Por Virginia Porcella - A un ahorrista con montos
relativamente menores se le aconseja mantener la mayor liquidez posible y,
preferentemente, en dólares
El derrumbe del
mercado al ritmo de la expansión del coronavirus, que no encuentra piso y
depara castigos ejemplares para acciones y bonos argentinos, la inflación en
baja pero todavía alta y las tasas de interés negativas, terminaron de
configurar en los últimos días la pesadilla del pequeño y mediano ahorrista
que, sea con pesos o dólares, busca alguna rentabilidad para su capital disponible.
Pero la consigna, por ahora, no es ganar. Hoy se trata de no perder. Y,
para ello, resistir la tentación de arriesgar antes de tiempo es fundamental.
Las típicas
carteras de inversión que los brokers y sociedades de bolsa arman para sus
clientes, con diversificación de riesgo y un menú de instrumentos, se volvieron
monótonas y prácticamente iguales a las que se aconseja recurrir a un ahorrista
con montos relativamente menores: mantener la mayor liquidez posible y,
preferentemente, en dólares con horizonte de mediano plazo.
Para quienes tienen
pesos y les resulta complejo acceder al dólar más allá de los USD 200
permitidos en el contexto de las actuales restricciones cambiarias, es decir, a
través del “dólar Bolsa”, el riesgo no es inminente. Mantenerse en pesos,
en un plazo fijo o en los fondos denominados de “money market”, que permiten un
rescate inmediato, es una opción vigente, pero sólo para el cortísimo plazo. Es
aceptable como estrategia hasta que el panorama quede más claro y sea posible
tomar decisiones en base fundamentos más sólidos.
En ese
sentido, los plazos fijos UVA son tal vez la única opción que da batalla a
la inflación. Claro que para cobrar el ajuste de la suba de precios más la
tasa de interés que ofrece el banco, de 1% en promedio a 90 días, hay que
esperar el vencimiento. Existe ahora la posibilidad de precancelarlo, es decir,
retirar el dinero antes de la fecha estipulada a la hora de conformar el plazo
fijo pero, en ese caso, sólo se cobrará una tasa que indica el Banco Central para
este instrumento, aplicable a la cantidad de días haya estado vigente la
colocación. Hasta ayer, la tasa fija de precancelación definida por el
Banco Central para el retiro anticipado de los fondos de un plazo fijo UVA era
de 26,60%. De ahí que, si la idea es mantener el acceso inmediato al
dinero colocado, pueden resultar más rentable los fondos de liquidez inmediata,
que ofrecen tasas de 29% anual.
“Para el que tiene
pesos, no hay motivo de pánico. En el corto plazo, instrumentos clásicos, como
cuentas remuneradas son una alternativa. El nivel de liquidez del sistema
financiero es altísimo, la crisis es sanitaria y eventualmente de la economía
real, pero de ninguna manera del sistema”, apuntó Anna Cohen, CEO del
Grupo Cohen. Coincide Nicolás Chialva, de Delphos, quien apunta al plazo
fijo y descarta de plano aquellos títulos públicos que, si bien pueden llegar a
dar ganancia si se evita el default, el riesgo ya es demasiado elevado. La
consultora se limita a brindar asesoramiento solo a grandes inversores
institucionales, los que podrian llegar a analizar acciones de empresas
extranjeras a través de Cedears. “Eso hoy también es muy complejo también, solo
inversores sofisticados”, agregó. El punto es que, tanto en el mercado local
como internacional, no está claro si ya se ha tocado fondo.
En este sentido,
para quien ya está dolarizado, Cohen repite ante sus clientes una máxima
compartida por casi todos sus colegas: wait and see, esperar y
ver. Esa indicación es la que recomiendan los asesores financieros a
quienes, atentos a la máxima de comprar barato para vender caro, consultan qué
activos son hoy una buena inversión, dado que los precios de acciones y bonos
argentinos están en niveles mínimos.
"Me llaman
para preguntarme qué comprar y, la verdad, yo creo que todavía no hay
visibilidad y es momento de esperar. El viernes creímos que se había visto el
piso y ayer nos dimos cuenta que no. En todo caso, cuando se dé vuelta, habrá
tiempo de aprovechar el alza, cuando suceda" explicó. El ejemplo paradigmático
es, tal vez, la acción de YPF, sobre la que el consenso en el mercado decreía
llegar a ver su cotización por debajo de los USS 5. Ayer cerró en USS 3,82.
Por eso, fondos
comunes de inversión de renta fija y también variable, un instrumento difundido
entre ahorristas minoristas, están “prohibidos”. Sin embargo, quien ya tiene
inversiones y registró las pérdidas, tal vez sea conveniente resistir a la
espera de materializar posibilidades de recupero. Sobre todo si esas
inversiones previas a la debacle implicaban riesgos acotados, lo que en el
escenario actual significa, por ejemplo, acciones de empresas con efectivo
suficiente para sobrellevar la crisis.
“Mi recomendación
fuerte es que los ahorristas hablen con sus oficiales de cuenta, para entender
y sentirse cómodos con las decisiones”, aconsejó Augusto Darget, socio de
Silvercloud. “Todos somos distintos y reaccionamos distinto ante lo
desconocido”. Así, en definitiva, se describe lo que hoy ocurre en las plazas
financieras de todo el mundo: es el mercado de lo desconocido.
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