Por Juan Bergelín - Mientras
el stock de depósitos en dólares trata de encontrar un piso, los bancos están
volviendo a ofrecer los préstamos en moneda extranjera, una líneas de
financiamiento destinadas principalmente a exportadores.
Entre agosto y septiembre del año pasado, cuando comenzó la
sangría de colocaciones, los
banqueros habían dejado de dar estos créditos para cuidar su liquidez y
estar mejor parados frente a los retiros.
Así,
en los primeros meses del año, la mayoría de las entidades salió al mercado con
estas líneas. Sin embargo, hay un dato que no pasó desapercibido: por ahora, no despiertan
el interés de las empresas y su demanda es marginal.
De vuelta al ruedo
En
concreto, a partir de enero, los bancos más grandes del sistema fueron
desempolvando sus préstamos en dólares.
Entre los privados en el mercado confirman que Santander, BBVA, Macro, ICBC y
Galicia volvieron al ruedo con estos créditos.
Los
públicos en su mayoría no discontinuaron las líneas después de la sangría de
las PASO.
Si
bien depende del cliente, los nuevos préstamos arrancan en tasas del 6% anual
para las empresas grandes con buen historial crediticio y pueden llegar al 9 o
10% anual.
El
plazo sigue siendo de 180 días, como la mayoría de las prefinanciación de
exportaciones, aunque algunos bancos prestan hasta 270 días. Un año atrás, la
tasa en dólares era de entre el 3% y el 5% anual.
Pero
la oferta por ahora no encuentra buena recepción entre las empresas. En rigor,
hay dos motivos que explican esta situación:
-Por un lado, en contexto económico, que sigue golpeado por
una recesión prolongada.
-Por
otro, el
nivel de tasas en dólares, que a priori es elevado en comparación con el
interés de los créditos en
pesos.
"Hoy
en estas líneas competimos con una tasa en pesos que es barata. La empresa
grande muchas veces tiene otra fuente de financiamiento, pero la mipyme opta
por los créditos al
33% en pesos", destaca Gerónimo Fresco, gerente de Planeamiento y Segmento
Mayorista del Banco Galicia.
Además,
agrega, la entidad otorga prefinanciación de exportaciones en pesos con los
mismos beneficios impositivos de la misma línea en dólares, con lo cual está
exenta de sellados, como todo lo vinculado a comercio exterior.
"Antes
de que dejáramos de prestar en divisas era imposible tomar deuda en pesos. De
hecho, al principio ofrecimos algunos créditos 'sintéticos' porque las grandes
empresas preferían deuda atada al dólar",
comentan en un banco local.
Esas
líneas consisten en otorgar un crédito en moneda local y, al mismo tiempo, un
contrato de forward (NDF, por sus siglas en inglés) con la cual la firma se
asegura la compra de divisas en un determinado plazo.
El brillo de la tasa en pesos
Ahora,
en cambio, con la tasa de referencia en el 40% y con líneas para empresas de
entre el 30% y el 40% anual, la gran mayoría prefiere tomar deuda en pesos.
"Encima
como son a tasa fija, no sólo las pueden licuar si hay más inflación sino
que no se exponen a ningún riesgo", sostienen.
En
ese contexto, está creciendo muy fuerte el volumen de préstamos mipyme. En uno
de los bancos más grandes en términos de activos ya dieron más de $7.000 millones, poco menos de la
mitad del cupo que tienen para otorgar.
"El 75% de lo que damos es descuento de cheque, pero
también otorgamos líneas a cuatro años de plazo, siempre para capital de
trabajo", detallan en esa entidad.
"La
demanda es baja, sobre todo la destinada a agroexportadores, que recién
empiezan a tomar deuda en marzo o abril contra la cosecha de soja. Ahí
empiezan a aparecer esos jugadores grandes",
agregan en un banco extranjero.
Así
como las tasas en pesos son la principal competencia de las líneas destinadas a
las mipymes, las grandes empresas están saliendo al mercado de capitales para
tomar deuda a un plazo un poco más largo.
