Por Daniel Sticco - El Gobierno comenzó a dar
los primeros pasos para llegar a un acuerdo con acreedores, pero aun no
presentó un plan económico integral para su gestión en general, y 2020 en
particular. En una entrevista con Infobae, Irina Moroni y Andrea
Osorio analizan ese proceso
A poco más de 50
días en funciones el Gobierno del Frente de Todos sigue sin poder explicitar un
plan de gestión para los 4 años de mandato presidencial que recibió en la
elección del 27 de octubre de 2019, sólo anunció lineamientos y criterios
generales, y logró la aprobación inmediata de una Ley de
Emergencia Económica, para contar con recursos tributarios y del Banco Central,
para intentar reanimar la actividad productiva y comercial, a partir del
fomento al consumo.
El inicio de las primeras
conversaciones en la última semana del ministro de Economía, Martín Guzmán, con
acreedores internacionales en Nueva York, y también con funcionarios del Fondo
Monetario Internacional, tuvo la particularidad de repetir lo anticipado en
conferencias de prensa en Buenos Aires, pese a que se esperaba algún avance
exclusivo y reservado. Y para peor, se colocó la estrategia del gobernador de
la provincia de Buenos Aires para lograr acuerdo para postergar los pagos de
los vencimientos de deuda del primer cuatrimestre, también sin explicitar un
plan de gestión. Sólo se difundió el cronograma de acciones para la gestión del Proceso de
Restauración de la Sostenibilidad de la Deuda Pública Externa.
Con ese escenario, Infobae entrevistó a Irina Moroni, economista Jefe de la
Fundación Capital que preside Martín Redrado, y Andrea Osorio, economista senior,
quienes analizaron la coyuntura y dieron su visión para el corto plazo.
- ¿Cómo está la coyuntura? ¿Les parece necesario primero cerrar el acuerdo de
la deuda para ocuparse luego de la macro y de la microeconomía, o tienen que ir
en paralelo?
IM - Para analizar la coyuntura, desde Fundación Capital nos
parece que hay tres temas clave para monitorear este año:
1) el tema de la renegociación de la deuda; 2) cómo evoluciona la brecha
cambiaria; 3) qué decisiones se toman en materia de tarifas y de prestaciones
sociales, porque ahí se congeló por 180 días, se postergó la decisión, y hay
que ver después qué decisiones se toman, las cuales van a ser determinantes de
la economía del 2020.
Nos preguntaba
específicamente sobre la renegociación de la deuda; si primero es necesario
obtener un acuerdo y después pensar en el crecimiento. O si todo tiene que ir
de la mano. Hoy por hoy las variables que se vieron, las medidas que se
anunciaron, se concentraron muy por el lado fiscal, por el lado de búsqueda de
recursos; por un lado pro consumo, pero no se propuso nada para promover las
exportaciones e impulsar la inversión. Dos variables clave para que se dé el
crecimiento. Y sin ese crecimiento no se puede generar la capacidad de pago
hacia adelante. Entonces, si uno va a ir a renegociar la deuda tiene
que mostrar también capacidad de pago hacia adelante; y para eso es clave que
también haya medidas en esa línea para mostrar un plan integral, porque de lo
contrario será algo de muy corto plazo.
- Hasta ahora, lo
que se vio fue el castigo a la exportación con la suba de las retenciones de
emergencia; anuncio de revisión de los incentivos a la industria del
conocimiento; más impuestos también al resto de la economía, y sin incentivo a
la inversión porque hay más Precios Cuidados, más precios administrados, y el
Presidente dijo que no está conforme con el comportamiento de los empresarios.
¿Cómo creen que mejorará el clima para los negocios?
IM - Vemos a las empresas muy preocupadas. En materia de
precios vamos a tener mucho que seguir de cerca las regulaciones y
autorizaciones.
AO - Sí, definitivamente. Al Gobierno lo veo con un primer
semestre tomando medidas orientadas a poder mostrar una baja sustancial de la
tasa de inflación en el corto plazo. Creemos que ese es el objetivo oficial,
mostrar un número que le permita habilitar paritarias con un guarismo más bajo.
De ahí que en estos 180 días es el tiempo que tiene para mostrar un programa de
tarifas y de prestaciones sociales que sea convergente a la desaceleración de
la inflación. Porque si en el día 181 vemos que el plan económico
integral no convence, o el mercado no lo toma bien, seguro vamos a tener una
aceleración de la suba de los precios al consumidor, otra vez.
