Por Martín
Kanenguiser - Con las contraofertas sobre la mesa, el Gobierno
debería llegar a un acuerdo con los bonistas en torno de los 50 o 52 dólares
(por cada USD 100 invertidos) sin demasiadas dificultades técnicas si sigue
convencido de que no quiere ir a un default desordenado.
Ex negociadores y
analistas de la deuda indicaron a Infobae que hay varios ejes de las
ofertas de los tres grupos de bonistas que pueden ser eliminadas rápidamente
–fueron puestas con ese fin– para acortar distancias con el Ministerio de
Economía.
De hecho, hoy el
precio de los bonos argentinos subía, entre otros factores, porque los bonistas
mostraron sus cartas como se lo pidió el Gobierno y la negociación podría
avanzar, aunque no se llegue a un acuerdo antes del viernes próximo,
cuando vencen USD 503 millones que seguramente no se pagarán.
Los puntos más
fáciles de convergencia, afirmaron, giran en torno del período de gracia (el
gobierno propuso tres, los bonistas uno, se puede llegar a un punto
intermedio); los cupones vencidos (Economía no quería reconocerlos, ellos piden
que se los paguen en efectivo; un bono puede ser la solución); y el pago de los
gastos es algo que seguramente ni se considerará.
Pero las ofertas que hoy dio a conocer Infobae dejaron en
claro que no hay tantas diferencias entre BlackRock y los otros bonistas. En
promedio, pidió un valor de 60 dólares, contra 58 del resto, aunque por
supuesto que con diferencias en la estructura de cada oferta.
Un ex negociador
indicó que “las contraofertas estuvieron en línea con lo que esperaba, sin
sorpresas”. El Gobierno, afirmó, deberá ceder, al igual que los bonistas. “Es
una negociación. Si el Gobierno no afloja en nada, estamos perdiendo tiempo
hace seis meses”, expresó.
El ex negociador se
preguntó por qué los bonistas liderados por Monarch fueron los únicos que
propusieron los cupones ligados al PBI, cuando “ellos mismos tienen juicios por
los cupones de los canjes anteriores; podría haber alguna estrategia jurídica
oculta ahí”.
“De los pedidos que
hacen los bonistas, algunos deberían ser negociables. El pago de los
intereses devengados que piden ambas ofertas es difícil de aceptar; la fecha de
cuándo se empiezan a pagar intereses y el pedido de reembolso de las comisiones
de los asesores de los bonistas, también”, detalló.
Además, consideró:
“Los intereses vencidos, si yo fuera el Gobierno, no los pagaría en su
totalidad; tal vez se los puede reconocer parcialmente como parte del canje con
un bono y aplicarles una quita importante, del 66 por ciento”.
“El valor que puede extraer el Gobierno en
gran parte, sobre todo con los Exchange, es a través de la opción de moverse de
euros a dólares. Los Exchange bondholders tienen los bonos en euros desde 2014
y no los pueden vender, y la cotización fue siempre horrible contra los bonos
en dólares”, afirmó.
A BlackRock,
sugirió, le propondría que “el acortamiento de plazos que pide sea de seis y no
de cinco años”. “En suma, deben cortar la propuesta en 3 o 4 dólares y cerrar
un acuerdo”.
“El deal es
en 55 dólares desde hace 2 meses; si el Gobierno no está dispuesto a cerrar en
ese número, le hizo perder el tiempo a todo el mundo”, advirtió.
Otro ex negociador
consideró que, con las contraofertas en la mesa, “sería un error táctico y
estratégico no llegar a un acuerdo. Los fondos se dejaron margen para
negociar”.
Federico
Furiase de Eco Go dijo que “el Gobierno tiene margen para cerrar un deal en
un valor presente neto de 50 a 55 dólares a una exit yield de
10% por ciento”. “Quizás negociando un período de gracia de dos años y
capitalizando los intereses. El cupón promedio de las contrapropuestas luce
razonable”, opinó.
“Si no se llega al
plazo del viernes, pero el Gobierno manifiesta su voluntad de seguir
negociando, no creo que haya aceleración de bonistas y se podría alcanzar
un deal después sin daño colateral en el medio”, aclaró
Furiase.
“El Gobierno sabe
que un hard default aceleraría la presión sobre el dólar y
arriesgaría una aceleración de la inflación. Creo que están más cerca de cerrar
con los globales que con los Discount. La suba de los bonos está basada en esa
historia, pero claro, no podemos descartar que haya algún cortocircuito que
complique la negociación”, advirtió.
Hoy, aclaró
Furiase, el valor de los bonos en el mercado asume un valor presente neto mayor
que la propuesta original del Gobierno. Sin embargo, “se abrió un nuevo camino
de negociación y el Gobierno tampoco quiere defaultear, con lo cual debe estar
tratando de generar una segunda contrapropuesta para cerrar”.
