Por Pablo Wende - Quienes esperaban señales más claras por parte
del Presidente sobre el futuro plan económico “integral” del Gobierno se
quedaron con las ganas. En su mensaje ante la
Asamblea Legislativa, Alberto
Fernández reiteró que recién después de que culmine la
renegociación de la deuda será posible conocer en detalle un programa fiscal y
monetario.
La economía, sin embargo, ocupó un lugar central en el
discurso de hoy. Y la parte medular del mismo giró, como se esperaba, en torno
a la deuda. No dio detalles sobre la oferta que se
conocerá “en las próximas semanas”, pero sí se ocupó de dejar en claro que el
Gobierno busca una “solución ordenada”. Aunque no queda otra
que leerlo entre líneas, el Presidente buscó dejar en claro que no evalúa como
opción ir a un default total de la deuda. No dio mayores pistas –probablemente
tampoco era la ocasión– sobre las características de la propuesta que buscará
que la deuda se vuelva “sostenible”.
Entre inversores internacionales creció la
idea en las últimas horas de que el derrumbe global de los mercados debería
ayudar a llegar a un acuerdo entre el Gobierno y los acreedores con mayor
rapidez. Pero para eso es necesario que la propuesta oficial
no sea tan agresiva como se venía amenazando.
Pero a ello se suma la misión
del FMI que discutirá sobre las características que tendrá la oferta argentina.
También está prevista la llegada de fondos de inversión extranjeros que tienen
bonos argentinos para seguir las discusiones con el equipo económico, con la
idea de acercar las distintas posturas.
Pero
Fernández sí fue un poco más allá cuando reconoció que con la deuda no ofrecerá
soluciones “mágicas ni milagrosas”. Así dejó en claro lo que a esta altura
casi todos saben: que renegociar es una condición necesaria pero de ninguna
manera alcanza para que la Argentina vuelva a crecer.
Tal como lo venía haciendo el
ministro Martín Guzmán, el Presidente reconoció hoy que “no es
momento” para hacer un ajuste, sobre todo en medio de un contexto recesivo. No
hubo alusión alguna al nivel de gasto público o al peso de los impuestos como
problemas estructurales que enfrenta la Argentina. Pero seguramente será uno de
los temas centrales que el Gobierno deberá discutir para llegar a un futuro
acuerdo con el FMI. Difícilmente el organismo acepte un nuevo plan que implique
un rojo de las cuentas públicas hasta el 2023, que es lo que el propio ministro
de Economía presentó en el Congreso hace menos de tres semanas.
En relación a la búsqueda de inversiones, lo más destacado
pasó por el anuncio de un nuevo proyecto de ley para dar impulso a la industria
de hidrocarburos y la minería. La idea de blindar Vaca Muerta ya había
sido planteada por Alberto Fernández en su campaña y también está trabajando en
esa dirección el presidente de YPF, Guillermo Nielsen.
El congelamiento del precio
de los combustibles, el precio de barril “criollo” y sobre todo el cepo
cambiario son vallas casi insalvables para atraer las inversiones millonarias
que la explotación petrolero y también la minera requieren. El proyecto que se enviaría en breve al
Congreso debería blindar a las futuras inversiones en estas áreas. Pero
si se apunta a esa dirección, ¿por qué no darle la misma facilidad a quienes
decidan invertir en otros sectores?
La
herencia recibida ocupó la primera parte del discurso presidencial. Uno de los
puntos más polémicos fue el anuncio de que el Banco Central investigará cómo se
tomó la decisión de endeudamiento quiénes son los culpables de la fuga de
dólares. Pero también hubo referencias fuertes sobre el nivel de pobreza y la
caída de la actividad económica.
También fue polémico al
referirse a la inflación. Según el Presidente la culpa es de las “empresas oligopólicas”
que aumentan los precios de los alimentos, “a costa de los bobos” que
consumimos. “Con la moneda estabilizada y las tarifas congeladas no es posible
que sigan subiendo los precios”, enfatizó. La conformación del Consejo
Económico y Social, donde participarán empresarios y sindicalistas, sería uno
de los ámbitos donde para discutir estas cuestiones. No dio mayores señales
sobre lo que se quiere hacer en relación a cómo seguirá la política tarifaria,
transporte o combustible.
En definitiva, los
anuncios económicos fueron escasos, más allá del nuevo proyecto de ley
destinado a revivir Vaca Muerta. La herencia que dejó el
gobierno de Mauricio Macri ocupo
un lugar relevante y prácticamente estuvieron ausentes las referencias sobre la
recuperación del crecimiento económico. La deuda es ahora la prioridad de lo
que se viene y así quedó en claro en el mensaje de apertura de la asamblea
legislativa.
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