Por Liliana Franco - En el
Gobierno están convencidos de que es fundamental solucionar el tema de la
deuda, la fecha de fin de marzo no es casual, para despejar un escenario que,
sin duda, frena la actividad económica.
Por esta causa, ven con satisfacción que las negociaciones con el Fondo
Monetario Internacional siguen avanzando, según señalaron a Ámbito fuentes tanto de Washington como de la Casa
Rosada.
En
tal sentido, uno de los aspectos que menos han trascendido pero que más han
ponderado los funcionarios del FMI,
sostienen, es que el plan económico del ministro Martín Guzmán se basa en que la Argentina
apuntalaría su performance exportadora, es decir se buscaría generar dólares
“genuinos” para ir afrontando los pagos en divisas de la deuda soberana.
Este
esquema lleva implícito que se mantendría un tipo de cambio real competitivo. Fuentes cercanas
a la negociación señalan, desde esta perspectiva, que el retroceso que sufrió la cotización del dólar con relación a la marcha
de los precios en los últimos meses no debe llamar a
confusión: “El programa de Guzmán no contempla el retraso del tipo de cambio”.
Interpretan
que un movimiento inicial del Gobierno de Alberto Fernández se orientó a “frenar la inercia” inflacionaria. Así, la evolución del
dólar oficial quedó por detrás de los precios, se congelaron por 180 días las
tarifas y desde la Presidencia y el Ministerio de Trabajo se realizan intensas
negociaciones para convencer a los sindicatos sobre la conveniencia de aumentos
salariales por sumas fijas dejando de lado las cláusulas “gatillo”, es decir
los ajustes automáticos por inflación pasada.
Tipo de Cambio
Una
vez conseguida esta desaceleración, la intención sería intervenir a través de compras del Banco Central para
mantener el valor de la divisa. En lo inmediato, cabe
recordar, el Gobierno está logrando una desaceleración en el ritmo de los
precios. Tras el 3,7% que arrojó el índice de precios al consumidor en
diciembre pasado, en enero la inflación retrocedió a 2,3% y los cálculos de las
consultoras privadas dan cuenta (aunque con cierta dispersión) que la inflación
podría descender algo más – en torno de 2% - en el mes en curso.
Cabe
señalar que pese a la desaceleración que vienen mostrando los precios en las
últimas semanas, el consenso de los economistas proyecta una inflación elevada
para el año en curso, algo superior al 40%. Por lo pronto, ya se anticipa que
marzo, con el comienzo de las clases, entre otros factores, será un mes
complicado en lo que se refiere al comportamiento de los precios.
El estricto control de cambios,
en tanto, se mantendría ya que las autoridades consideran necesaria esta medida
para evitar el drenaje de divisas. Y, a diferencia de
los sucedía en el pasado, los técnicos del Fondo apoyan la aplicación de estos
instrumentos en casos excepcionales. Más aún, no se descarta que pueda llegar a
acentuarse si fuera necesario. “Vamos a controlar cada dólar que sale del país”, dijo
una alta fuente del Palacio de Hacienda a Ámbito.
Retenciones
En un
contexto en el que el Gobierno no permite el retraso del tipo de cambio no
extrañaría que las autoridades puedan llegar a resolver una nueva suba en los
derechos a la exportación de la soja. La administración de Fernández comenzó
con una incremento de 24,7% a 30% en este gravamen pero, por la ley de
emergencia económica, el Ejecutivo cuenta con la facultad de subir tres puntos
más los derechos. Dicho de otra forma, en fuentes oficiales se calcula que los productores verían compensado con
un dólar más alto lo que perderían por el aumento de los derechos.
Desde
ya que esta no es la visión de los productores, según resulta de las
declaraciones de los dirigentes del campo que no dudaron en plantear su rechazo
a la iniciativa. Esta semana, el ministro de Agricultura, Luis Basterra, mantendrá encuentros con los
dirigentes rurales para hacerles llegar la propuesta oficial. Aunque, según
trascendidos la medida sería segmentada y se tendría en cuenta la situación de
pequeños productores como asimismo la problemática de las economías regionales.