Aunque no pague el
viernes, opinó, “si la negociación continúa no habría incentivos de bonistas a
acelerar y eso podría mantener expectativas positivas, siempre y cuando el
Gobierno brinde señales de que quiere cerrar un trato rápido”.
El riesgo, aclaró,
“es que se trabe la negociación con los Discount y los Pares y haya un canje a
medias con muchos holdouts; ahí se ingresaría en un escenario gris
con potencial presión en brecha e inflación”.
Otro analista, que
optó por el off the record, indicó que las contraofertas dejan
espacio para un acuerdo. “Creo que 52 o 55 dólares puede haber algo”,
pronosticó.
En tanto, Nery
Persichini dijo que las contraofertas son “más realistas y acordes a
las pretensiones de mercado, sin que esto genere una carga abrumadora para
Argentina”.
“De todas formas,
creo que Argentina perdió una oportunidad cuando no conversó con los bonistas
antes de lanzar la oferta. Con la propuesta unilateral y tan poco
atractiva, cedió la iniciativa y tiempo. Y ahora tiene menos margen para
negociar. Para colmo, encolumnó a los acreedores en un frente común de
cooperación”, afirmó.
Acerca del margen
para negociar, sostuvo que “la propuesta inicial era tan pobre que se
podría mejorar con muy poco”.
“Pero la oferta
nueva implica una mejora de casi el 50%. Parece inverosímil que el Gobierno
apruebe estas condiciones sin cambiar una coma, especialmente por cuestiones
políticas. Hay un mar de grises en el medio”, aclaró.
“Quizás lo más
negociable sea el período de gracia. No a 2021, sino algo más extendido. A
cambio, seguramente deba incluir la capitalización de intereses. Otro aspecto
que podría mejorar la propuesta es ceder en cuestiones legales, la extensión de
la RUFO y tipo de indenture, especialmente para los tenedores de
Discount y Par”, opinó.
Además, “ofrecer
cierta cartografía del plan económico y un sendero más rápido de convergencia
al equilibrio primario también contribuiría a bajar la exit yield y
mejorar los valores de recupero”.
“El Gobierno podría hacerlo si hubiera un
cambio de nombres en el Ministerio de Economía. Sin shock positivo de
expectativas, es difícil que cualquier plan resulte creíble”, concluyó.
En tanto, el
analista financiero Diego Sacerdote consideró: “Van a negociar; no
creo que paguen cash los cupones corridos o vencidos. El resto es negociable, y
llegan. Tengo más dudas con los Discount”.
“Las dos puntas
antes de este fin de semana eran de 58 contra 47. El deal en
los globales está en 52, así que con un poco de esfuerzo llegan”, estimó.
Seguramente,
afirmó, “lo primero que van a negociar es el cupón vencido: van a capitalizar,
o sea reconocerlo, pero no pagarlo en cash”.
“Otro punto es el
bono corto: Guzmán propuso que el bono más corto sea al 2030 y al 12 por
ciento; ellos 2027 y 0. Lo lógico es que sea 2030 y sin quita. Con eso cada uno
puede ceder una parte”, precisó.
Además, estimó que
“Guzmán va a pedir no pagar nada en 2021 y que el cupón sea más bajo”.
En tanto, el grupo
SBS explicó que “en comparación con la oferta del Gobierno, las propuestas
contemplan vencimientos más cortos, mayores cupones, menores reducciones de
capital, la eliminación del período de gracia y el reconocimiento de los
intereses corridos”.
“La oferta del Ad
Hoc Bondholder Group implica un recupero de USD 48,55 a un exit yield de 12%
(USD57,75 al 10%) mientras la falta de algunos detalles no permite valuar la
segunda oferta. Aun así, lo más importante es que las demandas no están
tan lejos de los USD 42,6 que puede ofrecer Argentina sin poner en riesgo la
sostenibilidad, dejando espacio para encontrar un acuerdo que pueda servir
tanto al deudor como a los acreedores”.
Otro experimentado
ejecutivo del sistema, de buenos contactos con el Gobierno, dijo que “no
es tan fácil lo que viene; se puede llegar a un canje del 45 por ciento con
un deal que ofrezca un valor de 50 dólares”.
La duda, aclaró, es
“si el Gobierno seguirá negociando luego del 22. Creo que los está seduciendo a
los bonistas para entusiasmarlos, quitarle dramatismo al default y después ver
qué pasa”. En todo caso, “si siguen negociando lo harán sin apuro de acordar:
no veo al Gobierno aceptando una oferta por encima de los 50 dólares”.
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