Por Sofía Diamante -
Paradójicamente, la desconfianza que generan los títulos
de deuda pública del país -por el reperfilamiento y la futura
reestructuración- les abrió una oportunidad de financiamiento a las empresas en el mercado local.
Esta posibilidad, por ahora, se refleja en las últimas
emisiones de deuda corporativa, relativamente exitosas, aunque por montos
pequeños, de unos US$100 millones.
Desde el 10 de diciembre, más de 20 empresas emitieron
obligaciones negociables (ON) -bonos de deuda privada-, ya que consiguen tasas
de interés más atractivas luego de que se retrajera el financiamiento del
sector bancario. Entre ellas se encuentran PCR ($5639 millones), YPF (4185,7
millones), Telecom ($4396,7 millones), Banco Hipotecario ($3388 millones), Arcor
($1653 millones) y Genneia ($1422 millones). Esta semana se sumarán a la lista
las petroleras Vista Oil y Tecpetrol.
"La deuda soberana está fuera de la cancha y entonces
queda todo para la corporativa. Está sucediendo al revés del crowding out [efecto desplazamiento]: en vez de
que la emisión del soberano deje poco espacio a la colocación de deuda
corporativa, el dinero va para financiar a las empresas. Hay una ventana para
la deuda corporativa, ya que los portafolios de los fondos de inversión están cargados
de títulos públicos", explicó Hugo de Nicola, director de Clientes
Institucionales de Balanz Capital. Sin embargo, aclaró que se trata de
emisiones inferiores a los US$100 millones.
La última empresa en emitir una ON fue Rizobacter, que el
pasado viernes adjudicó US$7,6 millones. En la compañía explicaron que desde
principios de año comenzaron a vislumbrar la ventana de oportunidades en el
mercado de emisiones de deuda, luego de meses de encontrarse cerrado.
"Esta es una herramienta alternativa de financiamiento, que debería tomar
volumen para potenciar su uso por parte de las empresas. Operaciones de mediano
plazo permitieron colocaciones exitosas nominadas en dólares, dólares linked y
pesos", comentó Jorge Wagner, director de Administración y Finanzas.
Diego Falcone, head portfolio manager de
Cohen, explicó que hay varios fondos que quedaron líquidos en dólares.
"Son los que antes compraban letras del Tesoro. Las empresas que generan
dólares de forma genuina no tienen problema en conseguir financiamiento.
Reciben pesos y dan un instrumento en dólares porque después pueden enfrentar
el pago. Muchas se están apurando a colocar deuda ahora porque ven que en marzo
la situación se complicará más, porque se espera que la propuesta que presente
el Gobierno de reestructuración de deuda sea mala", indicó.
En relación con los vencimientos en dólares que enfrentan
las empresas, en el mercado no ven un "problema sistémico". "Una
situación donde potencialmente no se resuelva bien la deuda soberana podría
afectar el acceso de deuda corporativa en mercados internacionales, pero en
general, las compañías no están apalancadas en el corto plazo", dijo
Gabriela Catri, miembro del Consejo de Calificación en ProRatings.
La empresa TGLT, por ejemplo, que enfrenta un vencimiento de
US$25 millones en marzo, instrumentó un canje voluntario por nuevas ON, con
vencimiento a tres años, y logró una aceptación del 87% por parte de los
inversores.
Fernando Marull, fundador de la consultora AMYA, coincide en
que los vencimientos de deuda corporativa más importantes son a partir de 2022.
"Las empresas volvieron al mercado internacional entre 2016 y 2017, y
colocaron deuda a tres y cinco años. En 2020, la mayoría solo tiene que pagar
intereses; no deberían tener problema para colocar el dinero", comentó.
Cecilia Minguillón, senior director en
Fix, agregó que "las empresas argentinas han vivido estas crisis de deuda
soberana en otras oportunidades y aprendieron a manejarse y a balancear sus
necesidades financieras". "Diversificaron sus fuentes de
abastecimiento", concluyó.
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