Por
Francisco Jueguen - En un proceso calificado como “secuencial” dentro del
Gobierno, la negociación de la deuda argentina –con dos frentes que avanzan en
paralelo– se acelerará desde el próximo lunes en un contexto dominado por la ansiedad
y la incertidumbre. Ese mismo día llegará al país una nueva misión técnica del
Fondo Monetario Internacional (FMI), que esa semana compartirá estadía con
algunos importantes fondos de inversión, que buscarán manifestarle al ministro
de Economía, Martín Guzmán, su posición sobre la oferta oficial a los bonistas
privados.
Mientras
tanto, en las próximas horas se conocerán los bancos que intervendrán en la
reestructuración. “Es inminente. Será en las próximas horas”, confirmaron cerca
del ministro de Economía sin adelantar ningún detalle sobre la identidad de las
entidades que actuarán como colocadoras o de los agentes de información.
No parece
casual que la misión del Fondo, que volverá a liderar el venezolano Luis
Cubeddu (el principal interlocutor de Guzmán), se vaya días antes de que venza
el plazo para que el Gobierno presente una oferta a los acreedores privados, a
quienes el Fondo les pidió una “contribución apreciable” y de una vez, pero
siempre en una negociación basada en la buena fe.
En Washington,
minimizan el contrapunto semántico de anteayer entre el vocero del FMI, Gerry
Rice, y el equipo de Economía sobre si la Argentina ingresó o no en una
negociación por un nuevo programa que reemplace al actual stand-by. Esa carta,
un importante acompañamiento para negociar con los acreedores privados, es un
compromiso asumido desde la Argentina y desde EE.UU.: habrá artículo IV
(revisión de las cuentas locales), aunque no será durante esta visita. Esa
decisión abrirá las puertas a un reperfilamiento de los vencimientos de la
deuda con el Fondo en 2022 y 2023.
“Descontando
las cortesías de rigor, lo concreto es que antes de negociar un nuevo programa,
el FMI quiere un nuevo artículo IV.
Conclusión:
habrá que sentarse a negociar con los acreedores privados sin apoyo financiero
del FMI”, escribió el economista y exhombre del Fondo Héctor Torres, luego del
encuentro entre Guzmán y Kristalina Georgieva en Riad el fin de semana pasado,
en el marco de la reunión del G-20.
Señales
Ni el
Gobierno ni el Fondo anticiparon qué dejará la misión que comenzará el lunes
tras los avances técnicos que se registraron en Washington a comienzos de esta
semana y luego de los comunicados de Buenos Aires y Riad, que reflejaron un
avance en el compromiso asumido desde ambas partes para lograr un nuevo
programa. En Economía enmarcan ese proceso en las señales que llegan desde la
administración del presidente estadounidense, Donald Trump, y que serían
–dicen– favorables al país.
“Sobre la
base de la reciente misión del personal técnico del FMI a Buenos Aires, también
discutimos los planes de las autoridades para garantizar una solución
sostenible y ordenada de la situación de la deuda de la Argentina”, indicó el
comunicado del Fondo y dio una pista sobre qué tono pueden tener las conversaciones
de la misión que llega el lunes: “En este contexto, acogí el compromiso de las
autoridades argentinas de continuar profundizando nuestra colaboración, a
través de una consulta del artículo IV y oportunamente obtener un programa
respaldado por el Fondo. Las modalidades de estos próximos pasos se seguirán
discutiendo”.
“La
Secretaría de Finanzas comunica que el día 20 de febrero de 2020, a las 17, con
la intervención de la Auditoría Interna de este Ministerio de Economía, se
realizó la apertura de propuestas para la contratación de Asesores Financieros
y Agentes Colocadores”, informó el Ministerio de Economía. “El análisis ya se
está haciendo”, dijeron en Economía, donde señalaron que el resultado se
publicará de manera “inminente”. Serán probablemente varios los bancos
involucrados. Semanas atrás, el ministerio tuvo múltiples reuniones con
interesados, entre ellos, con representantes del Morgan Stanley, el Lazard y
con el Rothschild, banco que en el pasado fue empleador del presidente francés,
Emmanuel Macron.
El
cronograma presentado por Guzmán establecía que en la última semana de febrero
se abriría un período de diez días de “reuniones e intercambio de visiones con
tenedores de la deuda pública externa” sobre los lineamientos que el ministro
presentó en el Congreso. Allí dijo: “No vamos a permitir que fondos de
inversión extranjeros marquen la pauta de la política macroeconómica”.
Esos fondos
incluyen a Blackrock, Greylock Capital Management, Pimco, Templeton o Fidelity
Investments y visitarían el país a partir de pasado mañana.
En Economía
ayer confirmaron la visita y el intento de sus representantes de reunirse con
Guzmán, pero no que hubiera agenda con el ministro.
“Hay un
proceso en marcha validado por el FMI”, remarcaron cerca de Guzmán, y criticaron
el lobby de esos fondos. En un desembarco marcado por el hermetismo
informativo, Guzmán ya estuvo esta semana en Nueva York, donde priman las dudas
sobre el plan argentino. En Wall Street pocos pudieron dar cuenta de sus
encuentros con inversores privados, pero en Economía aseguraron que las
reuniones existieron.
Según el
cronograma oficial, en la primera semana de marzo el Gobierno determinará la
estructura final de la oferta “con el objetivo de restaurar la sostenibilidad
de la deuda pública externa” y abrirá una instancia de preguntas y respuestas
frecuentes de la oferta distribuida por agentes de distribución.
Siete días
después se develarán los detalles que esperan los bonistas y comenzará
realmente el cierre de la negociación.
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