Por Sofía Diamante - Apoco más de un mes
del comienzo de la gestión, el plan de política monetaria del
Gobierno todavía es una incógnita. Hasta ahora, la única estrategia del Banco Central para
contener la inflación está centrada en atrasar el tipo de cambio,
según señalan varios economistas. Es un plan que funciona en el corto plazo,
pero que trae consecuencias a futuro: si la suba del dólar no acompaña al menos en parte el alza de
precios, generalmente termina pegando el salto, lo que genera mayor inflación.
"Mantener
frisado el tipo de cambio y congelar las tarifas parecen ser las únicas formas
de bajar la inflación. Por eso el Banco Central estuvo vendiendo dólares los
últimos días", indica Lorena Grigio, economista senior de Econviews, en
referencia a los US$110 millones que la entidad monetaria volcó al mercado
cambiario para mantener el dólar mayorista en $60, el techo establecido desde
agosto.
La política fiscal
pareciera ser la principal herramienta para contener la aceleración de precios,
con la suspensión de los aumentos de las tarifas de luz y gas y de los boletos
de trenes y colectivos. Sin embargo, como señala Grigio, esto genera
"inflación reprimida para el segundo semestre".
Lo que generará una
baja de la inflación en el largo plazo es la voluntad del Tesoro de mantener
las cuentas públicas en niveles cercanos al equilibrio fiscal, ya que, de ese
modo, se le pide menos dinero al Banco Central para financiar el déficit,
recuerdan los expertos. El propio ministro de Economía, Martín Guzmán, advirtió que financiar con emisión un
déficit primario mayor generaría demasiada inestabilidad. Para ello dependerá
del nivel de gasto que tendrá el Estado, lo que aún es otra incógnita.
"No sabemos
cuál es la política monetaria que el Gobierno quiere llevar adelante. Su
discurso va en contra del accionar que están tomando. Dijeron que quieren tener
tasas de interés real positivas y que no quieren una apreciación significante
del peso, pero vemos lo contrario. El tipo de cambio se mantiene bastante bajo,
el Banco Central vendió dólares y no hay un esfuerzo para mantener un tipo de
cambio real alto. La tasa de política monetaria, por su parte, está siendo más
laxa de lo esperado; en términos reales ya es negativa, porque está por debajo
de la inflación esperada en los próximos meses", indicó Federico Moll,
economista de Ecolatina.
En definitiva,
cuando Miguel Pesce asumió como presidente del Banco Central, el límite
inferior de la tasa de interés de las Leliq, que se utiliza como referencia de
política monetaria, era del 63%. En este tiempo se redujo en tres ocasiones
hasta alcanzar el 52%.
"El programa
monetario avanza demasiado rápido -opina Marina Dal Poggetto, directora
ejecutiva de EcoGo-. En este tiempo redujeron la tasa de interés,
flexibilizaron los encajes, se le puso un límite a la tenencia de Leliq,
cayeron los pases, se les puso un límite a los fondos comunes de inversión para
invertir en pases [otro instrumento que tiene el BCRA para regular la cantidad
de pesos en circulación] y se hizo la nueva valuación de las letras intransferibles,
lo que le permite al Banco Central girar utilidades al Tesoro. ¿Tendrá el BCRA
más información que el resto para hacer todo esto?"
Para la economista,
el programa económico del Gobierno debe incluir cinco puntos: un acuerdo
político de precios y salarios, la consistencia fiscal, un acuerdo sobre la
deuda, un esquema cambiario consistente y el acuerdo con el FMI. "De todos
estos puntos, la única señal clara para bajar la inercia inflacionaria es la
fiscal, aunque dependerá de qué se haga con los gastos", señaló.
Sobre los otros
puntos, el presidente Alberto Fernández mencionó que se buscará no incluir
cláusulas gatillo en las negociaciones salariales, para no alimentar la
inflación, y que en los próximos días comenzará a crearse el Consejo Económico
y Social, lo que permitirá llegar a una acuerdo de precios.
Leonardo Leiderman,
profesor de la Universidad de Tel Aviv, asesor del Banco Central de Israel y
uno de los principales economistas que introdujeron el tema de las metas de
inflación, dijo a LA NACION que "en este
momento, el principal rol de la política monetaria es encontrar una forma de
acompañar una estabilización y un ajuste fiscal".
"Adoptar una
meta de inflación estricta o metas de crecimiento de la oferta monetaria no
serían políticas correctas. Creo que debería reforzarse la autonomía del Banco
Central; cuanto más se financie el déficit fiscal vía emisión monetaria, más
difícil será estabilizar y bajar la inflación", agregó.
Claudio Irigoyen,
jefe de Economía y Estrategia de Renta Fija y Variable para América Latina en
el Bank of America Merrill Lynch, coincidió en que "hay un problema de
dominancia fiscal en la Argentina y es muy difícil hacer política monetaria en
este contexto". Y concluyó: "Si no baja el gasto, el déficit se
financia con impuesto inflacionario o con deuda".
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