Por Juan
Pablo Marino - Después de que el Fondo Monetario Internacional (FMI) le diera luz verde al Gobierno para reestructurar la deuda pública argentina, los bonos soberanos en dólares sufrieron caídas generalizadas de hasta
2,2% este jueves, de todos modos, retrocesos más moderados de lo que se preveía
de antemano, según operadores.
El FMI consideró al concluir
una visita al país que la deuda pública de Argentina no es sostenible,
por lo que sus acreedores privados deben
hacer una "contribución apreciable", en un guiño al Gobierno del
Alberto Fernández.
Previsiblemente, los títulos argentinos operaron en terreno
negativo desde el inicio de la jornada, con bajas lideradas por el Bonar 2024, que cedió 2,2%; el Bonar 2037, que perdió 2%, al
igual que el Bonar 2020, para profundizar las mermas
acumuladas en el año.
"Hay una previsible
debilidad de los bonos tras la dura declaración del FMI que anticiparía mayores
quitas para los bonistas. Si bien era esperable una reacción negativa, es
cierto que podría haber sido peor", comentó a Ámbito el economista Gustavo
Ber.
Mientras tanto, el riesgo país
argentino subía 3,2% (65 puntos básicos), a 2.100 unidades, frente a un nivel
de 1.770 unidades anotado a finales del 2019 y los casi 2.600 puntos
registrados en septiembre pasado.
"Lo del FMI era esperado.
Seguro que le pega un poco a los bonos el día que el Fondo lo confirma. Pero el
FMI siempre trata de ser neutro en estos contextos: dice ´mostrame un plan
creíble y es cosa tuya si eso implica una quita muy grande´",
analizó el director de Proficio Investment, Rafael Di Giorno.
Para el especialista, "la
cuestión central es si a la Argentina le conviene un ´haircut´(quita) tan
agresivo. Corre el riesgo de que los fondos grandes no entren al canje, y el
país se quede sin mercado de capitales por varios años". Y
enfatizó: "No hay crecimiento posible hasta que no
se arregle el tema de la deuda. Los fondos lo saben, tienen la ley de su lado y
la mayoría tiene espaldas para aguantar posiciones que en porcentaje de sus
portafolios son pequeñas".
Por su parte, Matías Rajnerman, economista de la consultora
Ecolatina, señaló que "el comunicado del FMI es
un 'espaldarazo' en la negociación por la reestructuración de la
deuda". Ahora la pregunta es cuánta "sangre" de acreedores quedará luego de la
próxima reestructuración de deuda por unos 100.000 millones de dólares.
El Gobierno argentino impulsa una reestructuración global de la deuda del país de unos 100.000
millones de dólares con una fecha tope fijada para
concluir las negociaciones del 31 de marzo. De esta suma, 44.000 millones de dólares corresponden a un crédito vigente con
el FMI.
El ministro de Economía, Martín Guzmán, dijo que quiere evitar una reestructuración confrontativa y sostuvo
que el país no puede seguir afrontando pagos de deuda insostenibles, ni imponer
austeridad fiscal a una economía en recesión.
En este contexto, los
seguros contra default se ubicaba en 7.133 puntos básicos en el mercado de
swaps de incumplimiento crediticio (CDS) a cinco años. Este nivel es considerado
de 'default', según los operadores.
El presidente del Banco Central dijo este jueves que "es posible" que haya un default del país, aunque
sostuvo que tiene "pocas probabilidades".
"Estamos en una
negociación, el Gobierno va a hacer una oferta, y esa oferta puede ser aceptada
o rechazada. Pero el Gobierno no va aceptar ningún tipo de propuesta que no sea
sustentable en el corto y en el largo plazo", indicó
el titular de la entidad monetaria, Miguel Pesce, en una entrevista con radio
La Red.
Alberto Bernal, estratega jefe de mercados emergentes de XP
Investments en Nueva York, sostuvo que no
le sorprendió la declaración del FMI. "Me apego a mi argumento de que si
Argentina quiere crecer y salir de este lío, debe tratar a los tenedores de
bonos con respeto", afirmó. "Si trata de
aprovecharse de los tenedores de bonos, los inversores lucharán y la situación
macro empeorará", dijo Bernal.
Argentina apunta a reestructurar su deuda soberana para
evitar el incumplimiento de alrededor de 100.000 millones de dólares, incluidos
unos 44.000 millones de dólares adeudados al FMI.
"La declaración del FMI
estuvo dentro de lo esperado, pero la redacción fue más dura de lo que hubiera
pensado. El mercado no aceptará esto", dijo Mateo
Reschini, un operador de la correduría LBO con sede en Rosario y estimó que los
precios de los bonos continuarán cayendo como ocurre desde inicio de año.
Guzmán viajaba este jueves a Arabia Saudita para participar
de la reunión del G20, donde tiene previsto encontrarse
con la jefa del FMI, Kristalina Georgieva, y con el secretario del Tesoro de
los Estados Unidos, Steven Mnuchin.
Con todo ello, el mercado
estuvo atento y haciendo cuentas para analizar si le conviene canjear al AF20
por un nuevo bono del Tesoro a 2021, que se licitó esta tarde, junto con dos
letras, con vencimiento en 2020.
S&P Merval y ADRs, a
contramano
En el segmento de la renta
variable, y a contramano de los bonos, el índice bursátil S&P Merval de
Bolsas y Mercados Argentinos (BYMA) cerró con un alza de 1,5%, a 38.961,41 unidades,
bajo una operatoria limitada ya que los operadores siguen atentos a las
novedades sobre la deuda.
Con todo, los avances más destacados del día los anotaron
los papeles del Grupo Supervielle ( 4,7%); de Banco
Macro ( 4,1%); de Cresud ( 3,8%); y del BBVA ( 3,1%).
En tanto, las acciones del
sector energético ganaron hasta 3% luego de que el Gobierno confirmara -tal
como adelantó Ámbito- que en
junio se descongelaran las tarifas de energía, aunque aumentos serán para los sectores de mayores
ingresos. "Las energéticas se sumaron a la recuperación que venían
mostrando los bancos. Ello se debe a que el congelamiento de tarifas es el
principal temor sobre el sector energético, y de ahí la reacción positiva que
muestran este jueves", confió una fuente del mercado.
En Wall Street, por su parte, las acciones argentinas
operaron con mayoría de alzas, en una jornada negativa para la bolsa de Nueva
York. Cresud saltó un 4,1%; Transportadora Gas del
Sur, un 3,9%; y Banco Macro, un 3,4%.
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