Por Francisco Jueguen - En el Ministerio de Economía lo definen como
soft default (default suave), porque –aclaran– se dará en el marco de un avance
en las negociaciones por la reestructuración de la deuda. Con el vencimiento,
hoy, a las 17, del período de gracia para el pago de los intereses de tres
bonos globales, por US$503 millones, el país ingresaría, si no desembolsa el
dinero, como suelen definir las calificadoras de riesgo, en “default
selectivo”. Sus efectos, se atajan en el Gobierno, serían menores por el
acercamiento de posiciones entre los acreedores privados con títulos bajo
legislación extranjera y el equipo que dirige Martín Guzmán.
Pero, además, mañana vencerá el nuevo plazo que el Gobierno había
establecido ante la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos (SEC, por sus
siglas en inglés) para la presentación de los resultados de la oferta que la
Argentina lanzó a los bonistas. El primer tramo había cerrado el 8 de este mes
con una aceptación que rondaba el 13%.
Ayer, en un comunicado, se informó que el país extendió la oferta de
canje de bonos hasta las 18 (las 17 en Nueva York) del 2 de junio próximo,
“salvo que se extienda por un período adicional o que finalice en forma
anticipada”.
El anuncio de resultados será el 3 de junio o lo antes posible de allí
en adelante, y la fecha de ejecución, de entrada en vigor y de liquidación, el
8 de junio.
“El diálogo sigue abierto y en función de su resultado serán los
próximos pasos”, contaron voceros oficiales. “Llamarlo default [al no pago de
hoy] sería un exceso. Porque todo lo que pasará mañana [por hoy] va a estar en
el preacuerdo que va a llegar en breve. Lo de mañana [por hoy] estará dentro
del proceso de reestructuración y las partes son conscientes de ello. Yo lo
llamaría más bien una impasse o un soft default”, calificó ante la nacion una
fuente cercana a Guzmán.
“No es un default al estilo Rodríguez Saá, porque no se da en medio de
una negociación trunca o cortada. Hay negociación. Vale ver los pasos en las
últimas horas que dieron algunos comités. Lo que pasa es un paso lógico”,
aseguraron en el Ministerio de Economía, haciendo alusión al anuncio que hizo
el entonces presidente, en 2001.
“Leo en los diarios que corremos el peligro de caer en default mañana
[por hoy] y yo me pregunto por qué mienten así. Si estamos en default desde
hace meses, desde antes de diciembre que estamos en default, solo que no lo
escriben, solo que lo ocultan”, dijo el presidente Alberto Fernández en su gira
por Santiago del Estero y Tucumán.
Lo cierto es que el propio Guzmán recalcó en varias oportunidades que el
Gobierno había decidido seguir pagando los intereses de los bonos bajo
legislación extranjera con reservas. El pago del 22 de abril de tres bonos
globales es el primero que incumple el Estado para bonos con ley Nueva York.
“No vamos a someter a la Argentina a nuevos compromisos que no podamos
cumplir. Quiero que el mundo nos vea como un país honorable que cumple sus compromisos
y por lo tanto no vamos a hacer más que lo que debamos hacer para que los
compromisos que asumamos con nuestros acreedores no signifiquen una nueva
postergación de nuestro pueblo”, agregó el Presidente, pese que deberá mejorar
la oferta inicial si busca llegar a un acuerdo.
“Vemos valor en el proceso que estamos atravesando para lograr un
acuerdo sostenible. Existe una gran posibilidad de que ese plazo se extienda
[finalmente se concretó] para que eventualmente podamos hacer los arreglos
necesarios para lograr un acuerdo sostenible con nuestros acreedores”, había
confirmado Guzmán el martes, luego del anticipo de la nacion.
En su comunicado de ayer, Economía señaló que “la República continúa
recibiendo opiniones y sugerencias de inversores acerca de diferentes caminos
para mejorar el valor de recupero. La República se encuentra analizando estas
sugerencias para maximizar el apoyo de los inversores, preservando al mismo
tiempo sus objetivos de sostenibilidad de la deuda. La Argentina cree
firmemente que una reestructuración de deuda exitosa contribuirá a estabilizar
la condición económica actual”.
Las dudas sobre si la Argentina ingresa o no en default, sobre la
denominación del evento y acerca del impacto en el corto plazo comenzarán hoy
mismo. En el oficialismo ya habían adelantado el fin de semana pasado que se
estaba trabajando “para que, si no hay acuerdo el viernes [por hoy], no se
rompa nada”. Los acreedores lo confirmaban. Ayer, el CEO de uno de los fondos
más grandes, Hans Humes, de Greylock Capital, ratificó: “hay interés en llegar
a una resolución” (ver aparte).
Aquella misma fuente del oficialismo describía que la probabilidad más
clara era que el incumplimiento argentino de hoy fuera calificado como un
“default selectivo”. Según el glosario de Standard and Poor’s, ese deudor es el
que “no ha pagado una o más de sus obligaciones financieras (calificadas o no
calificadas) cuando venció” (más información en la página 22).
“Se asigna una calificación de SD (selective default, en inglés) cuando
Standard & Poor’s cree que el deudor ha incumplido selectivamente una
emisión específica o clase de obligaciones, pero continuará cumpliendo sus
obligaciones de pago en otras emisiones o clases de obligaciones de manera
oportuna”, completa la calificadora de riesgo.
En el oficialismo aseguraban además, que en el marco del avance de las
negociaciones, no habría interesados suficientes en impulsar una aceleración en
el proceso de deuda. Si existiera esa posibilidad, en 30 días luego de
declarado el cross default, la International Swaps and Derivatives Association
(ISDA) gatillaría los credit swap default (CSD) y declararía sí formalmente a
la Argentina en default. Sería el noveno en su historia.
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