Por Marcelo Silva de Sousa - RÍO de JANEIRO.– Bastó apenas un rato para calmar las aguas. Una charla distendida entre Jair Bolsonaro y daniel Scioli fue suficiente para aplacar ayer la preocupación de la embajada argentina en Brasilia, luego de que el gobierno brasileño reglamentó un decreto que instaura una cuota de importación de trigo proveniente de países fuera del Mercosur. En un encuentro fuera de agenda en el palacio presidencial del Planalto, Scioli obtuvo el compromiso de Bolsonaro de que Brasil no va a disminuir la compra de trigo argentino, pese a la puesta en vigencia del decreto que habilita la compra de 750.000 toneladas del grano sin arancel. “Me llevé la tranquilidad y la seguridad de que las exportaciones argentinas no van a estar afectadas”, dijo Scioli a LA NACION. El embajador de la argentina había subido el tono la noche del domingo para expresar “rechazo y preocupación” por el decreto 10.557, que institucionaliza la compra de trigo en Brasil sin arancel. Una cuota que, se temía, podría acabar impactando en la disminución de exportaciones argentinas. Para el comercio bilateral con Brasil, el trigo es un mercado importante. El 15% del total de las exportaciones están representadas por ese grano, y la participación argentina cayó de 5,4 millones de toneladas en 2019 a 4,3 millones (el 74% de lo que Brasil compró) en 2020. El embajador argentino obtuvo el compromiso de que en 2021 la argentina no perderá más terreno frente a otros competidores, como Estados Unidos y Canadá. En la práctica, la importación de trigo de países extra-mercosur sin arancel viene sucediendo desde 2019, pero de forma extraordinaria. Bolsonaro explicó a Scioli lo mismo que había escuchado el martes en Itamaraty: la cuota de 750.000 toneladas de trigo sin arancel es un compromiso que Brasil había asumido en la OMC con los Estados Unidos y que había sido reclamado por donald Trump en 2019. aunque el decreto 10.557 no será derogado, la embajada de argentina quedó conforme con el compromiso del gobierno brasileño de que el comercio bilateral no resultará dañado. Scioli dijo que vio a Bolsonaro convencido de que “es necesario profundizar la integración entre ambos países cada vez más”. Fue la tercera vez desde la asunción de Scioli como representante en Brasil que se encontró cara a cara al presidente brasileño. Como en otras ocasiones, la informalidad marcó el tono de la conversación, de casi media hora. El embajador recibió una cachaça, la bebida nacional, como obsequio en el día de su cumpleaños, y comentaron la sufrida clasificación de Palmeiras a la final de la Copa Libertadores. antes de la reunión, Scioli había llegado a la casa de gobierno para hablar con el secretario de asuntos Estratégicos brasileño, Flávio Viana Rocha, de fluida relación con el embajador. Fue entonces cuando, avisado de que estaba en Planalto, Bolsonaro mandó a llamar a Scioli a través de su jefe de protocolo. Hubo otro diálogo, con el presidente de abitrigo, entidad que nuclea a la industria molinera brasileña, que trajo tranquilidad a la embajada argentina. Su titular, Rubens Barbosa, le dijo a Scioli que Brasil seguirá comprando a argentina “todo el trigo que tenga disponible para vender”. En Buenos aires hubo una segunda cumbre que, según fuentes diplomáticas, sirvió como “formalización” de lo hablado en Brasilia. El secretario de Relaciones Económicas Internacionales, Jorge neme, recibió al nuevo embajador de Brasil, Reinaldo Salgado, y abordaron temas de la agenda bilateral. Salgado le ratificó que argentina se mantendrá como el principal proveedor de trigo a Brasil. |