Por Sofía Diamante -  “Cautela” es la palabra que utilizan los analistas para describir este momento de la economía, cuando se empieza a percibir una leve recuperación, pero desde un piso históricamente bajo. En tanto, los empresarios ven una pequeña luz hacia adelante en la medida en que el área metropolitana siga abriéndose y que se compare con los niveles de actividad muy bajos de los años anteriores. Atan su suerte a las medidas de reactivación que anunciaría el Gobierno.

“Hay que tener cautela, pero efectivamente los números de junio son mejores que los esperados, y julio y agosto están mejorando”, dijo Diego Coatz, director ejecutivo y economista jefe de la Unión Industrial Argentina (UIA), quien coincidió con la mirada del Ministerio de Desarrollo Productivo acerca de la evolución de la economía. Sin embargo, advirtió que las comparaciones se hacen con meses prepandemia en los que los niveles de actividad también estaban muy golpeados, producto de dos años de crisis.

“Hay una recuperación de stocks, que se habían perdido durante el parate por la cuarentena, por eso muchos sectores están mejor. También hay un exceso de pesos que tienen empresas y personas y los están invirtiendo en productos que, por la brecha cambiaria, están más económicos. Todo esto juega bastante en la fabricación”, explicó Coatz, y proyectó que la recuperación dependerá “de cómo evolucione el capital de trabajo”.

“Se compara con meses muy malos, pero ya pasó lo peor de la pandemia. La clave es que todo esto se consolide en una recuperación. Los números son mejores a los esperados, pero hay que tener mucha cautela”, insistió el hombre de la UIA.

En el sector de la construcción la situación en el último año fue dramática. En la comparación de mayo de 2019 con el mismo mes de este año, se perdieron 150.000 puestos de trabajo, de los 400.000 que tenía el sector. “Es más de un tercio de los empleados que tenía la construcción. De los 150.000, 76.000 puestos de trabajo se perdieron previamente al comienzo de la cuarentena y 34.000 durante ella. Veníamos de 24 meses de caída luego de que en el gobierno anterior se frenara toda la obra pública”, dijo Iván Szczech, presidente de la Cámara de la Construcción (Camarco).

En junio, Szczech señaló que la caída del empleo se amesetó y la gran apuesta del sector es la inversión que podría haber nuevamente en la obra pública a partir de 2021. “Esperamos que la inversión pública vuelva a tener un porcentaje importante del PBI, de forma que la industria se recupere y que sea uno de los pilares de la reactivación económica del país. Esperamos ansiosos las medidas del Presidente con respecto a nuestro sector. Venimos charlando muchas propuestas que hicimos, que tienen que ver con dar incentivos fiscales, como desgravaciones impositivas y empuje al crédito hipotecario”, comentó.

Otro año en caída

El consumo masivo, por su parte, cerrará este año con una nueva caída: la cuarta consecutiva. Los analistas coinciden con el Gobierno en que hay una heterogeneidad muy grande, ya que los que están recuperando más rápido sus ventas en los últimos meses son los bienes durables, que incluyen muebles para el hogar y electrodomésticos y electrónica. El último empuje para este sector se dio con el hot sale, con promociones que ayudaron a reactivar las ventas.

“Para bienes durables no es una mala oportunidad para comprar porque todavía están a precios que no sufrieron gran variación. Sin embargo, en la canasta de consumo masivo las caídas en las ventas son significativas: en junio, cayeron 10 puntos contra el peor momento del año pasado. Pensar que la recuperación ya comenzó es apresurado”, consideró Osvaldo Del Río, director de la consultora Scentia.

“Hay más de 400.000 personas que perdieron su empleo y hay muchísimos otros a los que se les redujo el salario para no despedirlos. Este año el poder de compra va a caer. Todos los fenómenos de recuperación serán circunstanciales hasta tanto no haya una situación más normal, cuando se fije el momento cero. Cada vez más se van a concentrar las ventas en aquellos segmentos de la población que tuvieron menos afectación por la pandemia y siguen percibiendo sus ingresos sin grandes cambios, pero que con toda la furia son el 10% de la población, 4,5 millones de personas. Para los otros tres cuartos de la pirámide, la situación es calamitosa”, indicó el analista en consumo masivo.

Por su parte, en la consultora Nielsen, señalaron que el consumo de enero a junio cayó 6,8% de forma interanual. “Previo al Covid había una desaceleración en la caída del consumo, con datos negativos contra el año anterior, pero se iban desacelerando. En los últimos días de marzo y primeros de abril había una necesidad de stockeo de la gente y se adelantaron compras. Pero hoy vemos que el consumo, en lo que fue el trimestre abril, mayo y junio, tuvo una caída de 10% interanual”, indicó Javier González, director de Retail Services para Nielsen Argentina.