Por Javier Blanco y
Sofía Terrile -
La tasa de riesgo país avanzó otro 3,1% ayer, a
consecuencia de los coletazos en el mercado de la puja que lleva adelante la
provincia de Buenos Aires con sus acreedores para tratar que le acepten la
postergación del pago de un bono.
Ese indicador cerró
la jornada en 1984 puntos básicos, 60 unidades más que anteayer, tras haber
alcanzado en horas del mediodía un pico de 1992 puntos. Pese a ese alivio, en
la segunda parte de la rueda de negocios, el riesgo escaló a su mayor nivel
desde mediados de diciembre, cuando estaba sobre los 2000 puntos.
"Todavía
estamos por debajo del nivel de riesgo con el que asumió Fernández, aunque
seguimos fuera de los mercados. En estos días va a haber tensiones y es
probable que supere los 2000 puntos, pero no es un dato inesperado: el Gobierno
descontaba que esto iba a pasar", juzgó Matías Rajnerman, economista jefe
de Ecolatina.
Todo fue
consecuencia de una nueva depreciación del valor de mercado de los principales
bonos de la deuda soberana argentina emitida en moneda extranjera, en especial,
entre aquellos de plazo más largo. Algunos, como el Bono Centenario (AC17D, con
vencimiento en 2117), cayeron 1,27%, mientras el Bonar 2020 descendió 2%, entre
otros.
"Los bonos en
dólares operaron ofrecidos durante toda la rueda con bajas al cierre de entre
70 centavos y 1,2 dólar promedio para toda la curva. Y los títulos en pesos
cortaron su dinámica alcista de los últimos días", observó el Grupo SBS en
su reporte diario de mercado.
Las pérdidas habían
sido muy superiores en la primera parte de la rueda, es decir, antes de que la
administración Kicillof informara que había extendido hasta el 31 de enero el
plazo para que los tenedores de su Bono 2021 (BP21) acepten diferir el pago
originalmente previsto para el día 26 del actual.
Antes de ese
anuncio, algunos bonos en dólares llegaron a caer hasta 10% y parecían no
hallar piso.
Camino difícil
La extensión del
plazo dejó a la vista que el gobierno bonaerense no consiguió el acuerdo mínimo
del 75% de los acreedores de ese título para lograr imponer el diferimiento de
pago, por lo que decidió estirar la fecha de aceptación hasta el 31 de enero.
Tomando en cuenta
que el anuncio ratifica que este fin de semana no se hará el pago, lo que hay
que considerar es que la provincia cuenta con 10 días más de gracia (hasta el 5
de febrero) para concretar el desembolso de los US$250 millones que corresponde
pagar por una nueva cuota de amortización del título que vence en un año. De
hacerlo, pese a la demora, evitaría caer en default.
De no hacerlo hasta
ese entonces, la administración Kicillof podría enfrentar mayores
complicaciones, ya que el bono fue emitido con cláusulas que les permiten a los
acreedores, en caso de incumplimiento, solicitar la aceleración de pagos.
"La de la provincia
de Buenos Aires es una negociación delicada", dice María Castiglioni, de
C&T Asesores Económicos. "Lo es porque está en juego un monto
relativamente chico, una carta que utilizan las dos partes: por un lado, el
gobierno bonaerense les dice a los acreedores que lo esperen porque es 'poca
plata', pero a su vez estos le responden que si es así, entonces que haga un
esfuerzo y lo 'pague'", explica.
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