Por Javier Blanco - El Gobierno dio otro paso para tratar de dejar encaminado el cierre de su programa financiero del año y aportar otro granito de arena para lograr un clima de mayor distensión en materia cambiaria, luego de pasar un octubre muy complejo. Pero a la vez volvió a aumentar la exposición de la deuda en pesos con mecanismos de indexación, cuando la inflación está dando señales de acelerarse. Tras la colocación de tres letras de deuda en pesos, captó del mercado $81.000 millones, monto inferior a los $90.000 millones que buscaba y a los $93.500 millones que necesitaba para cubrir los pagos que enfrenta en unos días. Para cumplir con esos compromisos tendrá que usar parte del excedente de $40.000 millones que venía logrando en el mes con este tipo de emisiones. Pero sobre todo, consiguió postergar por entre 5 y 21 meses un 44% del cargado cronograma de vencimientos por unos $ 444.100 millones que enfrentaba en diciembre. En concreto, el Ministerio de Economía cerró noviembre sin llegar a cumplir con la meta que se había impuesto a comienzos de mes, cuando oficializó que buscaría sumar a las refinanciaciones al menos un 10% de fondeo neto del Tesoro en el mercado, para quedar en condiciones de reducir la asistencia monetaria del Banco Central. “El financiamiento neto positivo captado llegó a los $19.000 millones, lo que es un porcentaje de renovación de pagos de capital e intereses del 105%”, admitió el Ministerio. Sin embargo, no haber cumplido la meta resultó en buena medida compensado porque logró aliviar sustancialmente sus compromisos de cara a diciembre. “El próximo mes, en lugar de iniciar con vencimientos de $444.140 millones, los pagos a renovar quedan cerca de $250.220 millones”, destacaron en la Secretaría de Finanzas. Los analistas valoran la estrategia de buscar más financiamiento genuino, pero a la vez advierten que se recuesta mucho sobre los entes públicos, y que, aun así, el Gobierno está recurriendo a mecanismos que pueden resultar costosos si hay problemas cambiarios o inflacionarios. “De nuevo, que se cambió deuda en pesos por deuda indexada. En particular, se observa que entró al canje deuda en pesos por $93.670 millones e indexada por $72.508 millones, pero se emitió deuda en pesos por $58.175 e indexada por $121.192 millones”, apuntó el economista Gabriel Caamaño, de Estudio Ledesma. Incluso hizo notar que las necesidades de noviembre cerraron “ajustaditas”. “La colocación de deuda pasó a estar centrada en bonos ajustados por CER (riesgo por aceleración inflacionaria) y bonos dólar linked (riesgo por mayor devaluación), mientras a la vez el Estado vende bonos para acortar la brecha cambiaria”, alertó la consultora Mecronomic. Por lo pronto, la subasta del día incluyó la oferta de reapertura de dos Letras ajustables según la tasa de pases pasivos (Lepases) a 7 días que define el BCRA y se ubica hoy en el 36,50% nominal. Con esas letras buscaba unos 40.000 millones. La más demandada fue la más corta, a vencer en 60 días (el 29 de enero), con la que pensaba tomar $10.000 millones, pero terminó emitiendo $25.066 millones a una tasa del 39,50% anual, ya que paga 3% sobre ese piso. Con la segunda, que vence el 31 de marzo (121 días) y que paga un plus de 3,2%, buscaba $30.000 millones, pero apenas consiguió $12.255 millones pese a haber convalidado un interés del 39,75%. La licitación incluyó la oferta de una nueva Letra ajustable por inflación (Lecer) con vencimiento el 21 de mayo próximo, con la que buscaba unos $50.000 millones aunque terminó colocando unos $43.700 millones. Ese instrumento pagará un spread de 0,75% sobre la actualización que registre el CER en el período. Del canje, que daba la posibilidad de entregar 4 bonos (3 letras de distintas características y el Bonar20) para tomar a cambio una canasta compuesta por 2 instrumentos (30% de una letra corta y 70% de un bono a mediano plazo) participaron 38 ofertas, que fueron aceptadas en su totalidad. Se adjudicaron $121.292 millones del Boncer que vence en septiembre de 2022 y $58.175 millones de una Lepase con vencimiento en mayo de 2021. La evaluación oficial destacó que la operación permitió reducir los pagos de deuda en pesos en diciembre por un total aproximado de $194.000 millones y extender “los plazos de financiamiento del Tesoro”, algo con lo que Economía intenta “construir un perfil de vencimientos sostenible”. Pero en el mercado comienza a preocupar que cada vez más proporción de deuda pública en pesos esté atada a la inflación o vinculada al futuro del dólar, dado que ya el 87,9% de los US$330.586 millones que forman la deuda bruta total está contraída en esas dos variables, según datos a fin de octubre. |