CLEVELAND, Ohio.– “Socialista”, “mentiroso”, “no hay nada inteligente en vos” o “callate” fueron algunos de los fuertes cruces de un debate sin contemplaciones. El presidente norteamericano, Donald Trump, y su rival demócrata en la carrera por la Casa Blanca, Joe Biden, se vieron las caras anoche en el primero de los tres desafíos previos a las elecciones de noviembre y luego de meses de lanzarse dardos a la distancia. En un duelo seguido por decenas de millones de personas, los aspirantes se enfrentaron ante las cámaras de Fox News en Cleveland, en el estado de Ohio, el escenario elegido para este mano a mano inicial cuando se acerca aceleradamente el desenlace de la campaña. De la pandemia de coronavirus a la cobertura de salud, y de la situación de la economía a la Suprema Corte, del racismo a las protestas contra la violencia policial, Trump y Biden se cruzaron repetidamente, con discursos, chicanas y agresivas interrupciones en un debate caliente. “Todo el mundo sabe” que Trump “es un mentiroso”, dijo Biden no bien arrancaba el debate. “¿Te vas a callar, hombre?”, dijo a su vez el republicano ante otra crítica de su rival, dos expresiones que sentaron el agitado tono de la contienda retórica ante las cámaras. Los minutos ratificaron la tendencia. El magnate acusó a Biden de trabajar en un “manifiesto socialista” como programa de gobierno, y el demócrata lo llamó “mentiroso” y “el peor presidente que ha tenido este país”. “El presidente no tiene ningún plan, no ha presentado nada, desde febrero lo sabía, está grabado, reconoce que lo sabía y reconoce que no nos avisó porque no quería causar pánico en los estadounidenses”, dijo Biden sobre la pandemia. Y señaló que quien estaba en pánico era el mismo Trump. “He hecho una gran labor, el problema es la prensa mentirosa que me cubre mal, pero ya me acostumbré y es lo que me importa”, rebatió Trump. “Nosotros construimos la mejor economía de la historia de Estados Unidos, ¿pero qué pasó? El virus chino. Tuvimos que cerrar la economía y la vamos reabriendo. Lo que queremos ahora es que la gente reactive la economía, y lo estamos logrando”, dijo el presidente sobre otro de los temas que pueden definir la elección de noviembre. Sobre las protestas y los supremacistas blancos, Trump acusó: “Casi todo lo que veo viene de los izquierdosos y no de la gente de derecha. ¿Qué querés que les diga? ¿‘A ver chicos malos, pórtense bien?”, dijo Trump cuando el moderador del debate le preguntó si estaba dispuesto a condenar a los supremacistas por sus agresiones contra los manifestantes de las protestas raciales. “Es difícil hablar con este payaso, perdón, esta persona”, dijo Biden, en otro momento. El clima del debate excedió lo que sucedió en Ohio, ya que las campañas recalentaron la previa con acusaciones cruzadas de mentiras, trampas y ventajismo, cada cual resuelto a luchar en cada detalle a la conquista de indecisos. Biden divulgó su última declaración fiscal, en un golpe dirigido claramente a Trump, debilitado por las revelaciones de esta semana sobre sus irrisorias y controvertidas declaraciones de impuestos. El equipo del mandatario republicano dio a entender, por su parte, que Biden usaría auriculares electrónicos en el debate para recibir el auxilio de sus colaboradores. Trump había insistido también durante el fin de semana sobre la necesidad de que su oponente se sometiera a un examen de detección de drogas, sugiriendo que estaría tomando sustancias para mejorar el rendimiento mental. Pese a insistir en el ataque por ese flanco, un sondeo de julio de la Universidad de Monmouth reveló que más votantes creían que Biden, de 77 años, tiene más resistencia física y mental que Trump, de 74 años. Más allá de las chicanas y golpes de campaña, el primer debate los encontró en situaciones dispares. Biden encabeza las encuestas con una ventaja de 49,7% frente a 42,9% del mandatario, según Realclearpolitics. El confinamiento por la pandemia privó a Biden durante meses de explotar su marca registrada: el contacto directo con los votantes. Si bien retomó salidas más sostenidas desde fines de agosto, su estricto cumplimiento de la distancia social restringe su presencia en el terreno. Trump, que sí se exhibió varias veces en actos multitudinarios, espera que las sensaciones transmitidas en el debate de anoche, así como en los dos restantes, lo ayuden a levantar cabeza y retomar la senda del éxito. El líder republicano teme convertirse en el primer presidente en 25 años en no conseguir un segundo mandato, desde que el también republicano George H. W. Bush perdió frente al demócrata Bill Clinton en 1992. Trump perdió en los últimos meses su principal activo. La gestión de la economía había llevado al desempleo a sus niveles mínimos en décadas, pero la pandemia trastocó el crecimiento y la desaceleración consiguiente se tradujo en la pérdida de millones de puestos de trabajo. El manejo de la emergencia sanitaria tampoco le fue favorable: el país ya superó los siete millones de casos y los 200.000 muertos. Y en los últimos días se sumó la controversia fiscal. Según reveló The New York Times, Trump pagó solo 750 dólares en impuestos en 2016, el año que ganó la presidencia. Si bien desmintió el informe como “noticias falsas”, siguió sin dar a conocer sus declaraciones de impuestos. El próximo debate será el 15 de octubre en el Adrienne Arsht Center for the Performing Arts, de Miami, Florida. Y el tercero está programado para el 22 de octubre en la Belmont University de Nashville, Tennessee. |