Por Darío Epstein - Juan y Carlos quieren
viajar a Bariloche. El pasaje aéreo les cuesta $40.000. A uno le parece muy
caro, el otro directamente no cuenta con el dinero. Pero ahora les llegó una oferta de
su agencia de viajes y podrán pagar su pasaje en 18 cuotas fijas sin interés.
Con ese plan sí se animan porque Juan puede pagar las cuotas fijas de 2.222
pesos y Carlos ahora sabe que el pasaje le va a costar menos porque entiende
que al no pagar intereses sobre la financiación, el monto se licua en el
tiempo.
El último punto es fundamental,
ya que la cuenta que hace Carlos en el ejemplo de la compra de pasajes en forma
intuitiva, los fondos acreedores la hacen con un nivel de detalle superior,
volcando en sus planillas de cálculos los pagos que irán recibiendo a lo largo
del tiempo y descontándolos a esta tasa de salida para saber cuánto realmente
están cediendo o mandando a pérdida en la reestructuración de deuda. En otras
palabras, cuánto más alta es la tasa de
salida, menos pierden o ceden los fondos acreedores pero más se perjudica el
emisor de bonos, en este caso, la República Argentina.
Ahí aparece un punto muy
importante que se presta a confusión: cuando se habla de quita nos referimos al
Valor Presente Neto (VPN) de los bonos reestructurados, y no solo a la
reducción del capital nominal. ¿De qué hablamos cuando mencionamos el “Valor
Presente Neto”? Muy simple. Si pregunto si preferís $40.000 en 18 meses o
$29.000 hoy, ¿cuál será tu respuesta? La verdad es que cada uno tiene
preferencias y necesidades diferentes y en este contexto decide si esperar 18
meses o tomar $29.000 hoy. Es necesario entender que $40.000 en 18 meses no valen lo mismo que $40.000
hoy y la manera de llegar a ese número es calculando el
VPN.
El VPN es un concepto
utilizado en las finanzas que consiste en
actualizar los cobros y pagos futuros para conocer cuánto se va a ganar o
perder con una inversión. En nuestro caso, para conocer el VPN
de los $40.000, es necesario sumar todos los pagos futuros ($2.222 durante 18
meses) en el momento presente hoy y descontarlos a un tipo de interés
determinado. Esa tasa de interés es la que va a lograr que el resultado final
sea uno u otro.
Ahora veamos qué piensan los acreedores internacionales en
el marco de la reestructuración de la deuda. Supongamos que Argentina debe
US$80.000 millones, a una tasa de cupón de 7,65% anual y el vencimiento de la
deuda se concentra en los próximo 5 años. El Gobierno decide reestructurar esa
deuda porque sabe que no puede pagar semejante dinero y estima que el país
pagaría una tasa del 10% una vez reestructurada la deuda. Esta es la tasa de
salida o “exit yield”. Si los acreedores nos ofrecieran pagar 100 cuotas
anuales de 1.000 millones de dólares cada una y con 0% de interés, ¿estariamos
mejor o peor? Mucho mejor, y los acreedores mucho peor en términos de valor
presente: descontando al 10% ese flujo a 100 años equidistribuido se recortaría
en un 87% el valor presente de dicha deuda nominal. El capital de la deuda
subiría de 80.000 millones a 100.000 millones, es decir el indicador deuda/PIB
empeoraría, pero para Argentina será una gran oportunidad, ya que el valor
presente de la deuda sería de apenas 10.140 millones de dólares. Y como en el
ejemplo anterior, Juan lo podría pagar y para Carlos sería más barato. En este
caso Juan y Carlos representarían a la Argentina: cuánto puedo pagar y cuánto estoy dispuesto a pagar
para que mi economía lo soporte y sea sustentable.
Algunos números
La Argentina tiene dos tipos de bonos en dólares que
se rigen por ley extranjera muy diferenciados. Por un lado los que surgen de
los canjes anteriores, que suman entre US$20.000 y 25.000 millones. Estos bonos
son consecuencia de una quita de valor en los años 2005 y 2010 y tienen
cláusulas de acuerdo más favorables a los acreedores que los bonos nuevos. Los
nuevos bonos, suman entre US$40.000 y 45.000 millones de dólares.
Lo que se escucha de algunos operadores y analistas de Wall
Street es que no les importa la combinación que
quiera hacer la Argentina en materia de plazos, intereses y quita de capital
nominal, en la medida que los bonos les dejen un valor presente
neto del 55% a una tasa de descuento (exit yield) del 12%, con la esperanza que
a los 12 meses esta tasa baje al 9%, consecuencia que Argentina va acomodando
su economía, y compensen una parte de la pérdida.
Por supuesto, no hay una
oferta concreta arriba de la mesa y las dos partes están negociando. Pero acá
es donde las matemáticas (y no el diablo) mete la cola: la tasa de interés que pagaría
la Argentina una vez reestructurada la deuda cambia todos los números. Y lo
peor: ¡es un supuesto! Mientras a la Argentina le conviene asumir un supuesto
de una tasa del 6% anual, a los bonistas le conviene poner una tasa del 12%
anual.
Recuerden este concepto, ya
que probablemente, la discusión de la deuda va a estar focalizada en este
número: el exit yield.
¿Y El FMI? ¿Cristina tiene razón?
Otra vez las matemáticas
juegan el partido. Y claramente la Vicepresidenta tiene razón. El FMI nos cobra
el 3,75% de costo anual por la deuda contraída. Podemos entonces decir que el FMI subsidia la tasa a todos sus deudores,
Argentina entre ellos.
Reperfilar al FMI a partir
del año 2024, donde empezarían a hacerse los pagos y posiblemente en el marco
de un acuerdo de facilidades extendidas en un nuevo programa con el FMI a
cerrarse en el segundo semestre, tiene su costo para
el FMI, más aún si es que no habrá pago de intereses de aquí al
2024, es decir si ese nuevo acuerdo tendrá un período de gracia al igual que el
resto de los acreedores privados.
Pregunta: cuánto valdría la
deuda que tenemos con el FMI de US$43.592 millones si la reperfilamos cuatro
años? Si asumimos una tasa del 10% (otra vez el famoso exit yield) la quita en
Valor Presente Neto en al deuda del FMI es del 24.7%, es decir un valor presente de apenas US$32.842 millones a
valor hoy, tal como indica la infografia.
Un tema que preocupa a todos
es cómo hará Argentina para volver a crecer y cómo conseguirá un superávit
primario que le permita afrontar sus compromisos financieros a futuro, pero ese
no es el foco de este artículo. Igual tengamos presente que los acreedores “siempre” piden entender como
seria la dinamica económico/financiera para el repago de la deuda.
En síntesis, en momentos en que se habla de una quita en la
deuda Argentina, separemos claramente el recorte del valor nominal del capital
por un lado, la quita que vendría por recorte de la tasa de interés nominal y
la quita adicional que vendría a través de un diferimiento en el tiempo de la
deuda. Los tres factores son parte de la quita y entran en la discusión.
El acuerdo final en el marco
de la reestructuración seguramente tendrá una
combinación de los tres factores.
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