Por Mariano
Cuparo Ortiz - El cepo
cambiario y el impuesto PAIS moderaron la salida de dólares durante
febrero. Aún así, no se logró un superávit de divisas en el MULC. Con el coronavirus generando proyecciones de
recesión a nivel global, con particular efecto sobre los principales
socios comerciales, la perspectiva es que las exportaciones sufrirán el impacto
externo. En ese sentido, con la negociación de la deuda demorándose, hacia
adelante el balance externo volvería a complicarse.
Pese a la reversión
del adelantamiento de las exportaciones a fin de año, el balance de bienes
volvió a marcar superávit de la
mano de la oleaginosa y los cereales, aunque ese ingreso neto de divisas
se vio moderado respecto a los meses previos: fue de USD779 millones. A eso se
le sumó el impacto del encarecimiento del dólar turista, por encima de $80, lo
que llevó a una caída del rojo de los servicios, que fue de sólo USD72
millones.
Se trató de un
derrumbe importante para salida de divisas por la cuenta servicios. En febrero
del 2019 se habían ido USD505 millones. En el mismo mes de 2018, USD1.272
millones. Se trataba de una dinámica insostenible y explicó la interminable crisis cambiaria,
junto con la fuga y los intereses de la deuda. Desde 2011 que la cuenta
servicios no registraba dos meses seguidos con un rojo inferior a USD100
millones. El impuesto PAIS lo
hizo e incluso la salida de divisas por fletes llegó a superar a la
de los viajes y pagos con tarjeta.
La remisión de
utilidades se mantuvo en cero, por las restricciones oficiales, mientras que el
pago de intereses de la deuda externa generó un drenaje de dólares de USD689
millones. Con todo, la cuenta corriente de febrero cerró con un superávit de USD42 millones. Por el lado
financiero, hubo un déficit de USD46 millones. Por eso, y por la valuación de
los activos y pasivos, las reservas cayeron USD126 millones y terminaron
febrero en USD44.791 millones.
En febrero, además
del impuesto PAIS, que moderó la salida de dólares para turismo, una de las explicaciones
de los abultados déficit del 2019, la otra clave volvió a ser el cepo: la fuga
de divisas fue de sólo USD114 millones. Se trata de un desplome extraordinario:
en febrero del 2019 había sido de USD965 millones y en el pico de agosto de
USD5.909 millones. También fue nulo, cabe destacar, el ingreso de capitales
especulativos externos. Si bien los países emergentes se van acostumbrando a
esa dinámica por el efecto del
coronavirus sobre el apetito de riesgo, para Argentina no es novedad: ya
hiló 6 meses en torno a cero.
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