Por Juan Strasnoy Peyre - El proceso de renegociación tendrá
esta semana un momento clave. El miércoles llegará al país la misión del Fondo Monetario Internacional,
que evaluará los números económicos del país y los del plan de reestructuración
del ministro de Economía, Martín Guzmán, para emitir
luego el reporte técnico que observarán tanto el directorio del organismo como
los acreedores privados. El mismo día, el funcionario irá al Congreso a
presentar los lineamientos generales del análisis de sostenibilidad de la deuda pública,
donde no dará detalles de las proyecciones macro oficiales pero buscará
transmitir la importancia del orden fiscal y dar certezas de que el esquema
actual de pasivos es insostenible.
Hoy mismo, luego del traspié del canje de la semana pasada,
Economía tendrá su segundo round en su intento por refinanciar el vencimiento
de alrededor de $100.000 millones del bono Dual del próximo
jueves. Licitará tres bonos a un año y medio con el objetivo de evitar un shock de
emisión que evite tensiones en los dólares paralelos y
complique el panorama financiero en plena cuenta regresiva para la
reestructuración de la deuda en dólares que tiene como deadline el 31 de marzo.
Luego de la gira presidencial en la que el
Gobierno afirma haber abrochado cerca del 70% de los votos del directorio del FMI para
reformular el acuerdo stand by -aunque
definirá Estados Unidos por su poder de veto-, las negociaciones de esta semana
serán claves para que se cumpla el apretado y ambicioso cronograma de
negociación.
En sus encuentros con Julie Kozack, la número dos
del Fondo para la región, y Luis Cubeddu, el
encargado del caso argentino, los funcionarios locales insistirán en las líneas
centrales del plan Guzmán que publicó BAE Negocios: patear tres años los plazos
de pago previstos para devolver los USD44.000 millones que desembolsó el
organismo sin pasar a un programa de facilidades extendidas, que implica más
tiempo y también más condicionalidades, y conseguir que el staff report que
publicarán sus técnicos declare que la deuda externa es insostenible,
como elemento de presión ante los bonistas que tienen a su favor el hecho de
sentarse a renegociar títulos que nunca dejaron de pagarse.
Justamente
esa ventaja, que no existía en el canje de 2005 negociado en medio de un
extenso default, pone en duda la posibilidad de avanzar en una reestructuración
amistosa. Para algunos analistas, el intento fallido de Axel Kicillof de
posponer el pago de capital del BP21 sin
una amenaza creíble de que el bono en última instancia no se pagaría es una
mala señal en ese sentido.
En ese marco, el Ejecutivo nacional se propone conseguir de parte de los
privados un amplio período de gracia para
iniciar una recuperación económica que le permita volver a pagar y un
importante recorte de intereses más una leve quita de capital, que es impulsada
incluso por el FMI con
el objetivo de reducir el ratio deuda/PBI, que en el tercer trimestre de 2019
saltó al 91,6%, según datos oficiales.
Por eso y ante la certeza de que no hay
posibilidades de acuerdo con el Fondo sin comprometer algún ajuste fiscal,
Guzmán pondrá el acento ante los Diputados y Senadores en la necesidad de
cuidar las cuentas públicas y pondrá sobre la mesa el impacto de la ley de Solidaridad Social y Reactivación
Productiva, que mejoró los ingresos vía suba de retenciones y
bienes personales y se propuso retacear una parte del gasto vía suspensión de
la fórmula de movilidad jubilatoria. También remarcará la necesidad de volver a
crecer y de generar un superávit comercial, al tiempo que buscará dar una señal
de respaldo político parlamentario ante la comitiva del organismo.
Disonancias
En ese marco, las palabras de Cristina Fernández de Kirchner durante
la presentación de su libro Sinceramente en Cuba
generaron ruido. La vicepresidenta planteó la necesidad de encarar un
"nunca más de la deuda" y llamó a investigar el endeudamiento de la era Cambiemos,
algo que está lejos de la estrategia del Ejecutivo. "Hay que determinar
para qué se le prestó a Argentina durante el gobierno de Mauricio Macri",
dijo.
También a contramano de la propuesta de
Guzmán, Cristina sostuvo que el Fondo "debería establecer una quita
sustancial". "Cuando dicen que no se puede hacer una quita al capital
del FMI porque
su estatuto prohíbe hacer quitas, también dice que no se deben dar préstamos
para las cuestiones bancarias y permitir fugar. ¿Por qué vamos a hacer valer
una prohibición y la otra no?", argumentó.
Su planteo sintoniza con las convocatorias que desplegarán algunos sectores del
Frente de Todos junto a organizaciones gremiales y grupos de izquierda para
reclamar una auditoría de los pasivos. Con la consigna "La deuda es con el
pueblo", este miércoles los movimientos sociales agrupados en la Unión de Trabajadores de la Economía
Popular (que integran, entre otros, el Movimiento Evita y
el Frente Patria Grande) recibirán al FMI con
una movilización al Obelisco junto a sectores de la CTA y otras agrupaciones.
El FIT hará un acto propio en Plaza de Mayo.
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