Por Ignacio Ostera
- La inflación sumó otra señal más de desaceleración en enero, tras conocerse el dato del índice de
precios mayoristas,
el cual arrojó apenas un 1,5% en relación a diciembre. Se trata de la cifra más
baja desde agosto pasado, antes de la devaluación que siguió a las PASO, mes a
partir del cual se ubicó siempre bien por arriba del 3%.
Lo cierto es
que el congelamiento
en el dólar y las tarifas parecen haber surtido efecto no sólo en la medición
minorista, que en el primer mes del año fue de 2,3% y se encamina a un 2% en
febrero, sino también en el indicador difundido ayer, compuesto en su mayor
parte por productos transables y por ende más sensibles a las variaciones en el
tipo de cambio.
De acuerdo al Indec, el índice de precios internos al por mayor (IPIM)
avanzó 1,5% mensual en enero y 60% en relación al mismo mes del año pasado.
Por su parte, si se descuenta el efecto de
los impuestos y subsidios que reciben los productores (precios internos básicos al
por mayor) la suba fue del 1,7%, mientras que si se excluyen las importaciones
y se incluyen las exportaciones (precios básicos del productor) el alza fue del
1,9%.
Esto demuestra que, por ejemplo, el componente importado jugó a favor de
la desaceleración registrada durante este mes, lo mismo que la política
tributaria del Gobierno.
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