Por Mariano
Cuparo Ortiz -
Gracias a las
privatizaciones, el Gobierno de
Cambiemos logró
cumplir la meta de déficit
primario planteada en el acuerdo con el FMI: el 2019 terminó con un rojo de 0,4%
del PBI, incluso por debajo del 0,5% que permitía el Fondo mediante los
ajustadores de gasto social y obras públicas con financiamiento externo. Sin
los ingresos extraordinarios, el déficit primario habría sido de 1% del PBI. El
rojo total, incluyendo los intereses
de la deuda,
habría escalado hasta 4,3%. Y con los ingresos extraordinarios se recortó a
3,3% del producto.
A la liquidación
de activos se le sumó un fuerte ajuste del gasto en
obra pública. En
términos reales, la inversión en infraestructura cayó 26,9% durante el año
pasado. Se destacaron los recortes en energía, de 41,1% real; un brutal 58,5%
en educación; y el 43,3% en vivienda.
Incluso sin los ingresos extraordinarios de las privatizaciones, se
percibió una mejora. En 2015 el déficit total había sido de 5,1% del PBI. Al
2018, fue de 5%. En el 2020, aunque con ingresos que ya no podrán repetirse,
fue de 4,3%. El déficit total del 2020 aún no tiene proyección porque dependerá
de la renegociación
de la deuda que
encara el Ministerio
de Economía, pero
para el primario se estimaba una inercia de 1,5%.
En
2019 el primario fue de 1%, sin liquidación
de activos. Es
decir, en 2020 se habría agregado 0,5 punto, que habrían dejado al total más
cerca de los niveles del 2015. La política fiscal encarada por el nuevo
Gobierno implicaría un nuevo ajuste por el lado de la recaudación tributaria,
que acercaría al equilibrio al primario. Pero resta ver qué ocurrirá con la
redistribución de esos nuevos ingresos.
Los números del déficit fiscal de diciembre fueron publicados ayer por
la Secretaría
de Hacienda.
Desde la cartera destacaron la diferencia entre lo que fue gracias a las
privatizaciones y lo que habría sido sin ellas. Afirmaron: “En el año 2019 se
percibieron ingresos extraordinarios, destacándose el traspaso de Lotería
Nacional a la órbita de la Ciudad de Buenos Aires ($4.813 millones),
registrados como ingresos corrientes. Además se percibieron recursos por ventas
de activos fijos por parte de empresas públicas ($44.595 millones) y
transferencias por parte del FGS a la Anses con destino al financiamiento del Programa
de Reparación Histórica ($64.236 millones), ambos registrados como recursos de
capital”.
Entre los activos vendidos están las centrales hidroeléctricas Ensenada de
Barragán, Aguada del Chañar y Brigadier López. Las transferencias del FGS al
Anses implicaron, según la Fundación Germán Abdala, ventas de las
participaciones estatales en distintas empresas privadas.