- La historia argentina muestra que, en
general, los primeros resultados de un nuevo gobierno aparecen en el segundo
semestre, porque el año fiscal empieza el 10 de diciembre ¿Creen que este
segundo semestre será distinto a los del pasado, porque justamente ahí van a
tender a aparecer las presiones de los precios contenidos, las tarifas
demoradas? ¿Cuánto tiene que bajar la inflación para que esa regularización de
precios relativos no vuelva de nuevo a condicionar el segundo semestre?
IM- Bueno, ahí hay una variable clave que la habíamos
mencionado antes para la inflación, la brecha cambiaria. Nuestro escenario base
es de una banda que se mueva entre 30% y 50%. ¿Por qué decimos esos números?
Una brecha más amplia que un 50% empezaría a jugar en contra de las
expectativas de la gente y por ende comenzaría a presionar sobre la suba
generalizada de los precios y la actividad, redundando en un escenario más negativo para
el año en curso. Por tanto, será un termómetro del estado de
la economía, más allá de lo que suceda con otras medidas,
como la salida de los congelamientos de precios y tarifas.
Respecto del plazo de los 180
días, todavía estamos todos a la espera de ver cómo
se llega al día 181. Las primeras medidas fueron justamente dirigidas a darse
un poco de ese tiempo. En materia fiscal nuestras
estimaciones son que el Tesoro tiene caja para afrontar los vencimientos en
dólares con acreedores privados y con organismos internacionales, hasta
principios de mayo. Pero, como todos sabemos, los mercados también se
adelantan. Es decir, ese es el tiempo que se dieron para tener margen para
encarar las negociaciones, y por eso las autoridades se impusieron el límite de
fines de marzo. Creemos que la renegociación de la
deuda no solo tiene que ser rápida, sino también tiene que ser sostenible en el
tiempo, y para eso es clave mostrar un conjunto de factores que se engloben
dentro de ese objetivo.
- ¿Cómo creen que el
Impuesto País afecta las expectativas de precios? ¿O sólo repercutirá sobre la
inflación a partir de superar ese cargo de 30% en otros 20 puntos porcentuales?
IM - Una brecha con los tipos de cambio paralelos entre 30% y
50% no creo que vaya a presionar tanto sobre los precios. Son rangos que
consideramos que pueden ser tolerables. Más allá del 50% ya todos empiezan a mirar
ese nuevo valor, porque ahí empieza a jugar de lleno sobre las expectativas.
- ¿Qué puede provocar la amplitud de la brecha cambiaria?
IM - La renegociación de la deuda.
- ¿Exclusivamente?
IM - Principalmente eso va a ser una de las claves, cómo
avanza. De hecho, ya lo vimos recientemente en la suba del índice de riesgo
país, aunque también jugaron factores internacionales. Otro factor a monitorear son los vencimientos
en pesos. En enero se logró renovar parte de los compromisos en
moneda local, colocando Letras a septiembre y diciembre. Sin embargo, los
vencimientos del próximo bimestre son elevados, destacándose el bono dual en febrero por el
equivalente a USD 1.637 millones; y el Bogato y Botapo en marzo por USD 1.370
millones. Al respecto, será clave una recuperación importante de
la demanda de dinero que permita absorber los excedentes monetarios
provenientes de la asistencia al Tesoro.
- ¿Es una buena estrategia plantear que los acreedores pueden llegar a
tener mala fe en la negociación? Porque tanto el gobernador de la provincia de
Buenos Aires, ex ministro de Economía, Axel Kicillof, como el propio Martín
Guzmán, dijeron: “esperemos que los acreedores negocien de buena fe”. ¿Cuándo
un inversor le presta al Estado argentino lo hace de mala fe, porque sabe que
corre un alto riesgo de que no va a cobrar, y gana más lugo litigando?
IM -Es una jugada arriesgada el mostrarse en una
posición bien dura. Creo que están testeando a ver cómo reaccionan los
acreedores frente a esa postura. El Gobierno pide espacio fiscal
de los acreedores y estos reclaman un plan antes de negociar quita y plazos.
- ¿Esa forma de comenzar a negociar fue lo que disparó el índice de
riesgo país de 1.800 hasta 2.140 puntos básicos, o fue producto de las declaraciones de Joseph Stiglitz que consideró hay que ir a una
negociación dura en la cual se tengan que cumplir las tres condiciones: baja de
capital, disminución de las tasas de interés y alargamiento de plazos?
¿Semejante suba del índice de riesgo país, aumento del rendimiento de los bonos
a reestructurar, es una invitación a los buitres, y esos sí pueden tener mala
fe? ¿Creen que plantear la idea de
buena fe deja en mala posición al negociador?
