Por Natalia Donato - El agujero fiscal generado en el marco de la pandemia –con el gasto que creció muy por encima de la recaudación– implica un importante desafío para el Gobierno en materia inflacionaria. Si en 2021 la administración de Alberto Fernández no se propone reducir el déficit fuertemente (este año, el rojo primario cerrará entre 7 y 8 puntos del PBI), hay un alto riesgo de que la inflación se acelere y la Argentina pierda la oportunidad de encarrilar la economía, según coincidieron los economistas Marina Dal Poggetto, del estudio EcoGo, y Ricardo Arriazu, de la consultora que lleva su nombre, durante un panel que compartieron en el marco de la Experiencia IDEA de Agroindustria, que se realizó esta tarde de forma virtual.

El interrogante se conocerá recién a mediados de septiembre, cuando la cartera económica presente su proyecto de Presupuesto 2021, donde quedará claro cuál será el objetivo en materia fiscal. El ministro Martín Guzmán viene insistiendo en sus últimas apariciones públicas que el objetivo es cuidar las cuentas fiscales, apuntar al equilibrio pero sin afectar el crecimiento del país, por lo que, a priori, no pareciera que se está pensando en hacer un fuerte ajuste del gasto el año próximo. La clave, afirmó Dal Poggetto a Infobae, estará en la generación de recursos y que se revierta la ecuación generada este año.

“Hoy, la Argentina se encuentra en una situación muy particular. Los precios relativos se ordenaron bastante; hay un tipo de cambio oficial alto que convive con una brecha extraordinariamente alta; tarifas rezagadas pero mucho menos que antes; superávit en cuentas externas por el desplome de importaciones; y una puja distributiva controlada. Una vez resuelto el problema de la deuda, el principal escollo es lo fiscal”, resumió Dal Poggetto durante su presentación.

Según agregó la economista, la discusión es cuál es el impuesto inflacionario para financiar el déficit fiscal y sostuvo que la Argentina puede aprovechar la oportunidad para avanzar en el proceso de desinflación –las proyecciones para este año la ubican por debajo de 40%– o se encaminará a un proceso de disparada de precios por no corregir el rojo fiscal.

“La Argentina enfrenta peligros y oportunidades”, disparó Arriazu, casi sobre el final de su charla. Según él, si bien durante la segunda mitad del año se espera menor emisión monetaria por expectativas de mayor renovación de deuda, entre julio y diciembre habrá mayor inflación que en la primera mitad de este 2020. “Hasta el momento, tuvimos 2% inflación, pero ahora viene la inercia inflacionaria; hay muchos sectores que quieren volver a sus precios históricos. Uno debería esperar una pequeña suba de la inflación en la segunda parte del año e incluso en 2021, pero mientras que el tipo de cambio oficial esté controlado, no va a ser un problema”, manifestó el economista.

Arriazu afirmó que la Argentina no tiene una importante deuda como porcentaje del producto; sí tiene concentración de vencimientos en los próximos años que es lo que se logrará despejar con la concreción del canje. Por eso, sostuvo, “ahora el Gobierno deberá mostrar un programa y hacer que las exportaciones crezcan”. “La renegociación de la deuda es condición necesaria, pero no suficiente. Debe complementarse con un acuerdo con el FMI y con medidas que alejen los temores de inversores”, señaló.

Para Dal Poggetto, si el déficit fiscal se mantiene en los niveles actuales, la inflación en 2021 será de tres dígitos, pero se animó a proyectar que no va a ser el mismo. “La clave es ver qué pasa con el gasto de la pandemia, que son 4 puntos del PBI; con la dinámica de las jubilaciones y la paritaria del sector público y con las tarifas”, agregó.

De acuerdo con sus números, con erogaciones que crecen 63% promedio y la recaudación, 23%, el déficit primario llegará al 7,2% del PBI este año. “Para llegar a un rojo de 2 puntos del producto, se necesita que el gasto crezca al 23% y la recaudación al 63%. Con un déficit de 3,5%, volvés a la zona de 50% de inflación y perdiste la oportunidad de desinflar”, dijo la economista.

Arriazu descartó un escenario de hiperinflación, ya que esos procesos están asociados, dijo, a una suba descontrolada del dólar oficial. “Tenemos que ver cuál es la capacidad del Gobierno para manejar el tipo de cambio oficial”, planteó, al tiempo que señaló que la brecha cambiaria afecta la posibilidad de sostenerlo.

Sobre el rebote económico, confirmó las proyecciones oficiales de que la recuperación se está produciendo más rápidamente que en el resto de la región, pero al mismo tiempo enfatizó que para disminuir la pobreza el país tiene que duplicar en 20 años la tasa de crecimiento.

Expectativas empresarias en IDEA

El sector agroindustrial, en el que los directivos de IDEA hacen foco en esta primera experiencia del año –en esta oportunidad de manera virtual– es justamente uno de los principales motores que ayudará a impulsar la economía argentina, fuertemente afectada por la pandemia. “Esta industria nunca paró y es un motor importantísimo de desarrollo y crecimiento para el país. Combina tradición, innovación y tecnología y hay mucho por hacer”, resumió el presidente del Coloquio y número 1° de IBM, Roberto Alexander, en una charla exclusiva con Infobae.

El presidente de Toyota Argentina, Daniel Herrero, intervino para remarcar que hay una falsa dicotomía entre campo e industria y que lo demuestra el hecho de que el 60% de las camionetas que fabrican se destinan al sector agropecuario.

 “La Argentina está posicionada en el tercer lugar como exportador agroindustrial. Las crisis siempre generan oportunidades y si las sabemos aprovechar con un canal de diálogo adecuado entre Gobierno, empresas y personas, podemos encontrar el potencial que eso tiene, no sólo exportando granos, sino todo lo que viene atrás”, aseguró. La presidenta de Dupont Argentina, Silvia Bulla, coincidió en que “cuando hay diálogo, se encuentran unidades, se avanza y se negocia”.

Consultados sobre la marcha de la economía, los empresarios que participaron del encuentro virtual con este medio coincidieron en que el escenario es bastante heterogéneo y que habrá que hacer “trajes a medida” para cada uno. Así lo graficó el presidente de IDEA, Roberto Murchison, al remarcar que avizoran una recuperación pero no dejan de reconocer que hay sectores que están muy parados todavía.

Para Bulla, “hay buenas intenciones” por parte del Gobierno. De hecho, “la ayuda que dio en los últimos meses sirvió para poder mantener las fuentes de trabajo y eso es una prioridad grande”. “El arreglo de la deuda ha sido un paso importante, aunque todavía hay incertidumbre producto de lo que nos toca vivir por la pandemia”, dijo Murchison. Al respecto, Herrero enfatizó que “no es la solución, pero sí un paso indispensable para pensar el resto de las soluciones”.