Por Eugenia Baliño - Las dudas en torno a
las negociaciones del Gobierno con los acreedores de deuda
argentina, que parecen haberse acelerado esta semana con el viaje del ministro
de Economía Martín Guzmán a Nueva York y la nueva propuesta de la
provincia de Buenos Aires de adelantar el desembolso de intereses a los
tenedores de BP21 para que acepten el diferimiento del pago de capital, le
dieron otro duro revés a los activos locales ayer. El temor global al coronavirus,
con un fuerte impacto en los mercados internacionales, tampoco ayudó.
Los bonos se desplomaron, principalmente los más cortos en dólares
emitidos bajo ley argentina. El Bonar 24 retrocedió 9,5%, lo que significó
su mayor baja diaria desde septiembre del año pasado. El resto de las emisiones
perdieron entre 3% y 5%.
"Además del pánico generalizado en los inversores a nivel mundial,
se le suma la inestabilidad local y la incertidumbre con respecto
al pago de la deuda soberana, lo que genera un cóctel fatal para los activos
argentinos", señaló Joaquín Candia, analista de Rava.
El mal desempeño de los bonos volvió a empujar al riesgo país argentino
al alza y el indicador que elabora JP Morgan alcanzó ayer los
2.146 puntos.
"La estrategia de la provincia de Buenos Aires enturbia las
negociaciones nacionales y, en suma a algunas declaraciones, implicaron un
deterioro acelerado de las expectativas -que debe además atarse al movimiento
de la brecha y cierta atención (como tensión) que despierta el devenir de la
política monetaria-", indicó Matias Roig, Director de PPI.
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