Por Santiago Dapelo -  “Una falla de coordinación” entre el Ministerio de Economía y el Banco Central en la implementación de las nuevas restricciones para la compra de dólares fue lo que generó, en la visión oficial, la “incertidumbre” de ayer, que se manifestó con el riesgo país y el dólar blue en alza y las acciones argentinas en Wall Street en baja. El Gobierno admitió con esas palabras parte de la responsabilidad por la caída, pero apuesta a que la intervención de Martín Guzmán, hoy en el Congreso, despejará todas las dudas. “Mañana [por hoy, cuando Guzmán asista a la reunión de la Comisión de Presupuesto de la Cámara de Diputados] se va a ordenar”, dijo uno de los hombres de confianza del presidente Alberto Fernández.

La decisión del Gobierno, que recortó la demanda de dólares al reponer la retención del 35% a cuenta de los impuestos a las ganancias y a los bienes personales, lo que llevó de $103 a casi $131 el precio efectivo de acceso a la divisa, fue un golpe a la confianza. “Es un tapón necesario, había que frenarlo; una situación temporaria. Pero no es una medida aislada, el famoso plan se va a ver mañana. Guzmán va a presentar un programa completo: fiscal, cambiario y monetario”, describieron fuentes oficiales.

El problema, una vez más, fue que Guzmán y el presidente del Banco Central (BCRA), Miguel Ángel Pesce, actuaron como dos terminales separadas, según reconocieron en la Casa Rosada. Esta incompatibilidad fue lo que provocó inquietud en el mercado. “Hubo una mala coordinación y se generó un clima de incertidumbre”, agregaron cerca del jefe del Estado.

“Al final hubo consenso”

Aunque esas diferencias, según expresaron fuentes al tanto de la negociación entre el Central y Economía, no fueron determinantes a la hora de avanzar con las restricciones para el acceso a los dólares. “Al final hubo consenso”, describió un funcionario

que participó de las reuniones entre Guzmán, Pesce, Mercedes Marcó del Pont (AFIP) y Adrián Cosentino (Comisión Nacional de Valores).

El ministro de Economía llegará hoy a la Cámara de Diputados tras el cierre del canje de deuda bajo legislación extranjera y el envío del proyecto del presupuesto 2021.

Para el año próximo, el Gobierno prevé un crecimiento del PBI del 5,5% –este año se prevé una caída del 12,1%–, una inflación del 29% y un tipo de cambio nominal de $102,4 por dólar para fin de año. Pero no será un tránsito sencillo el que le espera a Guzmán: según anticiparon legisladores de la oposición, la iniciativa tiene inconsistencias y expresa metas macroeconómicas que, en principio, estarían lejos de poder cumplirse.

En medio del clima adverso, el Presidente resaltó la capacidad de los argentinos para superar las crisis. “Nosotros recibimos un país en terapia intensiva y encima nos agarró el virus. Vamos a poder porque siempre pudimos. Somos una sociedad experta en caerse y levantarse. Es una experiencia que no le deseo a ninguna otra sociedad, pero nos vamos a levantar una vez más”, dijo, con optimismo, Alberto Fernández durante el acto en el que se presentó el Plan de Políticas Ambientales.

Pese a que en la Casa Rosada reconocieron que se atraviesa un “momento extraño”, apuestan a que el ministro de Economía logrará explicar en detalle el programa que impulsará el Gobierno el año próximo. La confianza en Guzmán, uno de los preferidos de la vicepresidenta Cristina Kirchner, se consolidó dentro del gabinete tras el acuerdo por la deuda.

Las nuevas restricciones sobre el mercado cambiario trajeron un problema adicional que aún no se resolvió. Ayer, por cuarto día consecutivo, casi no se pudieron comprar dólares en los bancos, ya que las entidades deben cruzar datos entre ellas (por si los clientes tienen más de una cuenta), con la AFIP y con la Anses, porque las nuevas limitaciones prohíben a los beneficiarios de planes sociales acceder al mercado.