Por Leandro Gabin - Martín Guzmán, el
discípulo de Joseph Stiglitz que llegó al gobierno con un discurso moderado y
de alguna manera "market friendly", dio un giro de 180 grados. Quizás
envalentonado por su mesías y Nobel de Economía (famosamente conocido por su discurso
anti mercado), el ministro despotricó contra Wall Street después de ejecutar su
segundo acto fallido en la saga del Bono Dual.
En un tono inesperado y que
recuerda al kirchnerismo más duro, su cartera disparó un fuerte comunicado de prensa: "Este gobierno
no va a aceptar que la sociedad argentina quede rehén de los mercados
financieros internacionales, ni va a favorecer la especulación por sobre el
bienestar de la gente. Hubo cooperación de tenedores locales pero no hubo
cooperación por parte de un grupo de fondos extranjeros
que poseen la mayor tenencia del instrumento".
Se refería a los fondos del
exterior como Templeton y BlackRock, entre otros, que tienen parte importante
de la tenencia de ese título y prefirieron no participar de la operación. Según
Economía, la intransigencia fue porque querían un título "atado al
dólar" como es el caso del Dual y el Gobierno se negó a proporcionárselos.
Pero lo que llamó la atención fue el tono del ministro que, según palabras de un
fondo de inversión, emitió un "panfleto" para consumo interno que
poco tendría que ver con la realidad. Afirman en Nueva York lo mismo que venían
diciendo desde hace rato: que Guzmán y su equipo en Finanzas no tienen diálogo
con los inversores y es por eso que "se comen la curva".
"Después de obtener el 10% en un canje inconsulto la semana pasada,
vuelven a sacar una licitación tampoco negociada que tienen que dejar desierta.
Es básico esto. Sería como si en la política no contaras los votos
antes de bajar al reciento a votar una ley. Bajás cuando tenés apalabrado a
todos y sabés que te votan la ley. Ellos se mandan y esperan un milagro. Es
preocupante que así vayan a ser con la reestructuración de la deuda externa",
explicaba una fuente desde Manhattan.
Hay dos teorías en Nueva York con respecto al giro anti
mercado de Guzmán. Una, que está sobreactuando para esconder sus propios
errores, algo previsible dada su escasa experiencia más allá de la academia. La
segunda, que en realidad lo hace para ponerle presión al resto de los
vencimientos en pesos que habrá en los próximos meses, algo también válido.
Hay que recordar que entre
febrero y abril hay otros $400.000 millones en bonos y letras en pesos que hay
que pagar. Ahora Economía demostró que no le tiembla la mano para
"reperfilar" a la fuerza un bono si el mercado no acepta sus
condiciones.
"Es también una
necesidad de salir lo mejor parado de este papelón. Por un lado lo podés vender
así. Pero,
al final, lo que queda es la ineficacia para hacer un roll-over de 100.000
millones de pesos cuando en las próximas semanas tenés que salir a
reestructurar una deuda de u$s300.000 millones. Es mal
precedente", decía el economista jefe de un banco extranjero que opera en
la Argentina.
En todos los casos, la mayor
crítica que se le hace al equipo de Guzmán es la falta de diálogo. En las mesas
de los bancos, aquellos que operan en la Argentina, resaltan ese dato que ya se
repite hasta el cansancio.
"Hablan muy poco,
preguntan menos aún. Nunca nos consultan acerca de qué necesitamos nosotros o
los clientes del banco. Es muy raro. Te marco la diferencia con el Banco
Central. Más allá de que tenemos diferencias ideológicas y demás, ellos tienen
más experiencia. Te consultan, preguntan, llegamos a un consenso
a veces. Acá, con Economía, pareciera que no tienen esa gimnasia",
detallaban desde la mesa de dinero de uno de los bancos privados más grande del
país.
"La sensación es que, quizás sin quererlo, les falta cancha y no entienden al mercado. Hablan
en otro idioma, y eso para negociar un canje es complicado. Si no
hablás con el mercado es muy posible que termine mal", remarcaban.
El mercado toma recaudos
En el medio, para peor, es
que se enrareció el clima financiero con la Argentina. Este martes, en medio
del reperfilamiento forzado, los bonos de la deuda se desplomaron. El riesgo país,
que mide el JP Morgan, subió 5,5% hasta los 1.997 puntos.
Los bonos en dólares se
mostraron mayormente ofrecidos desde el inicio de la jornada, profundizando la
baja luego de conocerse el comunicado de Hacienda. Así, marcaron al cierre
bajas en torno a 2 dólares en promedio para toda la curva. Esto es, caídas
superiores al 5%.
Los bonos en pesos, por su
lado, dejaron importantes retrocesos, arrastrados por el nuevo reperfilamiento
y las dudas que quedaron respecto de los futuros pagos de vencimientos en
moneda local. Al cierre, marcaron bajas entre 6% y 10%.
El Citibank salió con un duro
comentario sobre la estrategia de no pagar de Guzmán. Dijo que preocupa la
falta de una estrategia coherente por parte del Gobierno, ya que haber
postergado amortización de bono Dual a septiembre puede poner en peligro el
acceso al mercado local.
De hecho, este miércoles
Economía saldría a licitar dos Letras atadas a Badlar (Lebads) por hasta
$10.000 millones. Será un test para el gobierno después de caer en un cuasi
default (como es reperfilar forzosamente) del bono Dual.
"Lo que hicieron con el Bono Dual es default. Se
supone que querían evitarlo. Será mucho más difícil seguir reconstruyendo
mercado de pesos. Una lástima, ya que era lo único en que habían
avanzado bien en tema deuda. Fuerte caída de mercados que afectará a la
economía real", señaló el economista y ex asesor de Guillermo Nielsen en
el tema de la deuda (antes de ser desplazados por Guzmán), Gabriel Rubinstein.
Y desde Grupo SBS consignaron
que el Ejecutivo prefirió no tomar los riesgos inflacionarios y cambiarios que
suponía financiar el vencimiento del AF20 con emisión monetaria. "No
obstante, el camino del reperfilamiento podría dañar el sentimiento de los
inversores locales poniendo en riesgo la estrategia de recuperar el
financiamiento en pesos, algo en lo que el Gobierno venía avanzando de buena
manera", acotan.
Es poco probable que esta
situación deteriore la relación de Guzmán con el FMI,
que llegará precisamente este miércoles. El Fondo quiero darles un mazazo a los
inversores para que la sostenibilidad de la deuda, léase la capacidad de pago
futura, sea "razonable".
Claro que el ruido financiero que seguirá al tema de
la deuda en pesos impregnará de nerviosismo al mercado, también a horas de que
se conozcan los primeros lineamientos de la reestructuración.
"Retar a los acreedores
por no cooperar no sirve. Hay que dejar de jugar al póker, presentar un
presupuesto, un programa económico y despejar los vencimientos con el FMI",
aconsejó Héctor Torres, ex representante argentino ante el Fondo.
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