Por Liliana
Franco - Un moderado crecimiento y menos riesgos de desaceleración
en la economía internacional presenta la última actualización del informe
Perspectivas de la economía mundial (WEO en sus siglas en inglés) difundido hoy
por el Fondo Monetario
Internacional. En lo que respecta a la Argentina, una de las mejores
noticias es la aceleración en el crecimiento esperado para Brasil, el principal socio
comercial del país. Tras registrar subas algo superiores al 1% en los dos
últimos años, el principal socio del Mercosur aceleraría su crecimiento a 2,2%
en 2020 y a 2,3% en 2021.
Bajo el
título “¿Tenue estabilización, lenta recuperación?”, el informe del FMI proyecta que
el crecimiento mundial, que según estimaciones fue de 2,9% en
2019, aumente a 3,3% en 2020 y a 3,4% en 2021.
Estos porcentajes
implican una revisión a la baja de 0,1 puntos porcentuales para 2019
y 2020 y de 0,2 para 2021, en comparación con las cifras presentadas en la
edición de octubre del mismo informe.
La corrección a la
baja se debe principalmente a resultados inesperados negativos de la
actividad económica en unas pocas economías de mercados emergentes, en
particular India, que dieron lugar a una revaluación de las perspectivas de
crecimiento correspondientes a los próximos dos años. En unos pocos casos,
aclara el Fondo, esta revaluación también tiene en cuenta el impacto del
mayor malestar social.
Por el lado
positivo, la actitud de los mercados se ha visto estimulada por:
Indicios que la
actividad manufacturera y el comercio internacional están llegando a un punto
de inflexión dados los estímulos monetarios.
También por los
avances en las negociaciones comerciales entre Estados Unidos y China
Por menores temores
de que se produzca un Brexit sin acuerdo.
Particularmente,
para América Latina se sigue proyectando un crecimiento
relativamente bajo aunque en ascenso, ya que se proyecta una recuperación de un
0,1% estimado en 2019 a 1,6% en 2020 y 2,3% en 2021 (0,2 y 0,1 puntos
porcentuales menos que lo señalado respectivamente en el informe WEO de
octubre).
Las revisiones se
deben a un recorte de las perspectivas de crecimiento de México en 2020-21,
entre otras razones por la continua debilidad de la inversión, y a una
importante revisión a la baja del pronóstico de crecimiento para Chile,
que se ha visto afectado por la tensión social.
Estas revisiones
están en parte compensadas por una revisión al alza del pronóstico de 2020
para Brasil, gracias a una mejora de la actitud tras la aprobación de la
reforma de las pensiones y la disipación de las perturbaciones de la oferta en
el sector minero.
En momentos en que
la Argentina está tratando de aumentar sus exportaciones, la marcha del
comercio internacional es un dato que importa. El volumen del comercio
mundial subiría 2,9% y 3,7% en el año en curso y 2021, en ese orden (tras el
magro crecimiento de 1% calculado para 2019). Las materias primas (excluidos
combustibles) subirían marginalmente (1,7% en 2020 y 0,6% en 2021), en tanto
que el petróleo retrocedería algo más de 4%.
En donde se
seguiría diferenciando la Argentina es en materia de inflación. El Fondo
proyecta que la suba de los precios al consumidor en los países emergentes
y en desarrollo sería de 4,6% en 2020, que se contrapone con el 40% o más que
prevén las consultoras privadas para el país durante el año en curso.
Riesgos
Con todo, el FMI
advierte que “los datos macroeconómicos mundiales aún no arrojan señales
visibles de que se esté llegando a puntos de inflexión”. Si bien la proyección
de crecimiento de base es más débil, “la evolución desde el cuarto trimestre de
2019 deja entrever un conjunto de riesgos para la actividad mundial menos
sesgado a la baja que en el informe WEO de octubre de 2019”.
Estas incipientes
señales de estabilización podrían persistir y a la larga reforzar el
vínculo entre el gasto de consumo, que sigue siendo resiliente, y un repunte
del gasto de las empresas.
No obstante, el
Fondo alerta que “los riesgos a la baja siguen siendo importantes, e
incluyen la agudización de las tensiones geopolíticas, particularmente entre
Estados Unidos e Irán, el aumento del malestar social, un nuevo
empeoramiento de las relaciones entre Estados Unidos y sus socios comerciales,
y una profundización de las fricciones económicas entre otros países”. Y agrega
que “la materialización de estos riesgos podría provocar un rápido deterioro
que daría lugar a una caída del crecimiento mundial por debajo del nivel de
base proyectado”.
En cuanto a las
recomendaciones del organismo internacional, se señala que “para afianzar la
actividad económica y prevenir los riesgos a la baja, es indispensable lograr
una cooperación multilateral más sólida y una combinación más equilibrada de
políticas a nivel de los países, teniendo en cuenta el espacio monetario y
fiscal disponibles”.
Los objetivos
principales siguen siendo desarrollar la resiliencia financiera, afianzar el
crecimiento potencial y fomentar la inclusividad. Este último punto, el referido
a la inclusividad, es de particular importancia para la Argentina que en sus
últimas negociaciones con el Fondo ha logrado una flexibilización de las
exigencias del organismo contemplando los serios problemas que el país enfrenta
en el campo social.
|