El interés abierto en futuros de dólar ha ido en aumento,
superando los u$s3.000 millones, recuperando los niveles de agosto 2019 aunque
aún lejos de los niveles de finales de 2015.
Por Ariel Manito - La semana pasada la Argentina
formalizó el default para bonos ley
extranjera, luego de no efectuar el pago de intereses de los bonos globales por u$s503 millones. Más allá de esto, lo cierto es que
el país lleva ya mucho tiempo con incumplimientos de distintos compromisos a
nivel local y sin acceso a financiamiento externo. Lo más probable es que
reconstruir la confianza de los acreedores y volver a financiarse en los
mercados internacionales a tasas razonables, con o sin acuerdo, lleve mucho
tiempo.
Como en cada
crisis de confianza, debimos aprender a vivir con lo propio, es decir revisar
la billetera y contar las monedas. Es algo que seguimos de cerca ya desde
mediados de 2018. Si bien las reservas del Banco Central (BCRA) se mantienen
relativamente estables, las de libre disponibilidad, no han hecho más que
disminuir sistemáticamente.
Cuando manda
la escasez y el financiamiento externo ya no es una opción, se vuelve
inevitable recortar gastos (la ecuación debe cerrar). La necesidad de
alcanzar el superávit primario era un objetivo primordial, pero se vio absolutamente
desbordado por la aparición del Covid-19.
Los gastos se dispararon para intentar
contener a los sectores vulnerables y los ingresos corrientes se derrumbaron
con la caída de la actividad. De acuerdo al Índice de Producción Industrial de Orlando Ferreres, en
abril se produjo la peor caída mensual de la historia de 26,7% interanual (incluso
mayor que la caída de 18,7% de diciembre de 2001).
En este contexto, es difícil proyectar
porque con los datos actuales sobre la mesa, pensar en un camino sustentable,
no es posible.
La prolongación de la cuarentena y la incertidumbre en relación al “new normal”
post-pandemia hacen todo más difuso.
De alguna manera, estos números
caóticos podrían “facilitar” un acuerdo más agresivo por la deuda, del posible
en condiciones normales. Pero también es una realidad que dadas las
circunstancias, vuelven las presiones sobre el tipo de cambio, las restricciones y las
brechas.
En la medida que la brecha se amplía
lo suficiente, crece el incentivo a importar al tipo de cambio oficial y los
oferentes cautivos tienden a retrasar todo lo posible sus liquidaciones.
En abril, el agro liquidó un
42% menos que en el mismo mes de 2019 (ayudado en parte por la bajada histórica del Río
Paraná). En lo que hace a la compra minorista de dólar, si bien disminuyó un 87% en relación al
mismo mes del año pasado, la
cantidad de individuos participando en el mercado se disparó de 435 mil a casi
1,2 millones.
El mercado de futuros
de dólar comienza a atraer inversores de todo tipo, algunos buscando cobertura, tasa y
otros simplemente especulando con un salto del tipo de cambio en el futuro
cercano. El interés abierto
en futuros de dólar ha ido en aumento, superando los u$s3.000 millones de
dólares, recuperando los niveles de agosto 2019 aunque aún lejos de los niveles
de finales de 2015.
Los movimientos en general en este mercado ocurren rápido y el BCRA ha vuelto a
ser un operador activo del lado de la oferta.
Las expectativas de una devaluación
oficial van en aumento y la demanda por instrumentos dólar linked reflejaron
esto, con muchas compañías volviendo al mercado de deuda a través de este tipo
de emisiones. Las mismas se han vuelto muy atractivas ya que permiten ingresar
al dólar mayorista, y si bien las rentas y amortizaciones se liquidan al tipo
de cambio A3500 de los vencimientos, estos bonos captarían una eventual
devaluación del oficial. Desde ya, está el riesgo de que la brecha se amplíe en
el futuro.
En medio de este contexto volátil, los precios de los
bonos soberanos comienzan a incorporar una mayor probabilidad de acuerdo. Los tenedores de deuda Ley Local
vieron sus paridades subir fuertemente, en algunos casos eliminando el
diferencial con los bonos ley extranjera, lo que representa una oportunidad de
arbitraje.
El ministro de Economía, Martín Guzmán, prometió dar a los bonos ley
local el mismo tratamiento que a la ley extranjera, pero siendo la posibilidad
de un no acuerdo todavía alta, ante niveles similares de precios, no hay que
dejar de considerar el cambio de legislación.
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