Por Fernando
Bertello - Cuando fue el conflicto de 2008 por el proyecto de
retenciones móviles -que para la soja Cristina
Kirchner quería llevar del 35 al 44,1% y desató una pelea de 4
meses con el campo hasta que el entonces vicepresidente, Julio Cobos, le puso
punto final con su voto "no positivo" al desempatar en el Senado- Alberto Fernández, era jefe
de Gabinete. Desde ese cargo fue una de las caras visibles para intentar cerrar
la disputa con el campo. A veces llegaba a entendimientos con la Mesa de Enlace de ese
momento, pero todo volvía para atrás si lo acordado no era del agrado de Néstor Kirchner. El 23 de
julio de ese año, después de caerse el proyecto en el Senado, Fernández
presentó su renuncia al cargo.
Casi 12 años después de esa disputa, que se inició a solo
tres meses de la asunción de Cristina Kirchner, una parte de esa historia ya
parece repetirse. El gobierno de Fernández está por efectivizar otra suba de 3
puntos en las retenciones a la soja, del 30 a 33%, luego de haberlas aumentado
de 24,7 a 30% en diciembre último. En el campo ya avisaron que las bases, los
productores del interior, tanto de las entidades como los autoconvocados, no
tolerarán ese incremento y podría haber protestas.
Una mayor
exacción que, en rigor, llega en el marco de una suerte de cansancio por la
mayor presión impositiva en general. A menos de tres meses en el poder,
Fernández está "comprando" un potencial conflicto innecesario con el
sector que puede proveer una sostenida oferta de dólares. La pelea puede
incluso llegar a afectar la base productiva con una consiguiente merma
posterior de la producción, como ya lo advierten diversos estudios y, a fin de
cuentas, solo tener una menor oferta de divisas.
La dirigencia de la Mesa de Enlace, que viene de postergar
la semana pasada el análisis de un cese de comercialización como gesto a la
espera de un encuentro hoy con el ministro de Agricultura, Luis Basterra,
siente una fuerte desazón. No solo porque el Gobierno, antes de esa reunión,
sorpresivamente cerró el registro de exportación que abre la puerta a la suba
de los derechos de exportación, sino por lo que les había dicho el mismo
Alberto Fernández. En agosto pasado, el ahora presidente se reunió con la Mesa
de Enlace y les pidió a los ruralistas "olvidar" el conflicto de
2008. Fue un ruego para dar vuelta de página a un conflicto que se podría haber
evitado con otra visión política. Además, en ese momento Fernández habló de que
evitaría distorsiones y que se conversaría con el sector antes de tomar una
medida.
El Gobierno ya
sorprendió al campo en diciembre cuando le subió las retenciones del 24,7 al
30% en la soja, además del 6,7 al 12% en trigo y en maíz, y ahora también está
haciendo lo mismo madrugándolo antes de la reunión prevista para hoy.
Fernández ha
dicho que el conflicto de 2008 le dejó enseñanzas. En agosto último, tras esa
reunión con la Mesa de Enlace, escribió en Twitter: "El campo es una pieza
fundamental para encender la economía y volver a crecer. Me fue grato volver a
encontrarme con los miembros de la Mesa de Enlace Agropecuaria. Hemos dejado
atrás los desencuentros y hemos decidido trabajar entre todos para poner de pie
a la Argentina".
En 2008, la
mirada ideologizada de Néstor y Cristina Kirchner sobre el campo provocó una
pelea absurda. Quien era jefe de Gabinete ahora es presidente: puede tener la
llave para que no haya otro conflicto innecesario.
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