Por Claudio
Zlotnik - El último miércoles, apenas se supo que la inflación de diciembre había dado 3,7%, Miguel Pesce
convocó a un técnico de su equipo y le pidió un trabajo de archivo sobre los
pronósticos de las consultoras de la City. La mayoría de esas consultoras
habían estimado un IPC por encima del 4%.
"La pifian siempre, y por lejos. Quiero hacer un análisis de, por
lo menos, 2018 y 2019. Y los voy a convocar para que me expliquen. Quiero saber
qué pasa. Por qué erran siempre", se le escuchó decir al presidente del
Banco Central.
La cuestión no terminará ahí. Pesce y las consultoras quedaron al borde
de la guerra cuando, apenas asumido les hizo un reproche público. "Tienen
que mejorar la calidad de sus pronósticos", aseveró.
Pesce podría llegar al extremo de terminar con la publicación del REM
(Relevamiento de Expectativas de Mercado) si no le satisfacen las performances en las
respuestas de los economistas.
El funcionario se queja de que, con sus yerros, los economistas empeoran
las expectativas. Justo lo que el Gobierno intenta mejorar en medio de la
crisis.
Según Pesce, la inflación "bajará
fuerte" en las próximas semanas, luego del traspié de la primera semana
del año, cuando el regreso del IVA encareció a la canasta alimentaria. Incluso,
se detectó que algunos precios subieron más allá de lo justificado por la vuelta
del IVA.
En el Palacio de Hacienda coinciden con esa
observación, y creen que la inflación se podría ubicar entre 2,5% y 3% mensual en
febrero y marzo.
Este descenso estará obviamente auspiciado por el congelamiento de las
tarifas de luz, gas y agua; y de los viajes en transporte público. Pero los
funcionarios creen que la racha podrá extenderse más allá del "Día
181". Ponen la mira en la etapa de "desindexación" de la
economía que acaba de ponerse en marcha, y que incluirá a los haberes
jubilatorios y a los salarios de los trabajadores activos.
"Ni tablita ni
atraso cambiario"
Una de las sospechas sobre la inflación futura involucra también al tipo
de cambio. Un dólar planchado puede funcionar como ancla en el
cortísimo plazo -y con súper cepo mediante- pero no mucho más allá. La
experiencia argentina de los últimos años ya dejó asentado que las presiones
cambiarias que se acumulan, en algún momento explotan.
En el Banco Central aseguran que se tomó nota de
eso mismo. Y que no se permitirá un retraso cambiario. "Se va a ir
moviendo", afirman. "Ni tablita ni atraso explosivo, pero la
cotización (del dólar) no se va a quedar quieta", completan.
En Reconquista 266 hablan de un
"deslizamiento" que evite un tipo de cambio fijo pero que evolucione
algo debajo de la inflación, de manera de que siga cumpliendo un rol de ancla
de los precios. Y confían en que, aún así, podrán seguir acumulando
reservas.
En el "mercado" miran con atención cada señal del Banco Central.
Observan la emisión de pesos, ya sea merced a la compra de dólares a los
exportadores o a la cobertura del déficit fiscal.
Martín Guzmán ya advirtió que está en contra de la emisiòn espúrea, que
"sería desestabilizante".
Las autoridades creen que, desde que asumieron, hubo margen para hacer
una política monetaria mucho más laxa de la que se venía aplicando en época
anterior. Que por eso mismo se habilitó un descenso de la tasa de interés de
referencia, que ya bajó del 63% al 50% anual desde que asumió Alberto
Fernández.
Pero que esa dinámica "hasta acá llegó". "Se terminó la
intuición, y ahora hay que darle paso a la sintonía más fina. Hay que razonar
muy bien antes de dar cada paso", definen desde el BCRA.
En el directorio del Central consideran que la actual tasa de interés va
en línea con el descenso de la inflación. Y confían en que los nuevos plazos fijos atados al
UVA (indexados) serán un inmejorable refugio para los ahorristas que no quieren
perder poder adquisitivo.
Se sabe, los bancos se adelantaron al descenso de la tasa de referencia
y vienen aplastando la tasa pasiva, más de lo deseado por los inversores. En
promedio, el rendimiento de un depósito a 30 días se encuentra en torno del 36%
anual, bien por debajo de lo que las entidades perciben como tasa por sus
colocaciones.
Ahora, con los plazos fijos en UVA (precancelables a los 30 días)
tendrán la opción de mantener su dinero en términos reales.
Entre la deuda y la
desindexación
Para los funcionarios del equipo económico, "la macroeconomía se
encuentra en una transición", a la espera de que se defina el tema
central: la reestructuración de la deuda pública.
Hasta entonces, alegan, "es imposible tener metas en serio. Ya sea
un Presupuesto nacional o sea un objetivo de política monetaria. Hay que
esperar a que se defina el tema de la deuda".
Desde Economía se muestran muy confiados. Están convencidos de que habrá
avances en la negociaciòn con los acreedores privados. Y que, en tal sentido,
será clave el rol del Fondo Monetario, al que ven "acompañando el esfuerzo
por hacer sostenible a la deuda y a la economía".
Los funcionarios se vanaglorian de que, "al revés de lo que
pensaban en la City, este Gobierno le está dando sustentabilidad al país. Es un
Gobierno sólido que va en busca de la sostenibilidad económica y social",
afirman.
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