Pero para ello existe una alternativa: el maravilloso mundo
de las opciones. Las mismas requieren de poco tiempo y
poco capital para otorgarle al inversor una buena ganancia. Spoiler alert: también pueden significar una enorme
pérdida de dinero, porque en el mundo financiero las ganancias y los riesgos
tienen una relación directamente proporcional.
Entonces,
surge la primera pregunta. ¿Qué son las opciones?
Las opciones son
derechos a comprar o a vender la acción de una empresa a un determinado precio,
independientemente de cómo varíe la cotización de dicha acción en el futuro.
Si
Domingo, por ejemplo, piensa que la acción de un banco va a subir, puede
adquirir entonces una opción de compra del papel de dicho banco. No importa
cuánto suba el precio de la acción, Domingo siempre va a tener el derecho de
comprarla a un precio fijo. Si Felipe, por el contrario, piensa que la misma
acción va a sufrir una calamitosa caída, puede adquirir entonces una opción de
venta de dicha acción. Sin importar cuánto caiga el precio, Felipe siempre va a
tener el derecho de venderla a un precio inamovible.
En
cualquier caso, para adquirir la opción se debe pagar una prima, que va a depender del precio de mercado y
de las expectativas respecto a la acción asociada.
A partir
de ahí, aparece la segunda inquietud. ¿Cómo funcionan las opciones?
Una opción
es un contrato por un tiempo determinado. Existen opciones a febrero, abril,
junio, etc. Las mismas vencen el tercer jueves del mes en cuestión, pudiéndose
operar con dicha opción hasta ese momento. Las opciones tienen una denominación
que parece un tanto engorrosa, pero que encierra toda la información necesaria
para el inversor.
A
continuación, vemos dos ejemplos:
Entonces, una vez que se compra la opción, se viene la
tercera pregunta. ¿Qué se hace con la opción una vez que se adquiere?
Aquí existen dos posibles formas de actuar: ejercer la opción o
venderla.
Ejercer es
hacer uso del derecho. Cuando se ejerce, se compran las acciones al valor del
contrato, sin importar el valor de mercado de la acción. En el caso del
ejemplo, se pagan $102 por cada acción del BANCO GALICIA, aunque la misma
cueste $120, $130 o $150. Por eso, la opción de compra (CALL) se adquiere
cuando se piensa que la acción va a subir. Un detalle sobre ejercer: al momento
en que uno ejerce, es necesario tener un capital significativo para pagar las
acciones que se compran.
Vender,
por otra parte, es entregar dicho derecho a otro inversor al valor de mercado
de la opción. Aquí tampoco importa el valor de mercado de la acción, aunque es
lógico que la cotización de una opción esté asociado, proporcionalmente, a la
cotización de su acción correspondiente. Lo bueno de vender es que no se
necesita disponer de capital, como en el otro caso.
Diferencias entre opción y acción
Lo que se necesita para ganar. Si se compra
una acción, se necesita que la misma suba para ganar dinero. Si se compra una
opción, dependiendo de si es de compra o de venta, una suba o baja de la acción
generará ganancias.
El tiempo. Si se compra una acción, se puede
mantener la misma en cartera por tiempo indefinido. Si se compra una opción, la
misma tiene un vencimiento. Si no se hace nada con la opción, al vencimiento de
la misma se pierde todo el capital invertido.
El volumen. La mayoría de las acciones tienen
un volumen de operaciones significativo, a excepción de algunas del panel
general. Las opciones son un mercado aún muy chico en Argentina y sólo algunas
acciones (principalmente BANCO GALICIA) tienen opciones que tenga sentido
adquirir. A modo de ejemplo, el 29/01 el 97% de las opciones operadas fueron
del BANCO GALICIA (aclaración: GFG es la sigla del Grupo Financiero Galicia).
El capital a invertir y la ganancia/pérdida que
se puede originar. El famoso ¡SHOW ME THE MONEY!
Como en
una película de suspenso, lo más importante aparece al final: ¿Cuán diferente es comprar una opción que comprar una acción?
¿Cuánto se puede ganar? Para esto, nada mejor que la
realidad y un ejemplo práctico.
Vamos a un
ejemplo pasado. Es 7 de enero. Una persona cobra su sueldo, paga sus deudas y
tiene unos $12.000 de sobra. Lee en un blog que va a andar bien la acción de
Comercial del Plata. Puede entonces adquirir la acción de la empresa o bien la
opción de compra de la misma (una CALL). No se decide y entonces pone $6.000 en
cada alternativa.
La acción
cuesta $2,27, por lo que adquiere 2.643 papeles.
Tiene
varias opciones para comprar y se decide por la COMC1.85AB, que cuesta $0,62.
Adquiere 9677 contratos. Por su denominación, esa opción es el derecho a
comprar la acción de COMERCIAL DEL PLATA a $1,85 hasta el tercer jueves de
ABRIL.
Supongamos
que se fue de vacaciones y volvió el 30 de enero.
Se
encontró con que la acción valía $2,41, lo que significó un aumento del 6%. En
pesos, ganó $370.
Se encontró
la opción valía $0,80, lo que implicó un aumento del 29%. En pesos, ganó $1740.
29% vs 6%.
Nada mal, ¿verdad?
Si se quiere mirar de otra forma, invertir $2356 en la
opción de COMERCIAL DEL PLATA hubiese generado la misma ganancia que invertir
$12000 en la acción de la misma empresa. Ese es el mayor beneficio de una
opción: se puede generar la misma ganancia pero con menos capital.
Lógicamente,
si la acción baja, la opción va a caer en una cuantía mayor. Sin riesgos, no
hay paraíso.
Las opciones, encontramos entonces que tienen cosas
buenas y malas.
Ventajas
Se puede conseguir una muy buena ganancia en poco tiempo.
No se necesita mucho dinero.
Es uno de los pocos instrumentos que sirve en casos de caída
de las acciones.
Desventajas
Pocas
acciones tienen un volumen grande de opciones, lo cual implica dos cosas:
No se pueden vender las opciones cuando uno quiera, sino
cuando exista demanda.
No se pueden comprar opciones de cualquier acción, sino sólo
de unas pocas.
Es un tipo de inversión arriesgada. Se puede perder todo.
Si, todo.
En resumen, las
opciones son una excelente alternativa si uno quiere mantener sólo una pequeña
porción de sus inversiones en pesos. A la vez, el inversor debe ser
consciente de que puede lograr una tasa de ganancia muchísimo más alta que con
una acción o con otra inversión menos riesgosa, al tiempo que no debe desechar
la posibilidad de perder todo el capital invertido.
Y no
olvidemos nunca que en el mundo de los negocios, no se trata de tener o no
tener razón. Sólo se trata de ganar lo máximo posible cuando se acierta y de
perder lo menos posible cuando se está equivocado.