Por Martín Kanenguiser - La
negociación con los bonistas para llegar a un acuerdo sigue transitando por una
montaña rusa, con una diferencia que, según el Gobierno, es de 10 puntos en el
valor presente neto entre ambas partes.
Sin embargo, pese a los fuegos artificiales, la negociación continuó bajo un pacto de
confidencialidad que comenzó el viernes e iba a terminar ayer, pero se extendió
hasta hoy a las 18.30, según fuentes ligadas a las negociaciones. El
plazo se puede volver a extender, aclararon.
A grandes rasgos, se trata de un VPN de 55 de la oferta de los bonistas contra
45 ofrecidos por el Gobierno, pero las diferencias varían según el
tipo de bono involucrado en la reestructuración de los 66.500 millones de dólares
lanzada por el Ministerio de Economía.
En el Gobierno
explicaron que con los comités de los bonistas que tienen títulos del 2005 y
2010 (Exchange Bondholders, liderados por Monarch Capital) y Greylock (con Hans
Humes) están a una distancia de nueve dólares por cada 100.
En cambio, con
el comité que lideran BlackRock, Ashmore y Fidelity, la diferencia es mayor,
afirmaron las fuentes oficiales.
Pero, un negociador afirmó que las diferencias son menores a
las que expresa el Gobierno: a
cinco puntos de los bonos emitidos en 2016 y a nueve de los bonos 2005-2010.
Por esta razón, en el Gobierno creen que es más factible llegar a un acuerdo con los
otros dos comités para formular en las próximas semanas una oferta “enmendada”
respecto de la original, que recibió un rechazo mayor al 80 por ciento.
“El diálogo sigue
abierto”, afirmó la fuente, para descartar cualquier versión rupturista
que circula dentro del propio Gobierno, como si eso pudiera generar nervios en
Wall Street.
Otro ex negociador indicó que se está trabajando para
achicar diferencias entre ambas partes en torno del “reconocimiento de los intereses devengados,
algún pago antes del 2023, cupones un poco más altos y eliminar el haircut de
capital”.
“Las puntas están
mas cerca, hay dialogo aunque no sea conducente; como siempre, si hay voluntad
del gobierno, el acuerdo se cierra”, explicó.
Al respecto, el ex presidente del Deutsche Bank en la
Argentina y ex secretario de Finanzas bonaerense Marcelo Blanco dijo a Infobae que “por lo
que es de carácter público la diferencia entre la postura del Gobierno y la de
los acreedores no es superior a 7% del valor presente nominal de los bonos. Ese
7% es aproximadamente un valor del 1% de PBI. No creo que sea un escollo
insalvable".
“Los beneficios económicos de un acuerdo superan ampliamente ese costo
adicional para llegar a un acuerdo y ese costo se licuaría con resultados
fiscales futuros. Sería un error táctico muy grande si no se
arreglase el tema de la deuda. El default no puede ser una opción para este
Gobierno ni para cualquier Gobierno de este país. Desde el punto de vista
financiero la mejora en el valor presente de la propuesta puede ser alcanzado
bajo diferentes metodologías, desde pagos iniciales en efectivo a aumentos de
cupón, entre otros. Lo importante es la voluntad de la mejora”, expresó.
Mañana se podrá saber algo más de la postura oficial, en una
videoconferencia en la que participará el viceministro de Economía Haroldo Montagu con el economista
francés Jean-Paul Fitoussi,
profesor del Instituto de Estudios Políticos de París y doctor en Derecho y
Economía por la Universidad de Estrasburgo, que se sumó a la carta firmada por unos 130 economistas del exterior en apoyo a la
oferta argentina. También participarán del debate Martín Lousteau, senador de la
Nación, Isela Costantini,
presidenta de GST grupo financiero y Aníbal Jozami, rector de la UNTREF, organizadora del evento.
Según se anunció, los expertos “debatirán sobre cómo medir
desigualdad, vulnerabilidad, desarrollo económico y progreso social para lograr
un estado de Bienestar; sobre el futuro de las deudas soberanas y el rol de
estado en el proceso de globalización en un mundo post Covid-19. También
reflexionarán sobre si es posible el camino hacia una economía ambientalmente
sostenible”.
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