Por Leandro Gabin - Los acreedores de la Argentina están empezando a
agruparse para tener una posición medianamente uniforme de cara a las
negociaciones que esperan tener con el equipo económico. Si bien destacan que
están predispuestos a "actuar de buena fe" y llegar a un acuerdo, ya
avisan que no firmarán cualquier cosa. Y advierten que, en caso de que la
oferta de Martín Guzmán no sea "digerible", recurrirán a los
tribunales de Nueva York.
"Los bonistas saben que sigue vigente la 'doctrina
Griesa'. Si le prestaron plata a la Argentina la corte neoyorquina se va a
encargar de que el país, de alguna manera u otra, termine pagando",
comentó a iProfesional uno de los acreedores de la deuda.
Thomas Griesa, el juez que falleció a finales del 2017 y quien llevó
adelante los litigios de los acreedores por el default del 2001, fue
reemplazado por Loretta Preska em el cargo de máximo juez del Distrito Sur de
Nueva York.
Preska tiene en sus manos otro juicio muy relevante para la Argentina:
el que se lleva adelante por la expropiación de YPF. En las próximas semanas se cree
que la jueza decidirá si avala o no el pedido oficial de que esa demanda se
traslada a los tribunales locales y no en Nueva York.
Se cree que
la Argentina tiene pocas chances de ganar ese litigio ya que el fallo de Preska
confirmará en realidad las decisiones anteriores que condenan a la Argentina e
YPF.
La jueza que
podría llegar a tener que lidiar con un hipotético default de la Argentina
versión 2020 es una abogada de extensa trayectoria en Nueva York. Muy cercana a Griesa, obviamente, Preska fue
propuesta para ocupar una magistratura en 1992 por el entonces presidente
George Bush (padre). Su nominación fue aprobada de manera unánime por el
senado norteamericano.
Además, en
2007 la jueza de Nueva York quedó en la lista corta de candidatos a ocupar un
puesto vacacante en la Corte Suprema de Justicia, fogoneada por George W. Bush.
Debido a que ese era el último año de mandato del ex presidente, el Senado
finalmente no trató el pedido por ese cargo en la máximo tribunal.
"A este
nivel, los fondos de
inversión contratan a bufete de abogados muy caros. Y estos estudios tienen
línea directa con los jueces y los sondean para ver qué inclinación tendrían en
ciertos casos hipotéticos. Y ellos saben
que Preska será, en todo caso, igualmente de dura contra la Argentina que
Griesa. Eso les otorga cierta certidumbre para no aceptar cualquier cosa que
ponga sobre la mesa el Gobierno argentino", detalló la misma fuente
de los acreedores.
Los bonistas,
no obstante, saben que Guzmán no es ningún improvisado. El ministro, quizás a
diferencia de Axel Kicillof que subestimó a la Corte de Nueva York, entiende
perfectamente que si la saga de la deuda termina en tribunales la Argentina
lleva las de perder.
"Guzmán es un estudioso de los defaults y además
conoce muy bien, al haber vivido en Nueva York, como funciona esto. Sabe
perfectamente que jamás los tribunales estadounidenses van a permitir que un
país pretenda embaucar a los bonistas. La retórica contra los fondos del
exterior le puede servir en el Congreso argentino, pero en el exterior no
llegas a nada con eso", remarcan desde un fondo que integra uno de los
tantos comité de acreedores.
Los distintos
grupos de acreedores que se están creando es, a la vez, una mala noticia para
la estrategia "no negociada" de Guzmán y su equipo económico. Muchos
de los grandes fondos y
tenedores de la deuda se están juntando para tener un posición dura de
negociación.
Una de las
estrategias es, precisamente, plantarse frente a Guzmán con la advertencia de
que pueden bloquear una negociación en caso de que la oferta sea
insatisfactoria. Hay que recordar que, para estos grandes jugadores de las
finanzas mundiales, un default de la Argentina sería negativo pero de bajo
impacto en sus carteras.
Sucede que la
porción de la deuda argentina que podría no pagarse es menos del 1% de la
cartera de inversión global de estos fondos. Con lo
cual, pasar a pérdida esa apuesta no le genera tantos dolores de cabeza.
Quién es
quién entre los fondos
Por lo pronto, hasta ahora hay algunos grupos muy definidos que están
empezando a mover sus fichas. Están los más "cooperativos" como diría
Martín Guzmán, donde estaría el autodenominado "steering commitee"
liderado por UBS y Greylock Capital (asesorados por Mens Sana Advisors, del ex
BN Paribas Marcelo Delmar).
Estos hace
algunos meses decían que buscaban ayudar al país porque no querían en una
crisis. De hecho hablaban de que este grupo se hizo para que no aparecieran
otros con intenciones de bloquear un acuerdo.
