Por Francisco Jueguen - El Gobierno instruyó hoy a que, en
los próximos días, los bancos HSBC y Bank of America (BoA), entidades que
asesoran al país en el proceso de reestructuración de la deuda, contacten a los bonistas minoritarios, o
a aquellos que no integran los tres comités de acreedores desde los que
negocian los grandes fondos de inversión con títulos locales.
"Atención
a lo que pueda incidir en la etapa final de la negociación", dijeron a LA NACION cerca del ministro de Economía,
Martín Guzmán. En las últimas horas surgieron versiones de que la Argentina
había mejorado su oferta inicial a los acreedores con bonos bajo legislación
extranjera. Las mismas no fueron confirmadas en el Palacio de Hacienda, donde
ya rigen los Non Disclosure Agreement (NDA,
por sus siglas en inglés) o convenios de confidencialidad entre las partes que
discuten la letra fina de un eventual acuerdo.
"Es
parte lógica de las negociaciones, porque ellos tienen que acordar también.
Simplemente no los teníamos muy en cuenta en estos días. A ellos les interesa
un buen acuerdo, porque tienen menos espaldas que los grandes para
aguantar", agregaron en Economía.
El
viernes pasado, el país ingresó en un default selectivo o en un "soft
default", como
lo describieron cerca de Guzmán, luego de que finalizara el período de gracia
para el pago de tres bonos Global por el monto de US$503 millones. Además, el
país extendió a la Comisión de Bolsa y Valores de los EE. UU. el período de
negociación con los bonistas hasta el 2 de junio.
Tanto desde
los comités de bonistas como desde el Gobierno se afirmó que se acercaron
posiciones, pero que aún hay "importantes" diferencias para cerrar un
acuerdo positivo. A fines de la semana pasada, en una entrevista a la agencia
Reuters, Guzmán aseguró que en los "próximos días" presentaría una
mejora de la oferta a los acreedores. En los comités de acreedores, en tanto,
volvieron a reclamar por más diálogo al Ministerio de Economía.
Hoy, Robert
Johnsson, asesor tanto de la Argentina como de sus acreedores, presidente del
Instituto para el Nuevo Pensamiento Económico, execonomista jefe del Comité
Bancario del Senado de los Estados Unidos y ex director gerente de Soros Fund
Management en la década de 1990, escribió en el Financial Times que "ambas partes deben compartir el
riesgo", y aseguró que la negociación argentina será un caso
testigo para otros países. Se trata de una visión, esta última, compartida con
Guzmán y el Gobierno Nacional.
"Los
acreedores no pueden exigir una reestructuración que condene al país a una
lucha horrible, al colapso del gobierno y a otra ronda de
reestructuraciones", escribió Johnsson, pero a su vez pidió: "El
gobierno argentino debe reconstruir la confianza de sus acreedores trabajando
de manera transparente con el FMI en un programa que fomente una recuperación
nacional disciplinada". El país no accedió aún a un nuevo programa con el
Fondo.
"Esta
negociación es importante para Argentina, sus acreedores, otros deudores
soberanos con problemas e incluso para la moral mundial", calificó el
escritor en el prestigioso medio británico.
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