Por Juan Strasnoy Peyre,- Pese
a que las calificadoras de riesgo formalizaron el default, las perspectivas de
un pronto acuerdo crecen. Tras un fin de semana de intensas
negociaciones con los tres grupos de bonistas, en el que se acercaron
posiciones pero no se alcanzó un punto de consenso, el Gobierno sale ahora en busca de los
acreedores sueltos que no forman parte de los tres comités a
través de los bancos colocadores designados para la reestructuración de los
USD66.238 millones de deuda externa, el HSBC y el Bank of America.
Fuentes del Palacio de Hacienda le dijeron a BAE
Negocios que esas entidades “van a contactar estos días a los poseedores
de bonos que no están agrupados en los tres grandes clubes de acreedores” para
acercarles la nueva versión de la oferta oficial que eleva algo más del 10% el
valor presente neto ofrecido para los bonos hasta los USD45, descontados a una
tasa del 10%. Es la propuesta que el ministro de Economía, Martín Guzmán, discutió el
fin de semana largo con los principales fondos de Wall Street.
En el Ejecutivo creen que los tenedores de menor
envergadura sumados a algunos peces gordos no agrupados podrían tener una
incidencia importante en la etapa final de la negociación ya
que en conjunto representan “una masa importante” de más de la mitad de los
bonos a reestructurar y que jugarán un papel determinante a la hora de
conseguir las mayorías necesarias para avanzar en el canje. Por caso, entre los
jugadores solitarios están los fondos Pimco y Prudential que, calculan
en el mercado, tendrían más de USD3.000 millones cada uno.
Además, las mismas fuentes señalaron que,
con las conversaciones aún abiertas, no está previsto todavía el envío de la nueva
versión de la oferta a la Comisión de Valores de Estados Unidos (SEC) en los
próximos días. “Se sigue negociando”, plantearon. Esto implica
que, como contó este diario la semana pasada, el Gobierno busca no presentar
una nueva propuesta unilateral sino que intenta llegar con mayor consenso.
Así, es de esperar que se incorporen nuevas
modificaciones.
Este martes Fitch Ratings rebajó a la
categoría “default restringido” la
deuda soberana y Standard and Poor’s recortó
la nota de cuatro bonos argentinos a D desde la anterior CC, un paso formal que
ya estaba descontado luego de que el Gobierno definiera no pagar los USD503
millones de los bonos Globales 21, 26 y 46 al término del período de gracia
posterior a su vencimiento.
Además, el comité de derivados lanzó una consulta
para pedir el pago de los seguros de default (CDS) por unos USD1.500 millones,
según reportó la agencia Bloomberg. Mañana se reunirá a las 13 hora de Nueva
York para tomar una decisión. Muchos acreedores compraron CDS a medida que
recrudecía la crisis de deuda argentina y hoy buscan hacerse de ese dinero de
parte de las aseguradoras pese a que la negociación está encaminada. Es que nada impide que los bonistas cobren ahora y
luego ingresen al canje.
Pero esto no detuvo la sostenida racha de
recuperación de los títulos en dólares bajo legislación
extranjera: hoy subieron hasta 7,1% y motivaron una baja del 8,9% en el riesgo
país hasta los 2.520 puntos básicos, el menor nivel en tres meses.
La mejora respondió, en parte, a la
decisión técnica de la Trade Association for the Emerging Markets (EMTA) de
que, tras la formalización del default, los bonos argentinos coticen “flat”, es
decir, sin los intereses devengados. Esto elevó los precios entre USD1 y USD2
ya que se adicionaron los intereses corridos hasta el momento. Pero no fue el
único motivo. Para el analista Gustavo Ber, también se debió
a las apuestas de que “las negociaciones finalmente llegarán a buen puerto y
así podría alcanzare un acuerdo pronto”.
En los funcionarios a cargo de la
negociación también crece el optimismo. Lo dejó en claro Sergio Chodos, el
representante argentino en el directorio del FMI, en declaraciones a Radio Con
Vos: “Hay mayor comprensión, un acercamiento entre
las partes y un nivel de responsabilidad incremental en
varios de los acreedores. Se sigue negociando con toda la voluntad de
ambas partes de llegar a un acuerdo”.
Con todo, aún existe una brecha de USD8 de
VPN entre los USD45 que ofrece el Gobierno y los USD53 que de momento
aceptarían los grandes fondos, con Blackrock a la cabeza.
Así, la fecha límite para adherir al canje,
actualmente pautada para el 2 de junio, se encamina a su tercera extensión.
Es que una vez presentada la nueva oferta oficial en la SEC deberá estar
abierta al menos durante diez días por cuestiones reglamentarias.
La voz del "asesor detrás de escena"
Un asesor tanto del Gobierno como de los
bonistas, desde el seno del establishment financiero internacional, llamó a
ambas partes a alcanzar un acuerdo y advirtió que este sería importante
"para evitar un resultado calamitoso"
de cara a la "miríada de reestructuraciones de deudas soberanas
desencadenadas por la pandemia".
Así lo planteó en una columna publicada en
el Financial Times de hoy Robert Johnson,
presidente del Instituto para el Nuevo Pensamiento Económico, ex economista
jefe del Comité Bancario del Senado de Estados Unidos y ex director gerente de
Soros Fund Management en los 90.
“Soy un asesor detrás de escena de ambas
partes en las negociaciones de Argentina. He asesorado o
trabajado con varios de los principales participantes. El resultado será
importante no solo para Argentina sino también como un precedente para las muchas
otras negociaciones de deuda por venir”, señaló el economista estadounidense.
“La tarea es desalentadora. Los acreedores
y las naciones deudoras estarán negociando en condiciones sin precedentes
creadas por el Covid-19. Las viejas reglas de juego de las
negociaciones sobre la deuda soberana ya no sirven como guía, si alguna vez lo
fueron”, planteó y llamó a los inversores a rever sus
postulados: “La ideología de la maximización de los accionistas y la deificación de los mercados está en tela
de juicio”.
Sobre las negociaciones en marcha, Johnson
afirmó que “los acreedores no pueden exigir una
reestructuración que condene al país a una lucha horrible, al colapso del
gobierno y a otra ronda de reestructuraciones”. Y agregó: “Esto
solo convertirá a los líderes de Wall
Street en villanos en un escenario mundial donde ya son
sospechosos”.
Mientras que al Gobierno le señaló que “debe reconstruir la confianza de sus
acreedores trabajando de manera transparente con el FMI en un programa que
fomente una recuperación nacional disciplinada” y sugirió la implementación de
“activos convertibles contingentes que aumenten el valor que reciben los
acreedores en caso de que los efectos económicos de la pandemia sean más leves
de lo que se temía”, es decir, un nuevo cupón PBI.
Con todo, se mostró optimista: “Es un
desafío abrumador. Pero he trabajado en estrecha colaboración con Martín Guzmán, el ministro de
Economía de Argentina, y con Philipp Hildebrand, vicepresidente
de Blackrock, miembro del grupo de acreedores, y los conozco como hombres de
integridad y visión. Eso me da alguna esperanza de
que estas negociaciones puedan evitar un resultado calamitoso”.
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