En línea con el sentimiento general del mercado, Fernando
Marull cree que el sendero fiscal planteado por Martín Guzmán el miércoles
pasado “no alcanza para que la reestructuración tenga éxito y menos antes del
31 de marzo”. Lamentablemente, la secuencia es ingrata. “Subió la chance de que
Argentina vuelva a entrar en default”, dijo Marull. El Gobierno dijo que lo
quiere evitar a toda costa, sin embargo los recursos son limitados.
“Si se alarga la negociación, Argentina podría caer en
default en mayo”, dice Marull y pone como benchmark la negociación de Ucrania
que, con una quita de 20%, tardó siete meses en acordar con sus bonistas. Hay
una hendija para “comprar” tiempo. “Para que eso no ocurra, el BCRA si o si
tiene que comprar reservas y el Tesoro pedirle más reservas”, dice Marull.
Hasta ahora, sin embargo, el BCRA no ha comprado: el viernes, las reservas
terminaron en US$ 44.742 millones y el 30 de diciembre de 2019 eran US$ 44.778
millones.
Según Marull, el miércoles Guzmán insinuó una propuesta más
agresiva para los acreedores, “más en línea con la que descuenta el mercado, de
una quita en ‘valor presente’ de 55% según el precio actual de los bonos”. Si
una quita aún menor y con más exigencia fiscal demandará más que una quincena,
como plantea el cronograma oficial, con el “plan Guzmán” la situación es más
difícil aún. “Para que un canje de deuda sea exitoso y el país pueda volver a
recuperar el crédito fluidamente, una variable clave es el sendero fiscal hacia
adelante. En el canje de Uruguay, que no tuvo quita y tardó tres meses en
solucionarse, o Ucrania, con una quita de 20% y siete meses de negociaciones,
el Fisco mostró rápidamente un superávit primario del orden de 2-3% del PIB,
permitiéndole recuperar el crédito global al poco tiempo”, dice Marull.
A fin de mes, el Tesoro tendrá US$ 2.600millones de los US$ 4.500 millones que
le pidió al BCRA en diciembre (viene pagando deuda). “Pero en marzo, el Tesoro
tiene que pagar US$ 706 millones y en abril otros U$S 912 millones. Así, a fin
de abril contaría sólo con US$ 1.000 millones de la caja que le pidió al BCRA”,
calcula fríamente Marull. Pero en mayo hay que pagar deuda por cerca de US$
3.322 millones: Club de París (US$ 900 millones), FMI (USS 400 millones) y el
Bonar 2024 (U$S 1.000 millones). En esa misma línea se expresó Damián Pierri
(IIEP-Baires), ante El Economista. “El ‘deadline’ último de Martín Guzmán es el
AY24 de mediados de mayo”, dijo en referencia al Bonar 2024.
Si Guzmán no logra el acuerdo antes de mayo, dice Marull, el
Gobierno podría reperfilar toda la deuda Ley Argentina y seguir pagando los
bonos Ley Extranjera, así como a los organismos Internacionales. “Si aun así no
alcanza, se tendría que endurecer más el cepo o pedirle más reservas al BCRA”,
agrega. En términos netos, hay US$ 11.000 millones en Reconquista 266. Pero
esto no sería gratis y el BCRA perdería poder de fuego. “La situación es
delicada. El BCRA tiene que comprar reservas si quiere evitar caer en default.
Y las dos decisiones tienen con consecuencias en la actividad. La segunda luce
como más costosa”, dice Marull. El Gobierno lo sabe.
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