IM - Es una jugada arriesgada. Esta posición más dura
encierra la reticencia a un ajuste fiscal mayor y genera dudas respecto a la
velocidad para lograr un superávit fiscal primario. Pareciera que se juntaron
varios factores: el envío de la ley al Congreso; las declaraciones de un premio
Nobel de Economía, más la propuesta de la provincia de Buenos Aires de alargar
los plazos de pago y la falta de definiciones en New York cuando fue Martín
Guzmán. Ahí se complotó todo para que se genere una
mirada un poco más nerviosa en los mercados.
- ¿Cómo leyeron desde la Fundación Capital
la estrategia de Kiciloff de anticiparse al vencimiento e incluso al deadline que tiene el 5 de febrero,
adelantarlo al 23 de enero y luego al 31 de enero, y precipitar un poco el
ruído en el mercado financiero?
IM - Fue bastante rápido y ahora lo están estirando un poco
más porque no le dieron los tiempos.
- ¿Fue una estrategia acertada? ¿O tendría que haber dicho “estamos
trabajando en los aspecto fiscal, el gasto público, en las políticas activas,
para poder presentar un plan de pagos sustentable”?
IM - Los acreedores esperan recibir un plan, que les comenten
la propuesta de pago y su sustentabilidad. No solo un canje, sino quieren saber
qué ve de diferente el Gobierno en mayo de lo que se observa ahora.
- ¿Cómo ven a la
economía real en este escenario. Dada la experiencia y que se acumuló una
década sin crecimiento, qué le dicen a las empresas?
IM - Como mencionábamos antes, para que la economía crezca las tres ruedas
del crecimiento tienen que estar en funcionamiento: el consumo, la exportación
y la inversión. Para que crezca de modo sostenido. Hoy por hoy se ven más medidas por el lado de
la demanda interna, la cual viene de un subsuelo, ha venido
cayendo profundamente los últimos dos años. Por lo que son las exportaciones y
la inversión no se ven medidas. Proyectamos ventas externas creciendo
levemente, 3,5%, y una inversión todavía en retroceso, 9%. Nuestra estimación
para el consumo este año es de una caída de medio punto porcentual,
a partir de medidas destinadas a alivianar un poco la situación de los sectores
de menores ingresos. Y también, con las medidas destinadas a acotar las
posibilidades de ahorro, con la suba de impuestos y baja de las tasas de
interés.
- ¿Y del lado de la producción?
IM - Del lado de la producción lo que es la industria va a continuar siendo muy
heterogénea. Siempre desde la Fundación Capital mencionamos
que hay que mirar sector por sector. También la mirada oficial apunta a
proteger algunos sectores un poco más, en particular en materia de competencia
de importaciones, en un marco donde estimamos una del PBI de más de un punto
porcentual.
AO - Sí, las licencias no automáticas, que ampliaron
su espectro, definitivamente buscan proteger determinados sectores que son
sensibles, que tienen más intensidad de empleo. Por ahora se ven
esas medidas.
- ¿El nuevo grupo de productos incluidos bajo el régimen de licencias no
automáticas de importación, que prácticamente se duplicó en cuanto a volumen de
divisas, va a ser efectivo, para proteger a algunos sectores y facilitar su
reactivación, o creen que la experiencia de controlar y proteger las industrias
con esta herramienta a la larga termina afectando más el ciclo productivo,
porque termina extendiéndose a los insumos básicos para exportación, por la
falta de divisas?
AO - En un primer momento nosotros no creemos que vayan a
limitar el ingreso de insumos que sean necesarios para la producción. Sería
contraproducente para el propio programa económico del Gobierno, aunque va a
depender un poco de los requerimientos de divisas. En la medida en que en el corto plazo se
pueda resolver la renegociación de la deuda y empezamos a tener un programa
económico más claro, no debería suceder un control de importaciones más
restrictivo.
AO - En el primer plano lo que se ve es un control sobre sectores que
eran los que ya estaban con régimen de licencias no automáticas y
que ahora se va a intensificar.
- ¿Son sectores que pueden llegar a contribuir a dinamizar la actividad
productiva global?
AO - Son sectores que generan empleo; y que son los que
tuvieron un poco más de problemas laborales en los últimos meses.
- No se trata de sectores que hayan sido
dinámicos desde el punto de vista de la exportación y de la inversión, como lo
ha sido los de la industria del conocimiento, o la rama agropecuaria...
AO - No, claro.
