Por Francisco
Jueguen y Rafael Mathus
Ruiz - La Argentina ingresó en una semana crucial para el futuro de
la economía, en la cual el Gobierno y los principales acreedores intentarán
terminar de acercar posiciones para cerrar un acuerdo por la deuda,
bajo el acecho de un nuevo default. Cuatro fuentes oficiales
indicaron que el acuerdo está más cerca, pero aún falta
cerrar una brecha con los bonistas. "Están arrimando
posiciones", describió uno de ellos, cercano al ministro de Economía.
Martín Guzmán visitó, junto a otros ministros, al
presidente Alberto Fernández en la quinta de Olivos. "Se
sigue avanzando y seguimos trabajando", apuntó una fuente cercana a los
acreedores al tanto de las discusiones con el equipo económico.
Las tres contraofertas que acercaron los principales grupos de
acreedores del país lograron el primer objetivo de acercar a los
fondos y al Gobierno. Una de las tres contrapropuestas, según pudo saber LA NACION, "está lejos" de las aspiraciones
del Ejecutivo, mientras que las otras aparecen -desde la óptica oficial-
levemente por encima de los parámetros de sostenibilidad establecidos por
Guzmán y avalados por el Fondo Monetario Internacional
(FMI).
Envueltas en un
fuerte hermetismo, las discusiones durante los próximos días apuntarán a
intentar cerrar la brecha para forjar un acuerdo antes del próximo viernes
(22). Pese a los avances, la posibilidad de un eventual
default permanecía latente, aunque tanto en el mercado como en el
oficialismo relativizaban el impacto, siempre y cuando haya señales sobre un
eventual entendimiento. Y aun si todo está listo, el cierre del canje formal
demandará varias semanas más.
"Estamos
trabajando para que, si no hay acuerdo el viernes, no se rompa nada",
reconoció una alta fuente del oficialismo.
"Acá lo
importante es avanzar por un buen camino, si es el viernes o después, lo
importante es avanzar", se hizo eco la fuente cercana a los acreedores.
En el Gobierno,
cerca de Guzmán, indicaban que la propuesta que acercó el Comité de Acreedores
de la Argentina, que lidera Greylock Capital, el fondo que comanda Hans Humes,
muy activo en las discusiones, era la más "constructiva" para la
Argentina. Por otro lado, la contraoferta del comité que integra BlackRock era
la que más se alejaba del marco de sustentabilidad de la deuda pregonado por el
Ministerio de Economía. La distancia, indicaron a LA
NACION en el oficialismo, se había acortado a diez dólares: de los
44-45 centavos por dólar de valor presente neto que planteó Guzmán a los 54 a
57 centavos por dólar de las contraofertas. El punto de equilibrio, indicaron,
dependía en gran medida de los bancos y asesores del país.
Una fuente de un
fondo de inversión de Wall Street indicó que los fondos estaban dispuestos a
dar un alivio y que las conversaciones eran de "ida y vuelta" y se
acelerarán estos días a medida que se acerque el viernes. Pero también puso en
duda que el Gobierno y los bonistas pudieran cerrar todo antes de ese día.
"No sé si hay un overlap . No me
parece obvio que va a salir algo", afirmó.
El día es lo de
menos
Pero en la
comunidad inversora parecía prevalecer la noción de que el gobierno nacional quiere llegar a un acuerdo con los inversores
para evitar un default. En el mercado ven posible ese acuerdo,
aunque, de nuevo, quizás aún no cerrado un 100% el próximo viernes. El ánimo de
las negociaciones daba espacio a un cauto optimismo. "Todos están tratando
de cuidar el proceso", afirmó una fuente oficial.
Uno de los
principales desafíos, tanto para el Gobierno como para los acreedores, es llegar a una oferta que les cierre a los tres grupos de
acreedores. "La negociación es compleja porque no todos los
acreedores piden lo mismo", indicó una de las fuentes oficiales. El Grupo
de Bonistas del Canje posee bonos del último canje, con mejores protecciones
legales, y se preocupó por remarcar las diferencias con fondos que adquirieron
deuda durante el gobierno de Mauricio Macri. Y
los grandes fondos ven con malos ojos el período de gracia que planteó el
Gobierno.
"No creo que
haga falta un acuerdo 100% cerrado antes del 22 de mayo. Pero sí sería bueno
que haya baja incertidumbre de que es posible un acuerdo por los bonos
globales", contó una fuente con mucha experiencia en el mercado financiero
a LA NACION. "Cerrado 100% es imposible por los
tiempos -agregó-. Pero si los dos comités más grandes, que no son el Grupo de
Bonistas del Canje, sacan un comunicado que diga que 'luego de largas
conversaciones muy constructivas creemos que la propuesta que está por anunciar
la Argentina refleja en forma justa un esquema de deuda sostenible para el país
que estamos dispuestos a apoyar', ahí se tira de panza todo el mercado con los globales.
Si eso lo hacen antes del 22, el 22 en sí deja de ser relevante", explicó.
"Pasarte unos
días no es un drama", coincidió Diego Ferro, fundador de M2M Capital,
quien trabajó con Hans Humes en Greylock Capital. "El Gobierno está
desesperado por arreglar, y ese es el problema principal. El otro lado lo sabe.
Todo el mundo sabe que el Gobierno va a aumentar la oferta hasta que sea
necesario. No creo que los fondos se muevan mucho de las propuestas que
hicieron", agregó.
Otro importante
operador financiero especulaba que la oferta iba a negociarse hasta llegar a
los 52 centavos por dólar de valor presente a una tasa de descuento del 10%.
También creía en un acuerdo. "Alberto Fernández no tiene alternativa. Solo
resta saber cómo venderlo a la política internamente", comentó.
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