Por Sofía Diamante - El dato
sobresaliente del informe de intercambio
comercial argentino ( ICA)
del mes pasado fue el aumento de 9,3%
de las importaciones en relación con diciembre, que fue mejor al
proyectado por los analistas. En general, un incremento de las compras al
exterior está relacionado con una recuperación de la actividad, pero la
cantidad importada en enero podría tratarse de un anticipo de los agentes a
posibles futuras restricciones regulatorias.
En concreto, el Indec publicó
ayer que, el mes pasado, la Argentina tuvo un superávit comercial de US$1015
millones, y acumuló así 17 meses consecutivos con resultados positivos. Sin
embargo, esto fue producto de una caída interanual de 16,1% de las
importaciones (US$3534 millones), ya que las exportaciones disminuyeron 0,8%
(US$4549 millones), en relación con enero de 2019.
En relación con el mismo mes del año pasado, el intercambio
comercial (exportaciones más importaciones) se contrajo 8,1%.
"Las exportaciones en valor disminuyeron 0,8%
interanual, producto principalmente de la caída en los precios de los productos
exportables (-2,2%), que más que compensaron la expansión en las cantidades
( 1,5%). Este resultado representa la primera caída interanual tras nueve meses
consecutivos de expansiones", explicó un informe de la consultora Abeceb.
"Las importaciones, por su parte, cayeron arrastradas
por las disminuciones en las cantidades importadas (-9,7%) y en sus respectivos
precios (-7,1%). De esta manera, las importaciones acumulan dieciocho meses
consecutivos de descensos interanuales", agregaron.
En relación con el mes anterior, la consultora señala que
las exportaciones mostraron un deterioro del 6,6%, mientras que las
importaciones crecieron 9,3% mensual. "Esto podría dar un potencial
indicio de recuperación en la actividad económica", indicaron.
Federico Moll, economista de la consultora Ecolatina,
coincidió en resaltar la nueva tendencia que podría significar el dato del mes
pasado: "Hay un nuevo contexto de brecha cambiaria, con retenciones altas
y potencial control de importaciones, lo que podría generar un clima de menos
compras al exterior. Ahí hay un problema mirando a futuro. Cuando se sale de
enero, las perspectivas no son demasiado buenas y dependen de lo que pase con
la deuda".
Nadin Argañaraz y Bruno Panighel, economistas del Iaraf,
agregan que las perspectivas del comercio exterior no son del todo claras,
"pero por la implantación del nuevo cepo, la obligatoriedad de liquidación
y el aumento de las retenciones es posible que impacten de forma negativa en la
dinámica de las exportaciones". "Esto puede verse en el acumulado de
los últimos 12 meses de las exportaciones, donde a partir de noviembre se
observa un amesetamiento del crecimiento de las exportaciones", indicaron.
La consultora LCG señala que, en 2020, la buena cosecha y
las perspectivas de crecimiento de Brasil son los factores que impulsarán las
exportaciones. "Las proyecciones agrícolas son optimistas y se espera que
las ventas externas de productos primarios tengan un muy buen desempeño.
Además, la sequía de Australia redirigió en parte la demanda de trigo hacia la
Argentina, en paralelo con la mejora del precio internacional. En relación con
las importaciones, su evolución seguirá muy atada al avance de la actividad
económica, así como a los controles impuestos por el Gobierno (como las
licencias no automáticas), en la medida en que su crecimiento se vuelva una
amenaza para el superávit comercial (sobre todo en un escenario en subsidio de
tipo de cambio tácito a partir del desdoblamiento cambiario que implicó el
impuesto PAIS)", concluyeron.
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