Por Mariano
Casal - Sobre el final de su viaje en Europa, Alberto Fernández ya
cuenta con la ley para restaurar la “sostenibilidad” de la deuda pública bajo
legislación extranjera, tras la sanción que realizó el Senado esta tarde con
amplio aval opositor, pese
a cruces en el recinto entre kirchneristas y macristas.
Al momento de la votación, que fue unánime, la ley recibió 65
adhesiones, tras casi nueve horas de debate y una extensa lista de oradores que,
más que cerrar grietas y mostrar unión ante una compleja negociación ante acreedores,
volvió a elevar la temperatura y lejanía entre oficialismo y oposición.
“Parece que acá hay
dos modelos. El proyecto de desendeudamiento y el endeudamiento a mansalva,
causante de todos los males de la Argentina. Somos un país
adicto al relato y, como toda adicción, se genera un distanciamiento de la
realidad. El primer gran relato es que durante el kirchnerismo fue la épica del
desendeudamiento, de salida del Fondo Monetario Internacional (FMI), pero la
verdad que nada de esto fue real. De 2005 a 2015, la deuda se incrementó en u$s
90.000 millones, están los números”, aseguró el jefe del interbloque de Cambiemos,
el radical Luis Naidenoff.
El
legislador formoseño además señaló: “Nosotros nos hacemos cargo de lo que nos
corresponde. Cuando asumimos -en referencia a la gestión de Mauricio Macri-,
cuatro provincias no podían ganar aguinaldo. A fines de 2019, excepto en
Chubut, todas terminaron con superávit. Teníamos que financiar un Estado que
colapsaba con una bomba previsional y déficit energético. Se acudió a los
mercados y no había margen político para un ajuste social”.
Como si
fuera poco, Naidenoff dejó un regalo para el gobernador bonaerense, Axel
Kicillof. “Jugó al default durante un mes. ¿Ustedes creen que este tipo de
incoherencias les hacen bien al presidente y al equipo económico, que tienen
que encarar una negociación dura? No es bueno lo que ha pasado”, enfatizó.
Por su
parte, el titular del kirchnerismo en la Cámara alta, José Mayans,
advirtió que la Argentina “no
está en condiciones de cumplir con el pago de deuda. Es la realidad, hay
vencimientos próximos y ya estamos en emergencia y en default”.
Y destacó que gran parte del endeudamiento durante el macrismo “no era para
reactivación económica, sino para cubrir especulación financiera, la timba, la
bicicleta”, ya que “entraba plata por un lado y salía por otro” y “no era para
resolver problema energético o productivo o industrial, sino para pagar la
usura en la que nos metieron”.
A pesar de
que el propio Gobierno y algunos de sus legisladores afirmaron que no era
“necesaria” la ley como instrumento económico, el radical Martín Lousteau
subrayó lo contrario, ya que la misma es un “manifiesto” del respaldo a “una negociación
que será difícil e imprescindible por el contexto”. En esa
línea, deslizó de manera indirecta errores que llevaron al macrismo a ingresar
en un nuevo cepo cambiario y pedido de reperfilamiento. Por último, explicó con
detalle el endeudamiento interno disparado entre 2019 y 2015 y el festín de
déficit generado.
El
exministro de Economía de Cristina
Fernández de Kirchner y creador de la famosa Resolución
125 para hachar al campo fue didáctico para precisar algunos parámetros
importantes, en el sentido de los problemas que podría traer un acuerdo sobre
la deuda bajo legislación extranjera y no la de legislación nacional, que
podría llegar a “someter” a los que invierten en el país. Y resaltó: “Desendeudamiento
real es cuando hay superávit fiscal. Si hay déficit, es imposible”.
Miembros
informantes
Por el
oficialismo, el exjefe del peronismo en la Cámara alta y actual titular de la
comisión de Presupuesto y Hacienda, el ahora kirchnerista Carlos Caserio,
sostuvo que “el endeudamiento, tal como está, es insostenible”, y que “todas
las discusiones sobre programas macroeconómicos” deberán esperar “hasta saber
qué recursos de vencimientos haya por delante”. También aseveró que el Gobierno
quiere reordenar la economía “en
un proceso virtuoso, inclusivo y sostenible”.
Del lado
de la oposición, la macrista Laura
Rodríguez Machado ratificó la “gobernabilidad” que se dará
al Gobierno kirchnerista para otorgar “al que maneja el timón los instrumentos
necesarios para darle el rumbo que entiendan mejor para nuestro país”.
Sin
embargo, Rodríguez Machado (Córdoba) también dijo que la decisión de Juntos por
el Cambio implica “aportar sin dar poder absoluto, supremo o excesivo”, y
aprovechó para criticar al Ejecutivo por los pocos funcionarios enviados a
explicar la ley. “Se limitaron a leerla y agradecemos, pero sabemos leer”,
disparó.
Luego, la
legisladora cordobesa recordó que Mauricio Macri asumió “súper fuera” del
mercado por el default y apuntó al kirchnerismo: “Probablemente ustedes no
consideren prudente la forma de pago de deuda pendiente, pero asumimos con deuda
impagable, procesos pendientes que nos embargaron la Fragata Libertad, miedos a
embargar embajadas”. Además, dejó claro que “tres de cada cuatro dólares” de la
deuda emitida en la gestión anterior “fueron para pagar deuda pendiente”.
Durante la
discusión en el Congreso, el
Ejecutivo envió sólo a dos delegados a cada cámara, motivo de queja de Juntos
por el Cambio, principal bloque opositor, que también
exige que el Gobierno muestre un plan macroeconómico y deslice un anticipo del
Presupuesto 2020 que prometió el kirchnerismo.
Quien
caldeó el recinto durante el mediodía de hoy fue el “soldado” cristinista Oscar Parrilli -también
aportó lo suyo la camporista Anabel Fernández Sagasti-, que manifestó que los
empresarios están “boicoteando al Gobierno” de Alberto Fernández por el
“aumento desmedido y desmesurado del precio de los alimentos” desde enero
pasado. “Se le fue la mano”, reconocieron a Ámbito desde
el oficialismo.
Presidió
la sesión especial la titular provisional de la Cámara alta, Claudia Ledesma Abdala (Santiago
del Estero), quien en pocas horas pasará a estar al frente del Ejecutivo por el
viaje de Cristina de Kirchner a Cuba y el regreso de Alberto Fernández de
Europa.
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