Por David Cayón - Finalmente
se reunió el International Swaps
and Derivatives Association (ISDA) para determinar si el país incurrió en un
“evento de crédito” que habilita la activación de los CDS, es decir, los
seguros contra default (credit default swaps, según las
siglas en inglés).
Aunque el plazo de negociaciones con los acreedores del país
se extendió y ya hubo un incumplimiento por USD 503 millones y aún ninguno de
los tenedores de deuda de la Argentina solicito la cesación de pagos, el Comité de Derivados para la región de América
definirá mañana si el país entró en default y habilita el pago de los seguros.
De esta manera, los 14 bancos que conforman el ISDA
determinarán si el país incurrió en un default y si ahora los acreedores podrán
acceder a sus seguros que, el
monto de esos seguros, según la agencia Bloomberg, alcanza los USD 1.500
millones.
La definición del ISDA respecto de que la Argentina entra o
no en default ahora abre un nuevo proceso.- “Esto es un contrato entre privados
en donde, una vez que estas 14 entidades definen que un país está en default,
hay un plazo de 10 días en el que se fija una fecha para realizar una subasta.
A los 30 días, el tenedor del seguro cobra en efectivo”, relata el proceso
a Infobae el
especialista en deuda Sebastián
Maril. “Lo que se vota es
si Argentina entró en default. No le afecta nada en términos económicos al
país. No tiene que pagar nada. En un problema entre privados”, agregó.
La reunión del ISDA sólo puede ser solicitada por una o
varias de las 14 entidades financieras que lo conforman y que son las que
votan: Bank of America, Barclays Bank, BNP Paribas, Citibank, Credit Suisse,
Deutsche Goldman Sachs, JPMorgan, Mizuho Securities, AllianceBernstein, Elliott
Management, Citadel, PIMCO y Cyrus Capital.
“No se sabe quién es el que pide la reunión, sí que es uno
de los catorce miembros y que no lo puede pedir un bonista argentina. En este
caso, hay uno de los miembros que también es acreedor, pero no significa que
sea el que lo haya pedido”, explicó Maril.
Maril hace referencia a PIMCO, Pacific Investment Management Company, que se
hizo conocido en el mercado local por tener el 40% del Bono de Política Monetaria (Bopomo).
La pregunta es qué sucede si en el lapso de esos 30 días que
define la entidad la Argentina alcanza un acuerdo con sus acreedores que le
permite “levantar” el default. Para
el CEO FINGURU S.A. no se modifica
nada. “Esto es un seguro y la Argentina ya chocó. Al declararse el default el
que tiene el seguro va a cobrar y después volverá a cobrar lo que sea de los
bonos”.
La decisión del ISDA
respecto del caso argentino tiene algunas aristas particulares. Si
bien en la organización están todos representados, desde los bancos que venden
los seguros hasta los acreedores que los toman, pasando por supuesto por los
grandes colocadores de deuda soberana, en la cúpula de la organismo sobresale
un nombre: el de uno de los principales acreedores de la Argentina, al que el
ministro de Economía eligió como interlocutor principal para confrontar en la
negociación, Blackrock.
El presidente del ISDA es Eric Litvack, Managing Director del Société Générale mientras que el
vicepresidente es Axel van
Nederveen, Managing Director del European Bank for Reconstruction and
Development. Tercero en la jerarquía, con el cargo de secretario de la
entidad, se ubica Jack Hattem, managing
director de Blackrock para
el departamento de renta fija a nivel global.
En el resto del directorio está integrado por otros 25 altos
ejecutivos de grandes bancos y fondos como Pimco, HSBC, Bank of America, Morgan Stanley, Citigroup, Deustche
Bank o RBC Market
Capital. Entre los miembros, en tanto, se destaca otro de los nombres
célebres entre los acreedores de la Argentina, el de Elliot Management, el fondo buitre
de Paul Singer que
litigó durante años contra el país hasta que acordó, en 2016, el pago que
determinó la salida del default de 2014.
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