Por Daniel Sticco - En una
vuelta de tuerca forzada por los efectos de la pandemia del coronavirus
sobre los mercados internacionales, de bienes, pero principalmente los
financieros, como los de deuda pública y bonos corporativos, y de divisas, el
ministro de Hacienda Martín Guzmán habría decidido postergar hasta abril la
oferta de reestructuración a los bonistas, y concentrarse en el diseño del
plan económico para enfrentar el nuevo escenario mundial y local, según lo
destacó la agencia Bloomberg.
El Gobierno ya había definido que los bonos Ley Extranjera que se
reestructuran suman USD 68.800 millones, se trata de un monto
equivalente a: 48,2% del total bajo esa jurisdicción, porque no incluye a
los compromisos contraídos por el país con organismos internacionales,
principalmente el Fondo Monetario Internacional, Banco Mundial y BID; 14,6%
del PBI; y 21,2% del total de USD 324.374 millones, al cierre de febrero, según
los últimos datos de la Secretaría de Finanzas a los que accedió Infobae.
“Se puede conjeturar que en Hacienda
‘firmarían’ un acuerdo con los acreedores si éstos aceptaran pasar los cupones
de interés de más de 7% a 3% anual, además del período de gracia de 4 a 5 años.
En ese caso, la carga de intereses correspondiente a bonos ley extranjera
pasaría a unos USD 2.100 millones al año. Ahora bien, cada punto de interés
adicional que eventualmente tenga que reconocerse para cerrar trato, implica
una erogación extra de USD 688 millones al año, el equivalente a 0,14 puntos
del PBI. La ‘mente fría’ debería dominar este proceso”, sostiene el
vicepresidente de Ieral de Fundación Mediterránea, Jorge Vasconcelos.
Mientras que el
economista Joaquín Baguez, Head of Strategic de PPI (Portfolio Personal Investment),
anticipó este fin de semana en una columna para Infobae: “El
equipo de Guzmán ha estado utilizando un argumento fuerte con inversores
institucionales para convencerlos de participar activamente en las subastas de
reinversión de deuda: deben considerar que se están siguiendo órdenes del lado
racional del Frente de Todos. Cualquier fracaso de Alberto Fernández para
lograr un acuerdo altamente favorable para la Argentina podría poner en peligro
su presidencia y esto aumentaría el riesgo de que el lado menos racional del
partido pueda avanzar en puestos claves’”.
Pero si la crisis
derivada de la pandemia del coronavirus se profundiza, en la intención de no
caer en un nuevo default a menos de 4 años de haber salido del anterior, tal
vez deba optarse por una decisión de emergencia de pagar los próximos
vencimientos de capital e intereses sin quitas, con la entrega de un nuevo bono
ad hoc, con plazo abierto hasta que el mundo de las finanzas y el aval de los
organismos internacionales declaren el comienzo de la normalización de los
mercados internacionales. Ello haría que el índice de riesgo país o, visto de
otra manera, el rendimiento de los bonos argentinos, vuelva a valores de
precrisis, compatible con la realidad de las finanzas públicas y el nivel de
reservas en divisas de libre disponibilidad en el Banco Central.
Leve baja en el
último mes
Los datos
preliminares correspondientes al cierre de febrero dieron cuenta de una leve
baja de la deuda pública total en USD 76 millones, tras acumular una suba en
casi USD 14.000 millones en los tres meses previos por la capitalización de
intereses, el auxilio financiero del Banco Central para cubrir el déficit de
las finanzas públicas, y los efectos de la inflación, la devaluación y
apreciación del peso en ese período.
Del total de los
compromisos acumulados, y luego de las diferencias de cambio que operaron a
favor de la Argentina, porque se debilitaron la mayor parte de las divisas
respecto del dólar, de modo que perdieron representatividad, el 61% se
concentra en títulos públicos, los cuales se elevan al 72% del total con el
agregado de las Letras del Tesoro en circulación y obligaciones con organismos
del Estado; a los que habría que sumar el 5% del total de Adelantos
Transitorios del Banco Central; 21% con organismos internacionales, y otros,
principalmente pendiente de reestructuración de los canjes de 2005 y 2010,
suman el 2% restante.
Sin embargo, lejos
de responder esa leve baja en el mes a un fenómeno virtuoso, de cancelación
neta de vencimientos, se originó casi exclusivamente al efecto de la
depreciación de las principales monedas respecto del dólar que redundó en una
disminución total por esa vía en USD 1.632 millones, y en otros USD 50 millones
por la revaluación particular del peso.
Por el
contrario, en febrero el Ministerio de Hacienda debió acudir
principalmente al financiamiento neto adicional del Banco Central en USD 1.341
millones de la porción extraordinaria, se elevó a USD 6.181 millones; mientras
que la “ordinaria”, se cancela al cierre del año y se renueva al comienzo del
siguiente, disminuyó levemente, USD 47 millones, al equivalente a USD 9.247
millones; para pagar vencimientos de Letras del Tesoro por USD 936
millones; y préstamos comerciales y con organismos por USD 381 millones,
principalmente.
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