"Nosotros
vemos que si este nivel de estabilidad de los depósitos sigue, con la caída de
cartera que todos los bancos estamos teniendo, la tasa va a reaccionar a la
baja", explica el gerente de un banco extranjero. La gran
incógnita, agrega, es el capítulo de la deuda y cómo es el resultado de la
reestructuración.
Eso
no sólo va a influir en la curva de tasas del mercado de deuda sino también que
podría marcar un punto de inflexión en los depósitos.
"Si sale bien quizá podría empezar a crecer el nivel de depósitos. Pero si
sale mal, cualquier rumor va a generar miedo y ante la menor duda el argentino
saca los dólares del banco", razona un ejecutivo de un banco local.
La
misma percepción está en los distintos bancos consultados. El resultado del
canje de deuda será clave no sólo para la economía en general sino también para
el futuro de los préstamos en dólares y para los depósitos en moneda extranjera.
Depósitos, estancados
En
los primeros dos meses del año, los depósitos en dólares mantienen un lento,
pero continuo goteo, que se tradujo en una salida neta de 948 millones de
dólares, lo que implicó una caída de 4,86% en el stock.
De todos modos,
para poner esos números en contexto hay que tener en cuenta que tan sólo en los
últimos 3 días hábiles de 2019 el stock había aumentado u$s1.092 millones.
"Desde fines de diciembre hasta hoy, los depósitos en
dólares están estabilizados. Están neutros. Además, hay cancelaciones de
dólares de préstamos que van cayendo mes a mes, con lo cual la liquidez propia
de los dólares va a aumentando", comenta Fresco, del Banco Galicia.
Es
por eso que tanto el ejecutivo del Galicia como sus pares en otros bancos
consideran que, si bien hay un levísimo goteo, la salida de depósitos se frenó.
"Muchos
de los que entraron a fin de año sacaron sus dólares pero una gran parte quedó
en el sistema. En términos generales, hay más tranquilidad", agrega Fresco.
Así,
los directivos de las entidades reconocen que se cortó con la fuerte salida que
se registró hasta el año pasado.
"Los
depósitos están estables. Subieron a fin de año por impuestos, y ahora bajan
algo. No hay más sangría", sostienen desde el Santander.
El crecimiento
del stock en los últimos días de diciembre tiene una explicación: los depósitos
bancarios están exentos de Bienes Personales, mientras que los dólares en el
colchón o en cajas de seguridad sí están alcanzados por el gravamen.
Es por
eso que habitualmente muchos llevan sus dólares al banco para "pasar año
nuevo" y así eludir el impuesto.
"A
nivel sistema se demostró que se soportó una corrida fuerte y no pasó nada. Si
uno ve los números del año se fueron dólares, pero lo que se fue es menos de lo
que entró en diciembre", destaca el gerente de otro banco de primera línea.
En
concreto, entre el 17 y el 30 de diciembre el stock de depósitos privados en
moneda extranjera acumuló un aumento de $1.554 millones, en lo que fue la
primera recuperación desde el 12 de agosto, el día siguiente a las PASO. Desde
ese día, salieron de los bancos u$s14.016 millones, un 43% del stock, que hoy
se encuentra en el mismo nivel del 23 de diciembre del año pasado.
Así, más allá
de esta sangría, al no dar nuevos préstamos y al cobrar la mayor parte de los
que habían otorgado, las entidades recuperaron sus dólares y hoy tienen un
ratio de liquidez de casi el 70%.
"En
general, las carteras eran muy sanas y la cobranza funcionó muy bien. Además el
perfil de los préstamos eran cortos así que en 3 o 4 meses cobramos el 80% de
la cartera que teníamos en la calle", explica el gerente de un banco
extranjero.
"Si
bien no se remunera mucho el pasivo, de alguna manera a nadie le simpatiza
tener los dólares depositados en el BCRA a tasa 0. Por eso todos salimos a
prestar de nuevo en dólares", agrega.
El
tema es que ahora son las empresas que escapan de estos préstamos y
privilegian aquellos que son en moneda local.
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