Mediáticamente está liderado por Hans Humes, de Greylock, un fondo que
finalmente aceptó la segunda reestructuración argentina en el 2010 luego de
rechazar la de 2005. Este comité será asesorado legalmente en el país por
Nicholson & Cano y específicamente por Eugenio Bruno, quien trabajó en el
arreglo con los holdouts en 2016 para el gobierno de Mauricio Macri.
Hay otro
grupo de bonistas que se está formando y que tiene una posición más cautelosa.
Formado por acreedores que, según el mismo Guzmán, no estarían
"cooperando" mucho.
En esa lista está Fidelity y BlackRock que se unieron y contrataron
como asesores legales al estudio White & Case LLP, que tiene amplia
experiencia en tema de la deuda. Según la agencia Bloomberg, estos dos fondos
están en la lista de los seis mayores tenedores de la deuda argentina.
De ahí la
importancia de su posición. Fidelity fue recientemente conocido en el caso de
la deuda de la Provincia de Buenos Aires, cuando bloquearon la oferta de Axel
Kicillof y cobraron en efectivo el capital del bono Buenos Aires 2021.
BlackRock, el
gigante fondos neoyorquino,
era uno de los tenedores del bono Dual que Guzmán no pudo canjear y que terminó
reperfilando en medio de varias críticas.
Pero no sólo
están estos inversores que, con diferencias, quieren llegar a alguna solución
con la Argentina. Los fondos buitre
también se está organizando para hacerle pelea, si bien su estrategia es mucho
más disruptiva.
Contrataron a los abogados que trabajaron con Elliott Management de
Paul Singer, el estudio Dechert. No todos, dicen, necesariamente buscan litigar
pero sí tienen una actitud más agresiva.
De hecho está comprando Discount y Par en dólares ley Nueva York que
tiene claúsulas de acción colectiva más grande para bloquear un hipotético
canje que les resulte desventajoso. En ese grupo estarían fondos como Aurelius y BlueAngel. Pero Elliott no
participa de eso y avisó que no estará en esta pelea contra la Argentina.
Otros fondos buitre
también están organizándose: Monarch, HBK Capital Management, Cyrus Capital
Partners LP y VR Capital Group Ltd están reclutando. Son asesorados por Dennis
Hranitzky, quien trabajó para Paul Singer en la reestructuración
anterior.
Como el caso
anterior, también están comprando deuda del canje anterior porque es más fácil
bloquear un arreglo. En las cláusulas de los bonos "nuevos"
que emitió Macri, con el 66% se obliga al resto a aceptar, mientras que en los
otros títulos el gobierno necesitaría el 85%.
Esperanza por
la negociación
En los bancos
de inversión de Nueva York creen que si Guzmán se muestra intransigente, es muy
probable que estos grupo de acreedores buscan litigar contra el país.
"Todo dependerá de las negociaciones, y si finalmente lo que dijo
en el Congreso y su posición de dureza lo hace para luego negociar. Si es una
oferta de ´tómalo o déjalo', lamentablemente esto irá para largo", explicó
un allegado a uno de los grupos de acreedores.
Según la
fuente, los bonistas no pierden las esperanzas de llegar a un entendimiento con
el Gobierno. "Creo que Alberto Fernández
sabe que no le conviene al país terminar en default, lo tiene bien claro. Me
inclinaría a pensar que esto tiene que ver con una forma de negociación más que
a una postura inflexible", acotan.
El ejecutivo
que están con estos acreedores dice que será clave quienes terminan siendo los interlocutores.
Por eso Economía está cerrando el grupo de bancos asesores que trabajarán en la
deuda. Pero destaca que "de nada servirá si políticamente se encierran en
una oferta inadmisible".
No hay una
quita o un nivel de quita "aceptable". "Sabemos que la habrá,
más observando el sendero fiscal que comentó Guzmán, poco exigente. Pero
tenemos la esperanza de que lleguemos a un entendimiento. Sino, el Gobierno
deberá elegir. Porque nadie va a firmar cualquier cosa", advirtió.
Y explicó que "no hay mala fe" por parte de los fondos, sino que ellos tienen una responsabilidad
fiduciaria ante sus clientes. Y que hay muchos inversores que son fondos institucionales, compañías de seguro, retiro, y
demás. Lo que en el mercado americano se llama "real money".
"No son
inversores agresivos, son de largo aliento. Son los que compraron en las
emisiones primarias, cuando el bono salía al 100%. A veces se pierde de vista
esto. Muchos invirtieron de buena fe y no pueden aceptar cualquier nivel de
quita", resaltan desde uno de los comité de la deuda.
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