Déficit fiscal
Hoy,
las necesidades fiscales vuelven a plantear la posibilidad de este
enfrentamiento. El esquema oficial contempla que el Gobierno afronte los pagos
externos mediante la compra del superávit comercial apelando a la emisión de
moneda por parte del Banco Central. Pero para que la impresión de pesos no se vuelva descontrolada, el
Gobierno necesita mantener una política fiscal ordenada, como
señaló el ministro Guzmán. Y una de las formas más rápidas y sencillas de
generar ingresos y por lo tanto tender al equilibrio fiscal, es cargar
impuestos sobre las exportaciones del campo.
En el Gobierno entienden también
necesario apuntalar los ingresos fiscales para destinar estos recursos a la
expansión del mercado interno. En suma, el modelo que presentaron las
autoridades y que aceptaron los técnicos del FMI, según fuentes oficiales, pasa
– a grandes rasgos - por un aumento de las exportaciones, control y sustitución de
importaciones, preservación del superávit comercial, disciplina fiscal y
medidas de estímulo al consumo, particularmente de los sectores de menores
ingresos.
Por
otra parte y como señala un informe de la consultora económica IDESA, el FMI
habría comprendido que en Argentina “Que durante más de medio siglo, en el cual
hubo gobiernos militares y democráticos de muy variada orientación, el factor
común haya sido gastar por encima de los ingresos demuestra que el déficit
fiscal es una “Política de Estado””.
Al
respecto, en el gobierno de Alberto Fernández se cree que es fundamental
“mejorar la situación de los que menos tienen” y esta política por el momento
pasa por subsidios ya que la reconversión del sector laboral llevará tiempo;
para ello la economía debería crecer a un ritmo tal que permita una generación
de empleo importante, un escenario que no parece posible en el corto plazo.
Mercado Interno
Asimismo,
al igual que Néstor Kirchner en su momento, la apuesta es a fortalecer al mercado interno, a limitar importaciones de
todo aquello que se fabrica o que se puede volver a producir en el país. El
desafío, como indicó a Ámbito una alta fuente oficial, “es volver a
desempolvar las maquinas paralizadas y en lo posible que se demanden puestos de
trabajo”.
Otro
gran movilizador dinamizador es la obra pública –hoy paralizada-. Los fondos
para esto emprendimientos serán provistos en gran parte por las arcas públicas,
habida cuenta que aún con un cierre exitoso de la renegociación de
la deuda, las posibilidades de acceso a capitales privados sería muy limitado.
La
intención oficial es alentar el crecimiento del consumo doméstico –que mejora
la recaudación tributaria- es por eso no se prevé rebajas de impuestos, si subsidios específicos para fortalecer a
ciertos sectores.
El Plan Económico de Guzmán
1. Solucionar tema de la deuda externa
2.
Mantener el tipo
de cambio alto
3.
Aumento de las
exportaciones
4.
Control y
sustitución de importaciones
5.
Preservación del
superávit comercial
6.
Mantener la
presión tributaria
7.
Disciplina fiscal
pero sin el imperativo de conseguir superávit de las cuentas públicas
8.
Medidas de
estímulo al consumo, particularmente de los sectores de menores ingresos
9.
Recuperación
gradual del poder adquisitivo de los salarios
10.
Intentar que
sectores de la clase media vuelvan a recuperar poder adquisitivo (por ejemplo,
vía bajos aumentos tarifarios, Ahora 12, baja de tasas de interese en las
tarjetas de crédito)
11.
Subsidios para
dinamizar ciertos sectores de la economía
12.
Desarrollo de la
obra pública con el propósito de generar demanda de empleo
13.
Eliminar
situaciones de privilegios y solicitar o imponer “aportes solidarios” a los
sectores más pudientes
14.
Recomposición
tarifaria con incrementos proporcionalmente mayores para los sectores de altos
ingresos
|