación en materia de exenciones a los profesionales”.
El Consejo, presidido por
Gabriela Russo, cita textualmente el artículo 180 del Código Fiscal porteño
para recordar que “los ingresos obtenidos por el ejercicio de las profesiones
liberales universitarias de grado oficialmente reconocidas y cuya carrera tenga
una duración no inferior a cuatro años y no se encuentre organizada en forma de empresa”, Por
cierto, la confusión y la alarma generada por la carta recibida por los
profesionales tenía su sustento.
Ocurre que cuando se discutió
el presupuesto 2020 para la Ciudad una de las ideas era que Ingresos Brutos
alcanzara también a los profesionales liberales.
La iniciativa, que implicaba
cambiar el Código Fiscal, fue rápidamente dejada de lado en el año electoral.
Para modificar el Código Fiscal se necesita pasar por la legislatura.
Ingresos Brutos es el
impuesto más importante de los que cobra la Ciudad: representa el 60% de su
recaudación que alcanzó los $ 480.000 millones en 2019.
Cuando se decidió hacer el
recorte de las alícuotas en el gobierno de Mauricio Macri la Ciudad resignó unos $
9.000 millones.
Ingresos Brutos
impacta en todas las etapas de los proceso productivos y es trasladado y
es trasladado a los precios de bienes y servicios que soportan los
consumidores.
Las tasas generales para
actividades de obras y/o servicios, cuando sean realizadas por contribuyentes
con Ingresos Brutos anuales inferiores a 55 millones de pesos, será del 3% y cuando
supere ese monto, será del 5%.
Con la administración de
Alberto Fernández llegó la suspensión hasta el 31 de diciembre de 2020 del
diagrama de bajas de Ingresos Brutos acordado en aquel entendimiento en tiempos
de Macri; y la apertura a potenciales subas en ese tributo y de Sellos, y a la
aplicación de tributos específicos a la transferencia de combustibles, gas y
energía, entre otros ejes.
Esa avanzada se dio en
sintonía con el pedido de los gobernadores de aliviar las finanzas locales
frente a la caída de los ingresos por la crisis nacional.
En 2017 la historia era otra.
En aquel momento se decidió la baja de las alícuotas que quedó en suspenso
hasta fin de este año.
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