- ¿Ven que el Gobierno dio prioridad a las empresas con problemas para
retener el empleo, por una simple cuestión de urgencia, pero esperan, o ven
señales, que va a empezar a actuar sobre los sectores que generan divisas,
porque es el gran cuello de botella en perspectiva, como la industria del
Conocimiento y con el sector agropecuario que le subió las retenciones, y otros
que le aumentó los impuestos, pese a que se viene de un año en el que se pasó de un déficit comercial de
USD 4.000 millones a un superávit de USD 16.000 millones…
IM - Debería formar parte de la agenda. Por el momento no se
notó. Pero debería formar parte de la estrategia para generar una verdadera
capacidad de pago hacia adelante.
- ¿Cómo ven la relación comercial con Brasil. Empezó dura y ahora se
calmaron las aguas?
AO - Pareciera que las autoridades están tomando un enfoque
un poco más pragmático. Brasil es el principal socio comercial
de la Argentina, y es muy importante tomar una posición más inteligente. Al
parecer están tomando este enfoque más pragmático, no se están viendo los
comentarios que se vieron tres meses atrás. Hay que esperar
los avances desde Brasil y cómo se lleva a cabo la renegociación del Mercosur
con relación a la Unión Europea. Por el momento, por lo menos del lado de la
Argentina, no pareciera viable ponerse en contra a un socio tan relevante para
el país.
- ¿En lo monetario cómo están viendo las primeras medidas del equipo de
Miguel Pesce, porque en campaña se mostró muy en contra de los instrumentos de
regulación monetaria, como las Lebac, las Leliq, y ahora se ve que en estos 50
días esas herramientas se han potenciado e incluso los está fomentando
alargando plazos y privilegiando más tasa que la de pases que era más corta?
IM - Creo que va a estar bastante supeditado a todo lo que
suceda por el lado fiscal. Si bien lo que anunció el ministro Guzmán es tratar
de que no haya una emisión excesiva creo que, justamente, todas estas
herramientas se las están dando para poder controlar vía cantidad lo mayor
posible frente al cambio estacional de la demanda de dinero, y armar una curva
de rendimientos que le sea más acorde a lo que están esperando. Pero, es otra
variable que en Fundación Capital venimos monitoreando, porque la emisión por
adelantos al Tesoro y giro de utilidades a Hacienda, puede llegar a generar una
presión excesiva sobre la brecha cambiaria y, sobre el resto de las variables
que comentamos antes.
- ¿Cuál es la
variable que va a dar esa señal del comportamiento de la demanda de dinero? ¿La
variación de la brecha cambiaria?
IM - La brecha cambiaria va a ser el termómetro donde se va a
ver finalmente si esa demanda de dinero no estaba, si estaba alicaída y hubo
emisión, seguramente va a presionar sobre la brecha cambiaria.
- ¿Y el sendero de las tasas de interés?
El Banco Central empezó con una tendencia fuertemente bajista de 63% anual a
50% anual a 7 días, pero se dio cuenta que la tuvo que estabilizar…
- IM. Sí, hicieron una baja bastante abrupta al principio y
ahora como mencionábamos, al ser justo un momento en el que la demanda de
dinero empieza a ser menor de lo que es estacionalmente en diciembre y enero
pusieron un freno. Pero sí, la tendencia es a que continúe reduciéndose
la tasa de interés.
- ¿Eso no va a terminar conspirando contra esa demanda de dinero que es
necesario que se recupere para reestablecer la confianza?
IM - Sí, si no hay instrumentos también para el ahorro va a presionar sobre la brecha cambiaria.
Siempre y cuando no se dé esto de una mayor demanda de dinero por efecto de una
economía que se reactiva.
IM - Era
una herramienta que estaba disponible y que no estaba siendo muy utilizada. Entonces,
el cambio de los plazos es, bueno, si no se puede por esa vía conseguir la
captación de los depósitos, prueba por esta otra. Los depósitos en UVA están creciendo. Lo que pasa es
que vienen también de una base muy baja. Pero están creciendo
fuertemente. Porque justamente, se prevé que todavía haya varios meses con tasa
de inflación elevada.
- ¿Qué preocupación reciben de sus clientes, de las empresas, qué les
preguntan?
IM - Hay
muchas dudas respecto de cómo va a continuar el congelamiento de precios, y por
el lado del control de las importaciones. Y por supuesto de cómo vemos la
renegociación de la deuda, si van a llegar con los plazos.
AO – Y sobre la economía real, para cuándo vemos que se reactiva el
consumo.
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