Por Juan Strasnoy
Peyre - Hoy comienza una semana clave para el Gobierno de cara a captar los
apoyos necesarios para el proceso de reestructuración. Gira y reuniones mediante, buscará
avanzar en el aval del Fondo Monetario y de algunos de sus principales
accionistas para patear el plazo de repago de los US$44.000 millones
desembolsados del stand by, por un lado; mientras, por otro, esperará que el
Senado dé vía libre para renegociar los pasivos bajo ley extranjera y que los
acreedores privados suscriban el reperfilamiento propuesto por el gobernador Axel
Kicillof.
La estrategia
oficial es conseguir el
respaldo político interno y, sobre todo, del FMI, el mayor acreedor del país, para
el programa de sustentabilidad con el que trazará, entre el 12 y el 17 de
febrero, los lineamientos generales y las perspectivas macroeconómicas del país
para los próximos años que el ministro de Economía, Martín
Guzmán,
presentará en el Congreso y, luego, la oferta concreta que le presentará a los
bonistas la segunda semana de marzo. Por lo pronto, se descuenta que este
jueves el Senado convertirá en ley el proyecto de "restauración
de la sostenibilidad de la deuda pública externa".
La negociación
con los acreedores privados será la más difícil, en particular con los tenedores los
US$67.000 millones en títulos bajo legislación extranjera que imponen pisos de
acuerdo de entre el 66% y el 75%. El Ejecutivo intentará convencerlos a través
de un plan "sostenible", que genere la expectativa de una suba de las
cotizaciones de los bonos que surjan del canje, en comparación con los actuales
precios de default. Los elementos fundamentales del plan serían la postergación
hasta 2023 de todos los vencimientos con el Fondo, que permitirían despejar el
horizonte financiero durante el mandato de Alberto Fernández, y la búsqueda de equilibrio
fiscal y superávit comercial.
La
reunión entre Guzmán y la directora gerenta del FMI, Kristalina
Georgieva, de
este miércoles en el Vaticano será un momento importante en esa negociación,
que continuará la próxima semana con la llegada de la misión técnica del
organismo. Al igual que los encuentros del Presidente con los mandatarios de
Alemania (en este caso junto a Guzmán), Francia y España, en los que buscará el
apoyo de estos países en el directorio del organismo.
También lo será, mañana, el vencimiento
del plazo para
que los acreedores bonaerenses acepten posponer el pago de los US$250 millones
ya vencidos del BP21 para el 1° de mayo. Sin el aval, la
PBA caería en default. En Economía, creen que será una muestra de si los
bonistas irán con "buena fe" a la negociación de la deuda soberana.
Un rechazo llevaría a la Nación a revisar las premisas de la oferta, que aún
está en elaboración.
Aunque aún no se conocen detalles de la propuesta de canje, se sabe que
el Gobierno buscará una extensión de
plazos de los títulos y un período de gracia de al menos dos años. Además, tras las
declaraciones del mentor de Guzmán, Joseph
Stiglitz, y
filtraciones de las conversaciones entre inversores y funcionarios, cobró
fuerza la versión de que se avanzaría en un recorte de los cupones de
intereses. Aunque, con presiones del Fondo mediante, nadie descarta una quita
de capital que permita bajar el peso del stock de deuda sobre el PBI, que trepó al 91,6% tras el megaendeudamiento
de la era Cambiemos.
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