Por Claudio
Zlotnik - El ejemplo es trivial pero ilustra con toda claridad
la complicada situación en la que se encuentra la economía: dos de las
principales importadores de especias y
legumbres de la Argentina les adelantaron a sus clientes
-supermercados y mayoristas- que no podrán cumplir con la entrega de los
últimos pedidos. Y que algunos productos, como la pimienta negra, tendrá un aumento de precio a
partir de hoy mismo.
Las últimas medidas
restrictivas que ponen condiciones al acceso al mercado
cambiario a los importadores comenzaron a alterar el clima en el mundo de los
negocios.
No es para menos: un informe oficial que en
las últimas horas recorrió los despachos de los ministros del gabinete
económico da cuenta que casi ocho de cada 10 empresas importadoras quedarán afuera del acceso al dólar de $70 para
traer mercadería al país.
En
concreto, según los registros a los que tuvo acceso iProfesional, sobre un
total de 22.500 empresas registradas para importar, nada menos que unas 17.500
no podrán cumplir con las nuevas condiciones. Y quedarán al margen
del mercado de cambios oficial.
Como era de esperar, en las
compañías hay revuelo: ayer hubo un
"zoom" de la que participaron más de 2.000 compañías para
tener detalles de la ya famosa "Comunicación A7030" del BCRA.
La medida se tomó a fines de
la semana en un contexto de caída (y escasez) de reservas. El escenario empeoró
en plena pandemia y salto de la brecha cambiaria. La diferencia entre la cotización
del dólar oficial
y el "blue" llegó al 86% y ayer miércoles se estacionó en 76%.
Mientras que en el "contado con liqui", la brecha se encuentra en el
64 por ciento.
La ampliación de esa brecha aceleró la dolarización de
las empresas. De acuerdo al BCRA, "durante el bimestre abril-mayo se
pagaron importaciones por 30% más del volumen importado. Aproximadamente se
importó por 5.800 millones de dólares y los importadores accedieron a divisas
por 7.500 millones de dólares. Ese comportamiento fue disruptivo respecto del
historial de acceso al mercado de cambios".
Esa
diferencia de u$s1.700 millones fue lo que las compañías se apuraron para sacar
de las Reservas, seguros de que están comprando dólares "baratos".
"Creen que habrá una devaluación pero se equivocan. Creen
mal", expresaba con evidente malestar una alta fuente del Central, en
diálogo con iProfesional.
"La Circular A7030 establece las condiciones de acceso al mercado para
normalizar esa situación disruptiva", señalan desde Reconquista 266.
En contra de la preocupación
empresaria, desde el BCRA aclaran que "no hay impedimento para
importar ni alteración en el régimen de importaciones del país. Están las divisas disponibles para
el normal funcionamiento de la actividad productiva".
Y si bien las propias fuentes
oficiales estimaron que la mayoría de los importadores no podrá cumplir con las
nuevas condicionalidades, desde el Banco Central aclararon
que harán modificaciones si
detectan que hay trabas a las importaciones.
En principio, las últimas
restricciones instauradas esta semana, tendrán vigencia hasta el próximo día
30.
Algunas
de esas condiciones son:
Que las empresas no hayan accedido a dolarizarse en el mercado "contado con liqui" en
los últimos 90 días. Y comprometerse, bajo declaración jurada,
de que tampoco lo harán en los tres meses siguientes.
Que no tenga activos en dólares en una cuenta del extranjero.
Tampoco divisas
atesoradas por afuera del sistema financiero argentino (en
una caja de seguridad, por ejemplo).
Que cumpla con
un cupo de importación: básicamente, no se puede comprar
más dólares de los que ya se importó en bienes o servicios.
En el caso de las pymes, la condición es que no hayan accedido a los créditos
subsidiados a una tasa anual del 24 por ciento.
Hay excepciones: las importaciones de medicamentos y los
pagos de productos vinculados con el Covid-19, como los kits para realizar
testeos.
Dureza inédita
"En 34 años de trabajo
en el comercio exterior, nunca vi algo de tanta dureza para acceder a los
dólares oficiales", comenta el funcionario
de un banco líder, experto en estos temas, ante una consulta de iProfesional.
Esa fuente comparó estas
condiciones a las que existieron, por ejemplo, a mediados de la década del ´80,
cuando -bajo el gobierno de Raúl Alfonsín- era necesario realizar un depósito previo para
importar mercadería, que recién se podría abonar si el Banco Central, presidido por entonces por José Luis Machinea, aprobaba
el "formulario 4008".
"Ni
siquiera en la época del cepo del Cristina, la situación fue tan extrema.
Estaban las DJAI (muchas de las cuales se aprobaban vía amparos judiciales), y
el cupo era de u$s50.000 por día. Para una gran empresa es poco, pero a
las pymes les solucionaba la vida", rememora el mismo experto.
Desde el sector privado,
lejos del optimismo expresados por los funcionarios, suponen que en las
próximas semanas habrá una parálisis del
comercio exterior. Un posible efecto no deseado para cuidar las
Reservas.
De acuerdo a estimaciones de
distintas consultoras de la City, en el Banco Central quedan
unos u$s8.500 millones de reservas "netas". Un monto exiguo, si se
tiene en cuenta que el BCRA viene perdiendo divisas desde mediados de abril,
por las maniobras de las empresas para adelantar pago de importaciones o bien
para pagar deudas en el exterior.
Los funcionarios ganan
tiempo
Un funcionario del equipo económico admite, ante
iProfesional: "Las medidas del Banco Central evitan desbordes; males mayores.
Responden a un problema -la caída de las reservas-, pero no tratan de dar ninguna solución".
La idea de los funcionarios es que si, finalmente, la
Argentina se pone de acuerdo con los acreedores y se evita
el default, estas restricciones podrían ser flexibilizadas. Por
eso mismo se pone como fecha límite de vigencia, el próximo
martes 30.
El propio Miguel Ángel Pesce ya
admitió esa fecha clave. "Espero que podamos
liberar el mercado una vez que se resuelva esta
negociación por la deuda", dijo Pesce en una entrevista telefónica con la
agencia Bloomberg, antes del fin de semana.
El director de un banco privado líder coincide con el
diagnóstico: "Un acuerdo por la deuda es clave. Aliviaría todos los canales de crédito con el
exterior. Imagínate ahora, quién le va a abrir una carpeta a
una empresa argentina. Hay mucha desconfianza", afirma.
Desde
el lado de las empresas, Rubén García, presidente de la Cámara de Importadores
de la República Argentina (CIRA), lanza una advertencia: "Es una
medida que resulta violatoria de la Constitución por la igualdad ante
la ley. Muchas empresas estarían haciendo una cautelar si fuera otro el tiempo
de la Justicia", asevera.
Desde el BCRA son
categóricos: Pesce no quiere que, en una actividad ya severamente golpeada por
la cuarentena, haya un golpe mayor por culpa de las restricciones. Por eso
mismo prometen realizar modificaciones para los casos que, en verdad, detecten
que las empresas se vean impedidas de llevar adelante su proceso productivo.
Desde que puso las
limitaciones a las ventas de divisas, el BCRA
logró dar vuelta la dinámica cambiaria: entre el viernes y
ayer miércoles -lejos de perder reservas- pudo adquirir
u$s460 millones.
Ese resultado, un verdadero
alivio al fin de cuentas, podría ser
momentáneo si, para lograrlo, se castigan el normal
abastecimiento de las empresas. Ahora viene el trabajo fino para despejar lo
que son maniobras especulativas del trabajo productivo.
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