Por Pablo Wende - Ya pasado el “affaire Kicillof” y mientras el
Gobierno apura los tiempos para avanzar con la reestrucuración de los bonos en
dólares y las negociaciones con el FMI, emergió otro factor que inquieta de
manera creciente a los inversores: los millonarios vencimientos en pesos de la
deuda local. Entre febrero y abril, son $ 500.000 millones que el Tesoro
tendrá que salir a refinanciar con colocación de nueva deuda. Pero si no lo
logra se verá obligado a emitir pesos en cantidades industriales, provocando
fuerte presión sobre el tipo de cambio y la inflación.
Según cálculos realizados por el economista Fernando Marull, la cifra
equivale a cerca de 30% de la base monetaria, por lo que se trata de valores
sustanciales. Asimismo, semejante volumen de vencimientos pone en duda el
proceso de reducción de tasas en pesos. Mientras que el Central bajó la tasa de
política monetaria a niveles de 48% anual, la BADLAR (plazos fijos
mayoristas de bancos privados) se redujo a 34%. Pero, advierte Marull, no será
para nada sencillo mantener tasas por debajo de la inflación y renovar los
vencimientos en moneda local.
Estos desafíos quedaron claramente expresados ayer cuando el Tesoro
salió a colocar títulos en pesos al 2021, con el objetivo de refinanciar el
vencimiento del denominado Bono Dual, el próximo 16 de febrero. Sin embargo,
apenas consiguió colocar un 10% de los cerca de $ 100.000 millones que vencen
en dos semanas. Se realizará una nueva licitación la semana que viene, en la
que el resultado tendrá que ser sustancialmente mejor.
En el mercado atribuyeron en parte el fracaso de la licitación de hoy a
la incertidumbre que existía en relación a la deuda bonaerense. Era casi
imposible conseguir un importante monto de participación cuando subsistían las
dudas respecto a un posible default de los bonos de la provincia de Buenos Aires.
Como los títulos se colocan a tasa BADLAR más 400 puntos básicos,
representa un rendimiento de sólo 38%, por debajo de la inflación esperada. Estas
tasas negativas en términos reales resultan poco atractivas para los
inversores. Y esto representa una gran complicación para el Tesoro, que
pretende refinanciar la deuda en pesos pero al mismo tiempo bajar
sustancialmente la tasa de interés. Tampoco hubo mayor interés por los títulos
emitidos a tasa CER más 1% anual.
En Economía emitieron un comunicado tras la licitación de bonos en pesos
de ayer, que fue leído como una advertencia por el mercado. “La
normalización del mercado de deuda en pesos requiere de acciones coordinadas y
de un involucramiento de los actores relevantes de modo de construír un perfil
de vencimientos y de tasas de interés que den sostenibilidad al endeudamiento
público”.
El concepto de “involucramiento” sugiere que los inversores
institucionales locales tendrán que realizar un “esfuerzo adicional” para
renovar la deuda en pesos en vez de cobrar al vencimiento. Sin embargo, por
ahora se utliza este lenguaje críptico, sin mayores precisiones. El temor de
los distintos inversores institucionales, como compañías de seguros y fondos
comunes de inversión, es que los terminen obligando a comprar bonos en pesos a
tasas menores a las vigentes en el mercado, asumiendo fuertes pérdidas en los
portafolios.
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