Por Claudio
Zlotnik - En plena cuarentena,
la mayoría de los sectores económicos analizan, con preocupación, la manera de
atravesar la crisis y
lograr la subsistencia. Empresarios de todas las ramas de la industria, comerciantes grandes y
pequeños, dadores de servicios de
todos los rubros y hasta compañías
de la salud se sumergieron en la oscuridad de la pandemia.
Los bancos sean, acaso, uno de los pocos que salen indemnes
de la crisis. No puede compararse la situación de los financistas
con las que tienen los verdaderos ganadores de la "nueva realidad"
-como sí lo son las empresas de logística y de entregas a domicilio o los servicios de streaming o quienes venden aparatos de gimnasia para el
hogar-, pero la situación indica que los bancos no sufren por las nuevas reglas.
Es cierto: el sistema financiero era
de los que más se había preparado para trabajar a
distancia, sin necesidad de asistir a las sucursales más que
para atender a una parte de los clientes que (todavía) no se habituaron a
operar por el "home
banking".
Los bancos (los argentinos,
al menos) son los que mejor aprendieron a cuidar sus
balances. La experiencia ganada tras la explosión de la
convertibilidad los dejó a salvo, incluso, del desparramo de los créditos
"subprime" de hace una década.
La señal de que el sistema financiero es ajeno a las
peores angustias que genera la crisis se
puede percibir en el hecho de que los financistas son de los pocos que en vez
de pensar en cómo reparar los daños de la cuarentena, ya están diseñando los negocios del
"día después".
La cuestión se menciona en
las reuniones de directorio que
a diario se llevan a cabo -de manera virtual- desde que empezó la cuarentena.
Algunos bancos crearon comisiones ad-hoc para evaluar quiénes serían sus mejores clientes a la salida de la crisis. Con el diagnóstico a mano, algunos ya están
rastreando a esos "prospectos" para ofrecerles sus servicios
financieros.
Los ganadores de la
"nueva normalidad"
Para identificarlos, en los
bancos trazan una línea entre los supuestos "ganadores"
y "perdedores¨ de la pandemia.
El listado de los primeros se engrosa con varios rubros, entre los que
se destacan:
- Todo lo relacionado al turismo interno
La perspectiva, lógica a esta altura del año, es
que el próximo verano será fronteras adentro. Más allá del valor y la
conveniencia del tipo de cambio.
Eso significa que la industria turística se volcará
masivamente a la oferta en la Argentina. De manera todavía más potente que en
el último verano, cuando en el país ya existía el llamado "dólar
solidario", un 30% más caro que el oficial.
La mirada de los bancos
estará puesta en los emprendimientos que vayan a surgir en los próximos meses.
O en los que ya existen y requieran de fondeo express para ampliarse, de cara a
la próxima temporada.
- Ventas online
Sin dudas, se trata de uno de los nichos
"estrella" con la pandemia. Las ventas por Internet crecieron nada
menos que 30% desde que comenzó la cuarentena.
En algunos bancos creen que esta modalidad continuará en auge cuando pase el
coronavirus.
Un reciente informe del
CIPPEC -realizado por los economistas Ramiro Albrieu y Megan Ballesty-
dice que cinco de cada 10 personas -unas tres millones de personas- utiliza el transporte público en el
AMBA (área metropolitana) para trasladarse al puesto de trabajo. Por lo
tanto, exponen los expertos, habrá que generar políticas públicas para ayudar a
esa porción de la población.
Muchos de esos trabajadores
no dejarán de ir a sus puestos (los albañiles, por ejemplo), pero muchos otros
sí podrían reemplazar el traslado por la
opción del teletrabajo, lo cual abrirá toda una nueva gama
de servicios relacionados con ese cambio de estilo laboral.
En uno de los bancos líderes del sistema pusieron a
este tema como un punto principal de debate, de cara a la apertura de la cuarentena.
Creen que habrá una competencia muy fuerte en la "economía online", y que los primeros que lleguen terminarán por acaparar el mercado del
financiamiento a un
sector que será uno de los más dinámicos.
El concepto de "micro
movilidad" será uno de los emergentes de la cuarentena.
Refiere a las nuevas formas para trasladarse por la gran ciudad. Los medios de
transportes públicos -se sabe ahora- se convirtieron en focos masivos de
contagio. Nadie quiere eso, y los gobiernos recomiendan a sus ciudadanos un
tipo de movilidad individual.
En los bancos piensan que, de
movida, habrá que salir a financiar
las compras masivas de motos. O directamente proyectos para la adquisición de combis, que ya
es el medio de transporte elegido por las empresas para el traslado de su
personal a las plantas.
También hay quienes aguardan
proyectos de monopatines eléctricos,
que ya atravesaban su propio auge antes de Covid-19. La diferencia es que, ante
la eventual mayor demanda por necesidad más que por placer, es muy probable que
se precisen modelos con más duración de las baterías, por ejemplo.
La urgencia por disponer de esos productos tan
necesarios en el nuevo contexto, interpretan en algunos bancos, hará que haya
líneas específicas para aquellos emprendimientos que se dediquen a la
investigación.
En el mercado también creen
que es cuestión de tiempo hasta que florezcan proyectos para adaptar los medios
de transporte a la "nueva realidad".
- Logística
Está ligado al nicho anterior. Como se espera
que la gente quiera moverse menos, ganarán espacio las iniciativas para
trasladar los productos. No se trata solamente de mover personas, como en los
ejemplos anteriores, sino de compras que se hayan hecho online.
Se trata de una tendencia que
ya venía acelerándose. De hecho, el sector de la logística fue uno de los pocos
dinámicos en la Argentina 2017-2019, con inversiones que ayudaron a mejorar el
sector, en un contexto de demanda en crecimiento.
Por eso, acá también, las entidades financieras ya pusieron
el ojo.
- Capacitación y Tecnología
Se sabe, la Argentina no es vanguardista en
materia tecnológica. No obstante eso, los bancos suponen que habrá una
necesidad para financiar proyectos. Mencionan, por ejemplo, inversiones en
monitoreo a distancia. Algo
que deberán aplicar las empresas que mantengan a parte de su personal lejos de
las plantas.
Preparando la vuelta al microcentro
En cierta forma, esa es la
manera en que en los bancos piensan su propia normalización.
Algunos de los bancos líderes
ya planean el regreso de su personal de las
casas centrales. Son los empleados que no se dedican a la atención al público, que ya
están incorporados a las sucursales.
A las casas centrales, el retorno se hará de manera
muy gradual. La idea es que haya una primera tanda donde
vuelva aproximadamente el 10% del personal. Algo que podría ocurrir hacia principios de junio, si es que se mantiene la apertura gradual del
resto de la economía luego de la estricta cuarentena.
En los siguientes 30 días
volvería un 15% adicional, totalizando un 25%.
Para fin de año, algunos de los
bancos líderes piensan que no habrá más
que el 40% del personal trabajando en las casas centrales.
El mundo cambió. La economía y las relaciones
laborales, también. A punto tal que entidades financieras que se mueven de
manera muy conservadora, que en los últimos años engordaron sus balances con
préstamos al Estado o a grandes empresas, ahora están "aprovechando"
la cuarentena para repensar el negocio.
Que, como todo el resto, en
la "nueva realidad" será distinto a lo conocido hasta ahora.
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