Por Sofía
Terrile -La Argentina no es el único país del mundo en el
que la serie vigente más antigua del billete de 100 dólares no se toma
a su valor completo-en el caso del intercambio informal en el
mercado blue- o se rechaza en algunos comercios. Quienes viajaron por América Latina,
Asia y África se encontraron con situaciones en los que llevar las
unidades que tenían guardados abajo del
colchón hace mucho tiempo no fue la mejor idea, aunque sean de circulación legal en el
país que los emite.
El sudeste asiático, un destino que se puso de moda en los últimos años, es una de las
zonas del mundo donde más rechazo generan los dólares "cabeza
chiquita", aquellos papeles de US$100 con la imagen más pequeña de Benjamin Franklin emitidos
entre 1914 y 1996 (y que son de circulación legal en Estados Unidos).
Diego Y. viajó a Tailandia,
quiso pagar en el supermercado con uno de esos billetes, pero no se los
aceptaron. ¿La excusa? Que son "billetes
antiguos". Como desconocía
la ley de este país, prefirió no discutir con sus interlocutores.
Supuso que si se dirigía al banco a intentar cambiar sus billetes, iban a
aceptarlos, porque sabía que eran de circulación legal. Allí se los cambiaron
por otros nuevos. Cuando viajó nuevamente a Asia, prefirió llevar los billetes
nuevos.
Lo mismo le sucedió a Agostina C.: en Bangkok
le fue imposible encontrar una casa de cambio que le tomara sus billetes
"cabeza chiquita". "Es viejo, no se acepta", le decían en
inglés, con algunas dificultades de comunicación. Como no sabía que eran billetes de curso legal, no
discutía. En las islas de Tailandia, como Ko Tao, la situación fue
otra: los aceptaban, pero a un menor precio. Terminó pidiendo plata prestada
porque no le alcanzó hacia el final de su viaje. "Si sabía de antemano, no
llevaba estos billetes", admite, resignada.
El caso más cercano es Brasil. Un grupo de periodistas que se fue a
cubrir la Copa América en Brasil el año pasado se encontró con que en todas las
ciudades había problemas con los billetes viejos. "En algunos lugares no
los aceptaban y en las casas de cambio, indefectiblemente, nos lo cambiaban a
un 20% menos aproximadamente", narra uno de ellos. "Nos decían que esos billetes
viejos ya no circulaban allá", agrega.
En Senegal, Nelson R. vio cómo ninguna casa de cambio le aceptaba sus
billetes "cabeza chiquita". La desesperación creció cuando tampoco
pudo llevarlos a un banco. "Me tuve que tomar un taxi, sin saber si lo
podría pagar, hasta la casa de un estadounidense que me los cambió porque vio mi cara de
desesperado", recuerda.
Los "arbolitos" argentinos no son los únicos que toman
esta serie a un menor valor. Nicolás M. trabaja en el rubro inmobiliario y dice
que ni vendedores ni propietarios que tienen la renta en dólares quieren tomar
los "cabeza chiquita", ni en este contexto en el que es difícil
vender.
Cuando Delia F. y su novio se estaban por comprar su primer departamento
el año pasado, en medio de la crisis y con
sus ahorros de toda la vida, el vendedor de la unidad no quería aceptar
los "viejos". Negociaron cambiar una parte de ese dinero ellos
mismos, y que de la otra parte se hiciera cargo quien los recibía.
Para hacer el cambio de los billetes "cabeza
chiquita" primero recurrieron al banco: se dieron cuenta de que si depositaban algunos en su caja de ahorro,
luego cuando retiraban esa misma suma se encontraban con unidades nuevas. Con
otra parte fueron al mercado blue y
negociaron una quita menor a los $5 que piden algunas cuevas en la calle
Florida.
"Discutimos y terminamos arreglando un mejor
precio -explica-. Todo el mundo
sabe que no es plata falsa y que no tiene ningún defecto, solo se quieren
ahorrar un trámite extra que podría acarrerar, pero si vas con un determinado
monto de dinero termina primando la razón y terminás casi equiparando el precio
final: la moraleja es que no se dejen chantajear".
¿Sirven los dólares "cabeza chiquita"?
Los billetes con la figura de Franklin más pequeña son de circulación legal en Estados
Unidos. En la página web de la Reserva Federal (Fed), la entidad
monetaria central estadounidense, se aclara que no hace falta cambiar los
billetes con viejos diseños cuando los nuevos entran en circulación. "Toda
la moneda estadounidense es legal, sin importar cuándo fue emitida", se
lee.
Además, el organismo explica
que los rediseños sirven para reducir las posibilidades de falsificación. "La
Reserva Federal, junto con nuestros socios en el Departamento del Tesoro y su
oficina de Grabado e Impresión, y el Servicio Secreto de los Estados Unidos
monitorean continuamente las amenazas de falsificación para cada denominación
de moneda estadounidense y toman decisiones de resideño basadas en estas
amenazas", detalla la web.
Además de la "paranoia"
colectiva por la que muchos comercios en el exterior -y muchos
compradores- no aceptan esos billetes, la de la mayor facilidad para la
falsificación es la excusa que a veces dan los "arbolitos" de la
calle Florida: dicen que es
más difícil reconocer los verdaderos y los falsos, porque las series de
hace unos 40 años no tenían fajas de seguridad, un elemento que ayudó en las
series posteriores.
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