El auditor regional del Fondo Monetario Internacional (FMI), Alejandro
Werner, dijo que cuando el Gobierno defina y comunique su plan económico en
forma integral, ayudará a acelerar las expectativas de reactivación económica
en general y de las inversiones en particular.
En una conferencia de prensa en la que se presentó esta mañana en
Washington el panorama de América latina, Werner ratificó que en la cumbre
convocada por el Vaticano, habrá una reunión entre la directora gerente del
Fondo, Kristalina Georgieva, y el ministro de Economía, Martín
Guzmán. Y que luego llegará a Buenos Aires una misión técnica para conocer
en profundidad los planes y proyecciones del equipo económico del gobierno de
Alberto Fernández.
Werner ratificó que el organismo está enfocado en “cooperar” para que el
país vuelva a crecer y a reducir el nivel de pobreza.
El economista ratificó que la reunión de ayer entre Guzmán y el
encargado del caso argentino, Luis Cubeddu, “fue muy productiva” y aclaró
que no actualizarán las cifras sobre inflación y crecimiento de la Argentina
hasta abril (en la conferencia de Primavera del organismo) porque necesitan
conocer en detalle cuáles son los planes del Gobierno. Y este diagnóstico,
detalló, surgirá de la misión técnica que estará en febrero en Buenos Aires.
“No revisamos las perspectivas de la Argentina dado el inicio del
gobierno y de las definiciones que faltan, que nos permitirán dar un
diagnóstico más certero en abril”, precisó.
De este modo, en forma provisoria, se mantienen las proyecciones
efectuadas en octubre pasado, de una caída del 3,1% en el PBI en 2019, 1,3%
para este año y una recuperación del 1,4% para 2021.
Sobre la misión, dijo que todavía no hay detalles de la fecha para
arribar al país, pero que “estamos listos en cuestiones de calendario para que
la misión vaya cuanto antes”, luego del encuentro entre Georgieva y Guzmán en
Roma.
“La misión se enfocará en cooperar con las autoridades argentinas en
términos de entender el marco de política económica y poder hacer nuestras
proyecciones sobre el país, al entender mejor las medidas que se están tomando
para mejorar la situación de la pobreza y reactivar la economía. Los temas son
muy amplios y son los que se enfoca el FMI tradicionalmente”, indicó Werner.
De inmediato, aclaró que “el FMI no está demandando nada”, pero sostuvo
que si bien el Gobierno apenas lleva dos meses de gestión “cuando vaya dando
definiciones, ayudará a disminuir la incertidumbre y a reactivar la economía;
es importante avanzar y comunicar las decisiones”.
El funcionario no quiso dar ninguna definición en torno de las
negociaciones entre el Gobierno y sus acreedores privados. “No hacemos
especulaciones sobre el tema”, indicó.
Más allá de la Argentina, el FMI espera un repunte para la región del
1,6% en 2020 y 2,3% en 2021, “impulsado por una reactivación gradual del
crecimiento mundial y de los precios de las materias primas". La
recuperación también será impulsada por "un continuo apoyo de la política
monetaria, una menor incertidumbre en torno a las políticas económicas, y una
recuperación paulatina de las economías estresadas”.
Sin embargo, Werner advirtió que continúan los desafíos regionales, ya
que “la fuerte incertidumbre en torno a las políticas económicas en algunos de
los principales países de América Latina sigue limitando el crecimiento”.
En particular, indicó que “la incertidumbre acerca del rumbo de las
reformas y las políticas económicas en Brasil y México probablemente contribuyó
a la desaceleración del crecimiento del PBI real y la inversión en 2019”,
aunque consideró que “las señales en estos países se están revirtiendo hacia
una recuperación”.
Por otro lado sostuvo que la “continuidad del rebalanceo económico en
las economías estresadas que experimentaron frenadas bruscas de los flujos de
capital en 2018-19 (Argentina, Ecuador) ha ayudado a restaurar los equilibrios
internos y externos”, pero alertó que "también ha contenido el
crecimiento”.
En el caso argentino, detalló que las medidas adoptadas desde las
elecciones presidenciales de octubre pasado para limitar la volatilidad en el
mercado a través de restricciones a la compra de divisas y la salida de
capitales redujo la incertidumbre financiera, tal como se reflejó en la
recuperación del precio de los activos argentinos, hasta que resurgieron los
nervios en la última semana por la posibilidad de un default por parte de la
provincia de Buenos Aires.
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